Viejo verde 2
Cuando sonó el despertador al día siguiente, los dos vecinos seguían abrazados, ofreciendo un notorio contraste: el muchacho jovencito, guapo, delgado, rubio, blanco como la leche y completamente lampiño abrazado a un coloso negro, gordo, bastante mayor, con el pelo encanecido ya y una barba bastante poblada. Ambos se desperezaron recordando un sueño extraño y en un caso deseando que no fuera verdad y en el del otro que sí que lo fuera. Se miraron con los ojos aun perezosos y los abrieron de golpe. Tetín cogió aire para gritar e intentó golpearle. Pero en un rápido movimiento Don Federico se puso encima del chico, le agarró ambas manos con una suya y le tapó la boca con la otra mano. Tetín forcejeó para intentar liberarse mientras Don Federico hacía lo posible porque se calmara.
Cuando pareció que el chico se había calmado un poco Don Federico le dijo que le destaparía la boca si prometía no gritar ni morderle para poder aclarar lo ocurrido. Tetín no podía hablar así que asintió y Don Federico le destapó la boca.
Don Federico: antes de nada sólo quiero que sepas que me conoces desde hace mucho tiempo y que jamás haría nada para dañarte. – Tetín asintió con desconfianza, para seguirle un poco el juego, a ver donde quería llegar – a ver dime, ¿qué recuerdas de anoche?
Tetín: sólo que estaba con mis amigos de fiesta y que me he despertado aquí.
DF: ¿sólo eso?¿Ya está?¿nada más? Vaya… (una idea empezó a fraguarse en la verde mente de Don Federico).
T: Sólo quiero saber si ha pasado algo, hemos… ya sabe… follado?
DF: Sí, lo hemos hecho. – Tetín se puso a llorar desconsoladamente, había perdido su virginidad con un viejo gordo y feo, estando borracho y ni siquiera se acordaba (aunque esto no sabía si era bueno o malo)- tranquilo, tranquilo – se quitó de encima y le abrazó para ayudar a relajarle, apoyando la cabeza del chico sobre su corazón – no pasa nada, lo hecho hecho está, pero tienes que saber que nadie nos ha visto, que nadie se ha enterado ni se tiene que enterar. Que si quieres que hagamos como si nunca ha pasado nada eso haremos. ¿De acuerdo? – entre hipidos Tetín aceptó –
Don Federico se quedó acariciando el pelo de Tetín mientras este se tranquilizaba escuchando el latido de su corazón. Cuando Tetín se calmó se quedó en la misma postura, abrazado a su violador.
T: yo no sabía que a usted le gustaban los hombres.
DF: y yo tampoco sabía que te gustaban a ti.
T: pero es que a mi me gustan las mujeres, en serio. Nunca me había planteado siquiera en hombres.
DF: pues eso no es lo que me dijiste anoche.-Tetín levantó un poco la cabeza y le preguntó que había pasado exactamente – Pues verás – la mente de Don Federico trabajaba a contrarreloj para inventar una mentira que pudiera parecer real – yo salí tarde del trabajo, pues tenía una videoconferencia con un cliente de EEUU. Y te encontré sentado en el banco de enfrente de mi oficina, estabas bastante borracho y me llamaste, pues yo no te reconocí. Me preguntaste si iba a casa y que si te podía acercar y así lo hice. Fuimos charlando hasta el coche que lo tenía aparcado un poco lejos y luego vinimos para casa. Ya en el coche hablando de todo un poco, me preguntaste porque no tenía mujer y te dije que era porque yo soy gay. Me dijiste que siempre habías tenido dudas de ti, que no sabías si te gustaban las chicas o los chicos, y que te gustaría probarlo primero con un hombre que tuviera experiencia para disfrutar todo lo posible, que te fuera a tratar con cuidado y con el que tuvieras bastante confianza para si querías parar en algún momento pudieras sin que te forzaran a hacer algo que tu no querías. Entonces cuando estábamos entrando al garaje alargaste la mano y me agarraste el paquete. Me preguntaste si podía ser yo quien te sacara de la duda. Si llego a saber que estabas tan borracho no lo hubiera hecho, pero no me dabas esa impresión. Lo siento.
Tetín escuchaba alucinado de su osadía, ¿cómo se le había ocurrido?
T: y…bueno…y que tal? Usted que cree?
DF: pues por mi parte te digo que he disfrutado como nunca, y con respecto a ti te aseguro que también lo hiciste. Pero eso ahora es lo de menos. Verás, la tengo casi demasiado grande y me preocupa que te haya podido hacer daño. Como sientes el culo, ¿te duele?
T: pues un poco sí, la verdad.
DF: a ver, dejame echarle un vistazo. – Tetín se puso tenso ante ese comentario – tranquilo, tengo experiencia en esto, no te haré nada que no quieras, te lo prometo. Ya confiaste en mí una vez, dejame ayudarte. Anda, date la vuelta y ponte boca abajo.
De mala gana y ante esa “lógica” Tetín dejó a Don Federico inspeccionar su trasero. Don Federico no podía creerse que la cosa estuviera saliendo tan bien. Se colocó entre las piernas del muchacho, ahora que estaba consciente era aún más morboso Apoyó una mano en cada nalga y las separó, vio el ano enrojecido de la follada de anoche, pero no había grandes desperfectos. Alargó un dedo y rozó el ano, poniendo en tensión a Tetín y haciendo que lo cerrara bastante.
DF: la verdad es que la noche te va a pasar factura, te va a doler un par de días. Está bastante irritado. La mejor cura es la saliva, lo digo por experiencia, si me dejas ayudarte en vez del dolor sordo que tienes notarás solo una ligera m*****ia, como si te hubieras puesto mal el calzoncillo.
Tetín se lo pensó un rato, no estaba muy seguro, le dolía, pero no sabía que hacer, no sabía si fiarse de este señor. Por un lado se había aprovechado de él mientras estaba borracho, aunque él decía que no se había dado cuenta, y por el otro le había ofrecido la oportunidad de que nuncha hubiera pasado esto. Además con lo mayor que era tenía que saber de lo que hablaba. No estaba muy seguro de hacer lo correcto pero al final accedió, Don Federico sin poder creerse su suerte se agachó y le dio un lametazo al ano, ahora con pleno consentimiento de su dueño. Tetín sorprendido por la sensación contrajo el culo y aspiró aire con fuerza. Don Federico lamía mientras agarraba ambas nalgas con cada mano, para abrirlas y poder aliviar mejor a Tetín, decía. Lamió y besó toda la zona circundante, hizo un movimiento circular con la lengua mientras aumentaba la presión poco a poco hasta que la metió dentro sin demasiada resistencia. Tetín se agarraba con fuerza a las sábanas. Don Federico metía y sacaba la lengua como si le estuviera follando. Cuando el chico comenzó a culear disfrutando de la sensación sin ser consciente de lo que hacía, el viejo se lamió un dedo y se lo metió dentro del culito, Tetín soltó un gemido cuando Don Federico le masajeó la próstata. Nunca se había tocado por esa zona y todas las sensaciones eran nuevas y no conseguía pensar con claridad. El viejo no paraba de mover el dedo, lo sacaba completamente, lo lamía y lo volvía a meter, masajeando y dilatando sin descanso.
DF:¿Que tal está ahora?¿Te sientes algo mejor?¿Quieres que pare o sigo un poco?
T: ‘jadeo’ ah, ah, me sigue doliendo un poco, está mejor, pero todavía me duele, siga un ratito más por favor.
DF: Seguiré todo el rato que quieras.- sacó el dedo, se lamió dos y volvió a meterlos. Tetín soltó un gemido aún más fuerte.- si en algún momento algo te duele o te incomoda y quieras que pare, me lo dices y paro, ¿de acuerdo?
T: ah, ah, vale, ah, ah, pero ahora no pare por favor. – Tetín mordió una almohada para ahogar los gemidos, sin duda había hecho bien en confiar en Don Federico, se notaba que era una buena persona. – esto me está aliviando. Tiene usted unas manos mágicas, ah, ah.
DF: Tú sólo relájate y deja que yo haga mi trabajo. Tranquilo, sé lo que estoy haciendo.
Tetín se abandonó al placer que su vecino le estaba dando, arqueó la espalda para facilitarle las cosas y que pudiera seguir haciendo lo que quiera que estuviera haciendo para siempre. Don Federico sacó los dedos y los untó en vaselina y los volvió a introducir en el culo de Tetín, para lubricarlo bien. Esparció la vaselina por las paredes de su intestino y por toda la parte de fuera de su ano, quería que todo estuviera bien lubricado, había que ayudar al chico a aliviar la m*****ia, pobre. Movió los dedos en círculos, los abría y los volvía a cerrar, los metía y los sacaba, cogía más vaselina y la untaba hasta donde podía llegar. Tetín no paraba de gemir con cada movimiento de sus dedos y Don Federico estaba cada vez más cachondo de oirle. Se untó un tercer dedo de vaselina y con algo de resistencia consiguió meterlo dentro también. Volvió a hacer movimientos circulares con los dedos, a separarlos para dilatarle y sin parar de estimularle la próstata para que el chico disfrutara. Paró un segundo de follarle con los dedos y sin sacarlos le dijo:
DF: Tetín, gírate, ponte boca arriba.
Tetín obedeció sin pensar en lo que hacía, con los ojos cerrados y con cuidado para que no se le salieran los dedos de Don Federico de su culo. Tetín se dio la vuelta mostrando sin tapujos al viejo su polla, más dura de lo que nunca había estado. Don Federico de un solo bocado se tragó la polla entera y comenzó a comérsela mientras Tetín gemía sin reparos ya, apoyando las manos sobre la cabeza de su vecino. Don Federico se la estuvo chupando un rato mientras el muchacho se retorcía de placer, y aprovechó para meter un cuarto dedo en el culo del chico, preparándole para el asalto final.
Las piernas del chico estaban apoyadas en la espalda del viejo y este sin dejar de chuparle la polla y de follarle con los dedos se embadurnó bien la polla de vaselina con la mano que le quedaba libre. Cuando el chico se fue a correr dejó de chupársela y fue subiendo por el cuerpo de Tetín, lamiendo y besando su torso. A estas alturas los tobillos del muchacho estaban apoyados en los hombros del viejo. Éste tenía la cara justo encima de la de Tetín y ambos se miraban fijamente a los ojos. Muy despacio Don Federico sacó los dedos del culo de Tetín y apoyó la punta de su polla. Sin dejar de mirarle fijamente a los ojos Don Federico comenzó a presionar para penetrar al chico, ahora despierto, su boca se fue abriendo en una muda exclamación a la par que lo iba haciendo su ano. Abrió la boca al máximo, puso los ojos en blanco y cogió aire con una gran inhalación mientras el capullo de Don Federico entraba por completo en su recto. Don Federico se quedó quieto un par de minutos mientras miraba fijamente a los ojos de Tetín, que respiraba por la boca completamente abierta. Su enorme barriga hacía presión en las piernas del chico y hacía que su culo se abriera aun más. Él respiraba con dificultad e incluso abrió más la boca cuando Don Federico empezó a empujar de nuevo. Tetín, con los ojos cerrados, rodeó el cuello del señor, enredó los dedos de una mano en su canoso pelo y clavó las uñas de la otra mano en su espalda. Esto puso a Don Federico aun más cachondo y de un golpe seco metió un buen trozo de su polla, Tetín soltó un gemido, mezcla de dolor y placer y sin saber realmente que había sentido. Sólo quería que no parara.
El muchacho sentía que tenía el culo a punto de reventar, no había visto la polla de Don Federico pero la podía sentir completamente, entonces notó los testículos del viejo apoyarse en su culo y Don Federico se quedó muy quieto.
DF: ¿te sientes mejor?¿te duele?
Tetín negó con la cabeza y sin saber muy bien por qué lo hizo atrajo a Don Federico hacia si y le dio un beso en los labios. El viejo casi se corre cuando el muchacho le besó. Todo era tal y como había estado soñando todos estos años. Su lengua invadió la boca del chico y libró una batalla campal contra su lengua. Sin dejar de besarle comenzó a sacarla y sintió como el esfínter de Tetín le estrujaba sobremanera la polla y que se le humedecía el vientre, el chico se estaba corriendo. El viejo abrió los ojos y vio lágrimas de placer que caían por la hermosa cara del muchacho. Las recogió con la lengua y las saboreó.
DF: ¿quieres que pare?
T: no por favor, sigua un poco más.
Don Federico no se hizo de rogar y comenzó a penetrarlo de nuevo, suavemente, para disfrutar del momento. Se agachó y volvió a besarle mientras la sacaba. Le acariciaba la cara, el cuello, la suave piel de su torso, dirigió la mano hacia el culo del chico y lo acarició, acercó la mano su polla para notar como entraba. El chico bajó las manos por la espalda del viejo hasta llegar a su culo, le agarró por las nalgas y comenzó a empujarle para que las embestidas fueran algo más fuerte. El viejo sin dar crédito embestía más fuerte cada vez y el chico gemía cada vez más alto.
Don Federico se incorporó, agarró a Tetín por los tobillos y le abrió las piernas al máximo. Podía ver con todo detalle su pollón negro entrando y saliendo del culito blanco de Tetín mientras este gemía como perra en celo con las manos agarradas a la sábana. Tetín bajó las manos acariciándose el cuerpo se agarró la polla y se masturbó un poco mientras bajaba la otra mano un poco más y la ponía en su ano, podía tocar la polla de Don Federico mientras éste le follaba. Se masturbó aún más fuerte, el viejo de un manotazo le hizo soltarse la polla, le soltó los tobillos y se agachó para besarle. Tetín rodeó la cintura del viejo con sus piernas y el cuello con sus brazos, le apretaba contra su cuerpo para poder sentirlo lo mejor posible. Su barriga lo aplastaba y le costaba respirar pero no quería estar en ningún otro sitio, el calor de su cuerpo lo encendía, su polla le llenaba, cuando Don Federico se separó de sus labios para coger aire Tetín le pidió entre jadeos que no parara. Don Federico se agachó para morderle el cuello y la oreja embistiéndolo todo lo fuerte que podía, Tetín lloraba de gozo y clavó sus uñas en la espalda del viejo.
Entonces Don Federico les hizo girar sin sacar la polla del culo de Tetín, quedándose él tumbado boca arriba en la cama y el chico ensartado encima de él, sentado a horcajadas.
DF: vamos, demuéstrame cuanto te gusta, fóllate a ti mismo.
Tetín no se hizo de rogar, se incorporó, apoyó las manos en el pecho de Don Federico y comenzó a cabalgarlo El viejo alargó las manos para toquetearlo todo el cuerpo mientras el chico se follaba y gemía como un gatito. Le acarició las suaves piernas, le agarró por el culo y le ayudó a dirigir el ritmo, le agarró la polla y le masturbó un ratito y siguió subiendo por su torso. Le agarró de los pezones y se los pellizcó, los retorció un poco arrancando una exclamación a Tetín. Don Federico metió un dedo en la boca del chico que lo lamió sin dejar de moverse un segundo.
DF: vamos pequeñín, no pares. Que lo estás haciendo muy bien. Dime, ¿lo estás disfrutando? – Tetín asintió con la cabeza – no te oigo, ¿te gusta?
T: ah, ah, Sí, ah, Don Federico, ah, ah, me encanta. Ah, ¿y a, ah, usted?¿le gusta…ah..ah?
DF: mmmmm, no te imaginas cuanto.
Tetín se paró unos segundos para agacharse y besar a Don Federico, que le metió la lengua hasta la garganta mientras agarraba con fuerza el culo del chico, éste acarició los hombros y los fuertes brazos de su macho. Don Federico le dio un fuerte azote.
DF: vamos gandul, no te pares, cabalga todo lo fuerte que puedas.
T: como diga Don Federico.
El chico se irguió y se puso a follarse todo lo rápido que podía, ambos dos jadeaban y gemían de un placer que nunca habían imaginado.
DF: oh, si, así, no pares, no pares.
El chico saltaba y saltaba sobre la polla del viejo, y este le cogía por la cintura para dar más fuerza a las embestidas. El chico tenía los ojos en blanco y la boca abierta. El viejo le hizo girar sobre su polla sin sacársela para que le diera la espalda, el chico obedeció sin decir nada, apoyó las manos en la cama y siguió moviendo su culo arriba y abajo. Don Federico podía ver con total claridad el culito de Tetín engulléndose glotonamente su enorme cipote, alargó las manos para tocarlo y poder sentirlo también en sus dedos. El culito del chico le apretaba la polla en todas direcciones, era una sensación infinitamente mejor que la que se había atrevido a soñar, cada vez estaba más cerca del clímax. Entonces el chico sudado y falto de resuello se tumbó sobre su tripa, agotado sin poder moverse más. Don Federico le hizo apoyar los pies en la cama para que levantara un poco el culo, y agarrándole por las inglés se lo folló como estaba.
El chico gemía cada vez más alto, se acarició el cuerpo y llevó sus manos hacia atrás hasta rodear con ellas el cuerpo del viejo. Giró la cabeza y le besó apasionadamente, el viejo contestó a ese beso mientras le follaba el culo con todas sus fuerzas, el sonido de las embestidas rebotaba en las paredes, era como un salmo para Don Federico.
T: ah, ah, ah, no voy a poder ah, ah, aaaaguantar mucho más Don Federico, ah, ah, ah.
DF: dale chico, que lo estás haciendo muy bien.
Don Federico hizo girar la cabeza del chico para volver a besarle y que no gritara demasiado, no fuera a ser que los vecinos escucharan algo. Y entonces el chico mordió el labio de Don Federico mientras soltaba un gemido por la nariz, su polla estallaba llenándole el torso de su propio esperma. Don Federico fue incapaz de aguantar el orgasmo al sentir como el esfínter de Tetín se contraía con su orgasmo. Inundó las entrañas del chico con su esperma mientras este subía y bajaba un par de veces más hasta que ya no pudo moverse y se quedó dormido como un bebé con la polla de Don Federico incrustada en su culo.
El viejo estaba agotado, había conseguido engañar al chico y al final habían follado, de verdad, y el chico había disfrutado, se había corrido dos veces, el chico iba a ser suyo y sólo suyo, él se encargaría, volvería a follarse a este ángel caído del cielo, pero por ahora iba a dormir y recuperar fuerzas, tal y como estaba, con su polla metida en SU chico.