MI PRIMERA EXPERIENCIA EN ESPAÑA – 3 PARTE
MI PRIMERA Y PECULIAR EXPERIENCIA EN ESPAÑA
PARTE 3
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Era casi de mad**gada cuando regresè a casa de Gladys. En lo que entrè, me
dirigì en seguida hacia la puerta de acceso al piso superior, notando que Gladys no la
habìa cerrado con llaves para yo poder acceder al cuarto que ella me habìa asignado.
Era una casa muy amplia, acogedora y muy bien amueblada. La ùnica diferencia
entre los dos pisos era que en el piso superior habìa una espaciosa terraza, pero por lo
demàs, eran perfectamente idènticos. Gladys habìa destinado el piso de abajo para
recibir a sus clientes però ahì tambièn habìa una cocina, un cuarto uso lavanderìa y
asì todo lo demàs. El apartamento en el piso superior era del todo privado. Fui al
cuarto de baño para ducharme, tratando de hacer el menor ruido posible. Sabìa que
Gladys se encontraba con su amigo y cliente Richie en uno de los dos dormitorios
pero no en cual ya que el silencio era total. Reinaba la calma. Entrè en la cocina para
refrescarme con un vaso de tè frio. Luego fui al domitorio y al acostarme no pude
impedir que los recientes acontecimientos recorrieran mi mente. Habìa descubierto
mi otra identidad sexual y no tuve màs remedio que aceptarla con una tal naturalidad
que me dejò asombrado. Me vino a la mente aquel cuadrito, tan artisticamente bien
acabado, que Gladys tenìa colgado de una pared en la cocina. En su interior llevaba
escrito, en caracteres gòticos, solamente una frase que rezaba asì < memento audere
semper >. De hecho, ese acuerdate de atreverte siempre, era una frase que me habìa
inquetado un tanto desde el primer momento en que la habìa leìdo y me parecìa que
hubiese sido escrita tambièn para mì. Tenìa que atreverme a aceptar una identidad
que estaba tan escondida dentro de mì al punto de que yo ignoraba su existencia.
Otros pensamientos invadìan mi mente : lo acontecido pocas horas antes, junto a
Juliàn y Gilbert, pero sobre ellos predominaba el saber que, a muy escasa distancia de
mi cama y justamente en el piso de abajo, Gladys se encontraba en la cama junto con
Richie. Me suponìa que ya habìan follado, por lo menos, una primera vez pero
ignoraba si en ese momento dormìan, descansaban, charlaban en voz baja o estaban
intercambiàndose morbosas efusiones para volver a follar. < ¡Nos daremos mucha
caña los dos ! > me habìa dicho Gladys. Mi imaginaciòn volaba e instintivamente
empecè a pajearme y luego de una relajante corrida, quedè rendido y cogì sueño casi
de inmediato. Al despertarme, luego de un sueño muy reparador, los rayos del càlido
sol de julio, que se infiltraban a travez de las persianas semiabiertas de la amplia
ventana, fueron los que me dieron muy tiernamiente el buen dìa. El confortable
colchòn, la absoluta quietud y la iluminaciòn natural, que hacìa resaltar el orden y la
limpieza en cada rincòn de aquel dormitorio, hicieron que me sentiera muy bien. Al
ratito mè levantè para ir al confortable baño privado ubicado en ese mismo cuarto y
me di cuenta que sobre una mesa habìa una bandeja con el desayuno yà preparado.
Saliendo del baño di unos pasos hacia el pasillo, oì unas voces y luego el cerrarse de
una puerta. Casi de inmediato Gladys se me apareciò por las escaleras acercàndose a
mì con una amplia sonrisa y los brazos abiertos.
“¡Buen dìa mi amor, creo que descansaste bien porque hace rato subì a verte y
dormìas de lo lindo !”
“¡Buen dìa Gladys ! Me acabo de despertar; para serte sincero dormì mejor que
en mi propia casa. Recièn salì del baño. ¿ Por què te m*****aste en traerme el
desayuno ?”
“Richie y yo despuès de levantarnos nos tomamos una ducha y luego vinimos a
buscarte porque querìamos que compartieras el desayuno con nosotros ademàs de que
Richie tenìa el placer de conocerte. Ya que aùn dormìas no quisimos m*****arte y asì
nos desayunamos solos. El acaba de irse ya que, siendo miembro de la tripulaciòn,
tiene que estar en el aeropuerto antes del mediodìa.”
“Lo siento mucho Gladys, a mì tambièn me hubiera gustado conocerlo y
desayunar juntos. Lo que me pasò fue que regresè esta mad**gada y quedè rendido.”
“Pierde cuidado Carlo; ahora desayuna tranquilamente mientras que yo me visto
para salir de compras puesto que la despensa està casi vacìa. ¿Quieres acompañarme
o prefieres quedarte aquì ?”
“Gladys, tendrè mucho gusto en venir contigo.”
“Vale Carlo. Ah se me olvidaba, ¿Què tal les fue anoche, lo pasaron bien ?”
“¡Bueno Gladys, luego te cuento !”
Gladys se quedò vièndome. Sonriendo, rozò mis labios con su dedo ìndice y me
diò un largo beso en los labios.
“Dale Carlo, desayùnate y vìstete; a ver si salimos antes del las once.”
Al estar yo listo para salir fui a esperar a Gladys en el piso de abajo y me quedè en
el umbral de la puerta del dormitorio. Habìa algo de desorden: almohadas por el piso,
cubrecama y sàbanas revueltas, un par de copas sobre las mesitas de noche y una
bandeja con un platillo de tapas y una botella de champaña abierta. El cuarto estaba
en penumbras ya que las persianas estaban cerradas y el aire caliente que se inhalaba
estaba impregnado por una mezcla de champaña y de perfume. Removiendo un poco
las sàbanas pude apreciar unos residuos secos de leche. Volviendo mi mirada hacia el
gigantesco espejo colocado en el techo pude apreciar toda la cama desde otra
perspectiva y no pude dejar de imaginar con cuanta pasiòn e ìmpetu los dos habìan
follado y ese espejo habìa sido su ùnico testigo. Mientras que yo tenìa levantada una
parte de la sàbana manchada de leche, Gladys entrò en el cuarto. Nuestras miradas se
cruzaron rapidamente.
“¿Carlo por favor, aùn sigues con tus celos ? ¡Entiende que èste es mi trabajo !”
“¡Sì Gladys, comprendo todo muy bien ! Las sàbanas llevan rastros de lechazos
secos y algunos todavìa hùmedos. ¡ Parece que ambos disfrutaron bastante !”
“¡Sì Carlo anoche follamos bastante y esta mañana, al despertarnos, me pidiò que
volviera a follarlo !”
Me sentè sobre la cama y despuès de acariciarle suavemente su polla se la besè
por encima del pantalon palpàndole tambièn sus huevos y en ese momento ella abriò
un poco sus piernas para que mi mano se moviera màs confortablemente.
“¡Debe de estar muy cansada esta linda polla y tus huevos vacìos !”
“¡Sì Carlo, pero todo se està restableciendo. Por favor sàcamela afuera del
pantalon y tràgatela!”
La oberdecì inmediatamente y comencè a acariciàrcela tiernamente y luego la
mantuve dentro de mi boca por un ratito. Mientras tanto ella me acariciaba la cabeza
presionàndomela suavemente en contra de su polla.
“¡Gracias Gladys necesitaba chupàrtela un poco aunque estè flàcida. Que linda y
que limpia que està !”
“¡Si Carlo, yo sè que andas loco por ella y no podìa negarte ese placer. Haz con
ella lo que desees !”
Se la saboreè en todas sus partes; le mordisqueè tiernamente su suave prepucio, lo
desenrollè y puse mi lengua en pleno contacto con su glande; luego tratè de cubrir mi
lengua con su prepucio. Sucesivamente le besè, lamì y empujè delicadamente cada
uno de sus huevos dentro de mi àvida boca. Al poco rato cogì una servilleta para
secàrsela y se la recompuse dentro del pantalòn.
“¿Quedaste satisfecho, mi amor; era lo que necesitabas hacer, cierto ?”
“¡ Sì Gladys, gracias, lo necesitaba deveras ya que tu polla no hace màs que
encender mi ansiedad. Pero bien vamos de una vez a hacer las compras para que no
se haga muy tarde ! ¿De regreso me permitirìas reordenar este cuarto yo solo ?”
“¡Carlo eres todo un amor. Si claro, ya que ese es tu deseo, lo haràs tù solo.
Porque no. Pero bien Carlo, vamos saliendo ya !”
Fuimos con su coche en algunas tiendas para surtirnos de productos de limpieza,
carnes, pescados y muchos otros alimentos. Los aprovisionamientos que hicimos
alcanzarìan para unos diez dìas. De regreso a casa vaciamos el maletero del coche y
guardamos todo. Gladys se dedicò a preparar el almuerzo y yo a arreglar el
dormitorio. Lo dejè en perfecto orden; habìa puesto sàbanas y fundas limpias
poniendo todo lo demàs en la lavadora; recogì todo lo sucio, limpiè los muebles, lavè
el piso y hasta perfumè el ambiente dejando las ventanas entreabiertas. Mientras
llevaba a cabo esta tarea oì el telèfono repicar unas cuantas veces y Gladys atendiò
las llamadas desde el telèfono ubicado en la cocina. Cuando fui a ofrecerle mi ayuda
para seguir preparando el almuerzo juntos, ella lo dejò todo para ir al dormitorio y
luego de un silencio, que llegò casi hasta intrigarme, se me acercò y me besò
apasionadamente preguntàndome :
“¿Carlo, tanto me quieres ?”
“¿Por què lo dices ?”
“¡Carlo, este dormitorio nunca ha estado tan limpio y ordenado como lo es ahora.
Todo lo que hay aquì parece estar quimicamente puro, limpio y hasta reluciente. Veo
que no has descuidado ningùn detalle y hasta oigo el ruido de la lavadora. Hay cosas
que se hacen solo por hacerlas, pero me doy cuenta de que en èsto le has puesto el
corazòn. Carlo eres un amor. Ahora anda a relajarte en sofà porque el almuerzo
quiero seguir preparàndolo yo y en lugar de la cocina, hoy almorzaremos en el
comedor. Carlo, tù te mereces todo lo mejor !”
“¡No Gladys, yo quiero estar cerca de tì !”
“¡Vale Carlo, vente conmigo a la cocina entonces y asì me cuentas como te fue
anoche con Juliàn y Gilbert !”
Despuès de haberle contado todo le enseñè el dinero que, sin darme cuenta,
Gilbert me habìa puesto en el bolsillo. Ella le echò una mirada y exclamò :
“¡Vaya, bastante generoso fue ! ¡Disfrùtate esa plata Carlo !”
“¿Gladys, otra vez me repites < disfrutate esa plata > ? ¡Gladys me he vuelto a
sentir otra vez como una puta, entièndelo !”
“¡Carlo, Carlo ! ¿ Por què hablas asì; tù le pediste que te pagara ?”
“¡Claro que no; nunca se me hubiera occurrido hacerlo; lo que hice con ellos fue
solo por placer y no por plata !|”
“¡Carlo ellos se dieron cuenta de tu sinceridad y lo que hicieron fue solo regalarte
unos buenos billetes. Pero ten en claro que no te trataron como una puta. Si aquì hay
alguna puta, esa soy yo, ya que si a mì no me pagan, no le abro la puerta a nadie. Yo
sigo la màxima de aquel viejo refràn español que reza asì : por dinero baila el perro y
por pan si se lo dan !”
Al ratito Gladys tenìa el almuerzo listo y me invitò a ir al comedor porque ella
misma querìa preparar la mesa y servirme el almuerzo. Despuès del suculento y
exquisito almuerzo Gladys se levantò para preparar el cafè pero yo me ofrecì en
hacerlo en su lugar.
“Gladys por favor, deja que lo prepare yo; acomòdate tranquilamente en el salòn o
recuèstate en la cama ya que, despuès del trajìn que tuviste anoche, debes de estar
cansada y de seguro con bastante sueño. Me ocuparè tambièn de recoger la mesa y
reordenar todo.”
“Gracias Carlo, eres todo un amor. Realmente necesito descansar un poco puesto
que estarè ocupada casi toda la tarde.”
Gladys se recostò sobre el sofà y mientras que yo preparaba el cafè retirè todo de
la mesa y reordenè el comedor. Luego le llevè el cafè en el salòn y al terminar de
sorbèrnoslo me fui a la cocina a lavar los platos y todo lo demàs. Teminè tambièn
lavando hasta el piso y al final me quedè satifecho vièndolo todo limpio y ordenado.
Me sentìa muy bien en su casa y en su compañìa; demasiado bien. Luego fui al salòn
y justo en ese momento Gladys se despertò.
“¡Vaya Carlo, me quedè dormida por un rato. Es que estaba rendida. Me imagìno
cuan reluciente dejaste todo por allà adentro puesto que llego a oler el desodorante
ambiental. Eres un amor y yo no merezco tanta atenciòn ! ”
“¡Gladys, tù te lo mereces todo !”
Al ratito oì nuevamente repicar el telèfono y mientras Glasdys contestaba la
llamada fui al cuarto de lavanderìa porque habìa màs ropa que lavar. Cuando volvì al
salòn Gladys estaba apuntando algunas notas en su agenda y el telèfono volviò a
repicar. Ella contestò la llamada y luego exclamò :
“¡Creo que si siguen llamàndome con este ritmo necesitarè los servicios de una
secretaria !”
“¿ Pasa algo Gladys, puedo ayudarte ?”
Ella se quedò un tanto pensativa y luego me dijo :
“¡Bueno, porque no, podrìa ser; podrìas darme una mano con èsto si quieres !”
“¡Pues claro que sì Gladys, dime de que se trata y lo harè con mucho gusto. Estoy
a tu orden para lo que pueda y sepa hacer, esmeràndome tambièn en aprender si las
circunstancias eventualmente asì lo requieran!”
“Carlo por favor acèrcate a mì y observa esta agenda con cuidado. Tengo puestos
anuncios en unos portales y me llaman para pedirme citas. Tù simplemente tienes
que fijarlas tomando en cuenta los horarios señalados en esta agenda. Te voy a
entrenar un poco. Te instruirè rapidamente y tambièn escribirè en esta hoja de papel
las frases que oiràs y como contestar en castellano. Hago èsto ya que, por lo general,
se utilizan casi siempre las mismas palabras y frases. En el caso de que te confundas
o no logres entenderlos diles que vuelvan a llamar luego.”
Gladys me explicò muy paciente y cuidadosamente algunas cosas hablàndome
muy despacio en castellano para poder desenvolverme y familiarizarme con el idioma
y con la tarea que me estaba asignando. Yo le prstaba mucha atenciòn puesto que me
extasiaba tambièn oir el timbre de su voz y su acento argentino. Mientras estàbamos
en eso, el telèfono repicò.
“¡Dale Carlo contesta tù a ver que tal lo haces !
Levantè la bocina y entendì solamente que era una mujer que deseaba hablar con
Gladys.
“¡Es una mujer y desea hablar contigo ! ¿Una mujer ?” le dije asombrado
tapando la bocina con la palma de la mano.
“¡Sì Carlo, atiendo tambièn a mujeres solas o en pareja. De todas formas,
pàsamela !”
Al darle la bocina Gladys comenzò hablando con un tono muy confidencial y
entendì que tambièn hablaban de mì. Gladys interrumpiò por un instante la
conversaciòn y me pasò la bocia dicièndome :
“¡ Es Amalia y estarìa muy complacida en volverte a oir y a saludarte !”
“¿ La misma Amalia de quien me hablaste ?”
“¡ Sì es ella !” me contestò Gladys pasàndome la bocina.
Hablamos un poco y Amalia me dijo que posiblemente vendrìa dentro de dos o
tres dìas y que tendrìa mucho gusto en conocerme. Tenìa un tono de voz agradable,
relajante y sensual.
“¡Gladys, me parece muy amable y se desenvuelve bastante bien hablando en
italiano !”
“¡Sì Carlo; en lo que la conozcas te daràs cuenta de cuan maravillosa es ! me dijo
Gladys complacida. Y luego, mirando su reloj, agregò :
“Bien Carlo, dentro de poco espero un cliente y otro antes de un par de horas.
Màs tarde me llamarà otro y me confirmarà su cita para esta noche. Ahora me voy a
preparar.”
Un rato màs tarde se oyò tocar el timbre de la puerta y Gladys me pidiò que fuera
a abrir yà que ella estaba hablando por telèfono. Era un señor muy distinguido,
alrededor de los cincuenta años, quièn me dijo tener una cita con Gladys. Lo dejè
pasar y lo hice acomodar en el salòn. Gladys entrò por un momento a saludarlo
dicièndole que lo atenderìa al terminar su conversaciòn telefònica. Yo le ofrecì tè frìo
y chocolates que habìa puesto en una bandeja sobre la mesita. Al darse cuenta de que
era italiano èl empezò a hablar un pèsimo italiano pero se hacìa entender. El se
disculpò por su demora dicièndome que su almuerzo de negocios se habìa prolongado
mucho màs de lo debido. Gladys tardò muy poco y al regresar se sentò junto a èl en
el sofà.
“¿Entonces todo muy bien por aquì en Alicante ? ” le preguntò Gladys muy
amablemente.
“¡Pues sì, pero siento tener que regresarme esta misma noche a Valencia ! ”
“¡Y antes de irte pensaste en romper la rutina y pasar un rato màs agradable
conmigo! ¿Cierto ? ” le insinuò Gladys.
“¡Muy cierto y creo que no me equivoquè puesto que te ves de lo mejor ! ”
“¡No te arrepentiràs, veràs lo mucho que vamos a disfrutar. Te llevaràs un muy
buen recuerdo de esta ciudad. El es mi amigo Carlo y tiene pocos dìas aquì en
Alicante. Por favor dèjame tomar un vasito de tè porque tengo la boca un poco seca
y te atiendo de inmediato ! ” le dijo Gladys.
En ese momento el telèfono volviò a repicar y Gladys le dijo :
“¡Por favor, discùlpame una vez màs; dejame atender esta llamada !”
Luego, volteàndose hacia mì me dijo :
“¡Carlo, por favor. acompàñalo al dormitorio y ayùdalo a desvestirse mientras que
atiendo esta llamada y termino de sorberme el tè ! ”
Sinceramente eso fue algo muy inesperado para mì y, aunque me quedè de lo màs
perplejo y asombrado, la obedecì. Me preguntè a mì mismo què era lo que estaba
haciendo y què era lo que me estaba pasando. Un torbellino de inquietudes asediò mi
mente pero me dejè llevar por mi instinto. Lo guiè al dormitorio y lo ayudè a
desvestirse dejàndole puestos unicamente los calzoncillos.
“¡Respecto a los calzoncillos creo que es mejor que espere a Gladys ! ¿ Le parece
bien ? ” le preguntè.
“¡Sì y muchas gracias por tu ayuda ! ” me contestò complacido.
Habìa yo apenas dado un paso para salir del dormitorio cuando instintivamente
retrocedì hacia èl y sonrièndole le di una palmadita sobre su polla dicièndole :
“¡Espero que esta polla difrute mucho con Gladys ! ” le dije.
“¡Que no te quepa la menor duda de eso puesto que Gladys se ve preciosa.
Gracias, eres muy amable ! ”
“¡Me supongo que esta polla ha gozado mucho ! ¿Cierto ?” le preguntè dejando
mi mano sobre su calzoncillo.
“¡Pues sì, ha gozado bastante ! ¿Y èsta ?” me preguntò ponièndome complacido
su mano sobre mi short a la altura de mi polla.
“¡Pues, ni tanto !” le contestè timidamente.
El me apretò levemente la polla con su mano y en eso Gladys entrò en el
dormitorio y nos dijo :
“¡Caramba, veo que yà se han tomado bastante confianza los dos !”
“¡Es un muy buen chaval Gladys y ademàs muy amable !”
“¡Sì, es muy primoroso ! ”
“¡Gracias Gladys, ahora los dejo solos y les deseo que la pasen muy bien ! ” y asì
diciendo, salì del cuarto.
Yo me quedaba asombrado e incrèdulo por lo que habìa hecho : habìa ayudado a
un perfecto desconocido a desvestirse y ademàs le habìa puesto mi mano sobre su
polla. Para no seguir pensando en lo occurrido fui al cuarto de lavanderìa para
controlar la lavadora y luego me puse a ver televisiòn màs por aprender alguito del
idioma que por ver programas que desconocìa. Despuès de un largo rato oì repicar el
telefono y al contestar logrè entender que era el cliente que Gladys esperaba y le fijè
su cita para poco antes de las nueve de la noche. Llegaron tambièn otras llamadas
pero, puesto que hablaban muy rapido, me atrevì a fijar solo dos citas para el dìa
siguiente, en base a los horarios que Gladys tenìa en su agenda. Un buen rato
despuès tocaron al timbre de la puerta y al habrir se me apareciò un señor muy
elegante y distinguido de pelo casi totalmente blanco. Reconocì rapidamente su
acento britànico y èsto me procurò un fuerte alivio yà que me permitìa hablar sin
titubeos y sin tropiezos. El me dijo que habìa llamado por telefono para poder
adelantar su cita pero èste le resultaba siempre ocupado. Le pedì que esperara ya que
Gladys estaba aùn ocupada y lo dejè entrar acompañàndolo en otro salòn un poco
màs pequeño. Tuve solamente el tiempo de llevarle una bandeja con tè frìo y
chocolates que oì a Gladys llamarme desde el salòn. Fui entonces a averiguar que era
lo que deseaba.
“Carlo, este señor quiere saludarte antes de irse ” me dijo Gladys.
“¡Oh, que amable ! ¿Què tal le fue con Gladys ?” le preguntè.
“¡Maravillosamente bien Carlo, quedè muy complacido. En mi pròximo viaje por
estos lugares volverè a visitarla sin duda. Toma Carlo, esto es para tì !” y, sin màs ni
màs, me puso un par de billetes en el bolsillo de mi short.
“¿Por què hace eso ? ¡Yo ni hice ni pedì nada !” le dije asombrado.
“¡Carlo, es simplemente algo que yo quiero hacer. Espero volver a verte y deseo
que te vaya todo muy bien !”
“¡Si es asì, entonces gracias. Estarè encantado de volverle a ver; le deseo un muy
feliz viaje !” y lo acompañè hasta la puerta. Antes de salir me saludò con una sonrisa
y una palmadita en mi polla por sobre de mi short.
Luego alcancè a Gladys en el dormitorio para informarle que su otro cliente ya la
esperaba en el salòn pequeño, que el otro habìa llamado y que vendrìa
aproximadamente a las nueve de la noche y que ademàs le habìa fijado un par de citas
para el dìa siguiente.
“¡Bravo Carlo, excelente, lo has hecho todo muy pero muy bien, gracias ! Mìrame
como me encuentro ahora, desnuda, desarreglada, despeinada, con un poco de leche
seca encima y algo cansada yà que ese tipo quiso que yo tambièn me corriera. El me
pagò bien pero fue muy exigente, de hecho, se tardò un poco màs porque quiso
correrse una vez en mi boca y otra en mi cola. Hiciste muy bien en dejar entrar a ese
otro cliente ya que hay que tratar bien a la gente. Voy a recibirlo en el otro dormitorio
puesto que èste ya està desarreglado. Tengo que asearme necesariamente asì que
hazme el favor de entretenerlo un poco y luego, para ganar tiempo, llèvalo al baño
privado del otro dormitorio y encargate tu mismo de lavarle la polla con el jabòn
desinfectante. Yo los alcanzarè tan pronto pueda.”
Yo me quedè aturdido oyendo lo que ella me habìa pedido. Por su puesto, le dije
que harìa todo lo que me habìa dicho y entonces volvì a reunirme con su cliente.
Empezamos a charlar muy amenamente explicàndole tambièn que mientras
esperàbamos a que llegara Gladys era mejor aprovechar el tiempo aseàndolo.
“¡Carlo, creo que es una muy buena sugerencia, vamos pues !”
Lo acompañe al dormitorio y empecè a desvestirlo. Luego lo conduje al baño
privado, en el mismo dormitorio, y mirando su polla, instintiva y espontaneamente le
dije :
“Veo que su vello està un poco largo. ¿Me permitirìa recortàrselo un poquito y
ademàs emparejarlo un poco?”
“¡Pues sì, en realidad lo he recortado muy pocas veces pero si quieres, te
agradecerìa mucho que lo hicieras !”
“¡Gracias por permitìrmelo, luego se darà cuenta de cuan agradable marco serà su
vello para esta polla !”
Me lavè las manos y me puse un par de guantes. Cogì el peine y unas pequeñas
tijeras que desinfectè con alcohol puro; me arrodillè frente a su polla y empecè mi
tarea. Le recortè un poco el vello y se lo emparejè . Luego, con mucho cuidado,
recortè por completo los pelos que tenìa cerca de la base del trono, para que estuviese
màs despejado, y de seguido los que le rodeaban el escroto y el ano. Al final volvì a
peinarlo y mirando a su polla pasè suavemente mi mano alerdedor de su escroto.
“¿Còmo le parece que le quedò ? ¡Ahora se puede apreciar claramente todo su
escroto y con mis dedos puedo sentir mejor los huevos. Tambièn el perineo y el
esfìnter estàs despejados !”
“¡Sì Carlo, en realidad se ve mucho mejor y hasta me siento màs libre y màs
fresco. Advierto que ahora mi escroto y el perineo son mucho màs sensibles, de
hecho, puedo percibir mejor el placentero roce de tus dedos sobre ellos. Te lo
agradezco mucho !”
Luego lo hice sentar sobre el bidè y empecè a enjabonarle la polla con jabòn
desinfectante y me di cuenta de lo muy complacido que èl estaba.
“¡Oye Carlo, te ves muy bien con esos guantes blancos; te pareces a un enfermero.
Me doy cuenta de que eres muy delicado y enjabonas muy cuidadosamente cada parte
de mi polla. Te puedo asegurar que nunca habìa recibido un tratamiento como èste. Ni
yo mismo me la lavo de esta forma tan minuciosa y escrupulosa !”
“¡Utilizo los guantes porque, como puede apreciar, todo aquì se mantiene
sumamente limpio, inclusive las toallas se ponen a lavar despuès de cada utilizo. Me
place mucho saber que le agrada como se la lavo. Reconozco que es un placer para
mì lavar una polla tan linda, bien proporcionada y de un color tan tenue. Hasta el
escroto se ve muy bien. Lo felicito deveras !”
Empecè enjabonando abundantemente su vello frotàndolo suavemernte con la
punta de mis dedos y luego retractè cuidadosamente su largo y sedoso prepucio de
manera de enjabonar abundantemente la cabeza de su polla insistiendo tambièn muy
delicadamente en la base del glande. Luego seguì a lo largo del tronco y del escroto
que tambièn frotè repetidas veces con mucha delicadeza. Me enjuaguè las manos y,
con una pequeña ducha manual, reguè todo con agua tibia. Sucesivamente volvì a
enjabonarme las manos para lavarle el perineo y el esfìnter. Notè que èl se estremeciò
un poco en lo que introduje mi dedo en su esfìnter y me parè de inmediato, para
preguntarle si le habìa dolido.
“Sì Carlo, me doliò solamente un poquito debido a la estrechez pero gracias al
jabòn y a tu delicadeza ya pasò. Es mejor que introduzcas màs el dedo para limpiarlo
màs a fondo puesto que yo no lo hago nunca.”
“Creo que es mejor que se desplace un poco hacia adelante sobre el bidet para que
mi dedo pueda entrar màs comodamente.”
El se desplazò segùn le sugerì y mi dedo pudo deslizar con màs facilidad hasta
quedarle completamente adentro y ademàs lo hice rotar lentamente para limpiarle
mejor su canal. Al extraer mi dedo lo enjuaguè por completo y luego me enjabonè
nuevamente las manos para aplicarle una segunda pasada. Notè que su polla poco a
poco comenzò a hipertrofiarse y èsto me permitiò enjabonarle nuevamente y mejor el
interior del sedoso prepucio y toda la polla en general. Para finalizar enjuaguè todo
con la ducha y al aplicàrsela en el ano, el fuerte flujo de agua tibia logrò remover
toda la suciedad y el jabòn que se encontraban en su interior; mientras tanto su polla
se iba parando siempre màs y màs; luego dirigì el flujo de agua sobre el vello, la
cabeza de la polla, el tronco y los huevos. Al terminar de enjuagàrsela le pedì que se
levantara para secàrsela. Mientras que le pasaba la toalla sobre la polla, su erecciòn
llegò al màximo.
“¡Caramba, habìa advertido que esta polla se estaba engordando poquito a poco
mientras que la secaba pero ahora, sacando la toalla, veo que està espantosamente
muy bien parada !” exclamè con asombro.
“¡Carlo cuando me vertìas el agua con la ducha sentì algo asì como un placentero
masaje que culminò en lo que empezaste a secàrmela con la toalla. Todo eso
contribuiò a que se me parara de esta manera. Te felicito por haber hecho un tan buen
trabajo !”
“Ahora le rocearè el vello con un poco un de perfume que utiliza Gladys para que
esta polla, ademàs de estar muy limpia y lucir mejor que antes, emane tambièn un
muy agradable olor. Me contenta mucho saber que le agradò mi tratamiento. Lo
felicito por el vigor que tiene su polla que aùn, mientras la tengo en mi mano,
advierto que sigue vibrando. Supongo que se habrà deleitado mucho con ella y que le
habrà proprcionado muchas satisfacciones. ”
“¡Sì, ella nunca me ha hecho quedar mal. Siempre me ha hecho disfrutar mucho y
el ùltimo deleite me lo acabas de dar tù mismo limpiàndomela tan impecablemente.
Te lo agradezco mucho !”
“¡No tiene por que agradecèrmelo !”
Me alejè un poco para coger el frasco del perfume y se lo rociè sobre el vello
cubrièndole la polla con la toalla para evitar que el perfume mojara el delicado
glande. Luego me quedè viendo su polla por unos instantes e instintivamente le dije :
“¡Hay que admitir que esta polla ahora luce mucho màs linda y provocante! ¿Me
concederìa el placer de besàrsela ?
“¡Bien puedes Carlo, si eso es lo que deseas, hazlo !”
Sin màs ni màs, le besè cada uno de sus huevos y luego su liso y roceo glande. De
seguido volvì a pasarle la toalla para secarle la humedad que le habìan dejado mis
labios.
“¡Gracias por concederme ese placer; en realidad fue muy agradable !”
“¡Carlo soy yo quièn te està agradecido por el extraordinario tratamiento que me
acabas de proporcionar. Sè que te agradò mucho ya que mi polla advirtiò tu afanoso
suspirar permanecièndole tan cerca !”
“¿ Que le parece si ahora entramos en el dormitorio para esperar a Gladys ?”
“¡Por su puesto Carlo, vamos!”
Los dos dormitorios estaban ubicados uno al lado del otro y pudimos oir
claramente el incrementarse del sonido producido por los tacones de las sandalias de
Gladys; de hecho ella no tardò en entrar.
“¡Mi amor, perdòname por haberte hecho esperar. Vaya, pero que veo. Ya tienes
esa polla muy bien parada !”
“¡Sì Gladys, lo que pasò fue que Carlo me la lavò tan maravillosamente bien,
ponièndole tanto cuidado, empeño y delicadeza en cada detalle, que se me parò.
Carlo es formidable !”
“¡Sì, Carlo es excepcional !” le dijo Gladys.
“¡Perdònenme pero no merezco tantos cumplidos. Gladys espero que no te haya
m*****ado si me tomè la libertad de esparcirle un poco de tu perfume. Lo hice
espontaneamente pensando que a ambos les hubiera gustado que su polla emanara tu
mismo olor !”
“¡En lo absoluto Carlo; me agrada mucho, eso y todo lo demàs que hiciste. Me
doy cuenta de que cualquier cosa que haces te sale bien ya que le pones mucho
entusiasmo, dedicaciòn y corazòn. Yo te habìa pedido solamente que lo asearas y tù,
ademàs de dejarlo plenamente satisfecho con su polla impecablemente limpia, me lo
hiciste encontrar hasta con su polla muy bien parada ! ¿Què màs placer para mì ?”
“¡Ahora, con vuestro permiso, me retiro para dejarlos solos. Espero que la pasen
muy bien !”
“¡Sì Carlo, bien puedes. Gracias por todo !” me dijo Gladys acercàndose a mì y
besàndome en los labios.
Salì entonces del cuarto cerrando la puerta despacito y pasè al otro dormitorio.
Estaba en penumbras y vi almohadas en el piso, sàbanas y cubrecama completamente
revueltos. El aire aùn olìa a perfume, deseo y exitaciòn. Instintivamente cerrè la
puerta y me desnudè por completo. Me sentìa como hipnotizado y mi polla empezò a
vibrar espontaneamente. Me recostè sobre la cama y comencè revolcarme de un lado
a otro sobre las arrugadas sàbanas, pasàndome tambièn las almohadas por sobre mi
cuerpo y luego halè las sabanas para envolver mi cuerpo en ellas. Mientras que estaba
en eso agarrè mi polla por sobre las sàbanas y empecè a pajearme por un rato hasta
correrme. Limpiè mi polla con las mismas sàbanas y despuès de unos minutos me
levantè satisfecho por haber gozado yo tambièn en el mismo lugar donde antes
Gladys habìa follado màs de una vez con su cliente. Abrì las dos amplias ventanas
para hacer circular aire fresco en todo el cuarto y recogì sàbanas, cubrecama, fundas
de almohadass, ropa de Gladys, ropa mìa y toallas del baño para introducirlas en la
lavadora e iniciar el lavado. Regresè al dormitorio para reordenar todo y mientras que
lo hacìa note que mi polla, no obstante el pajazo que me habìa echado, habìa vuelto a
pararse nuevamente; me di cuenta que sobre la mesita de noche habìan unos cuantos
billetes que de seguro eran los que el anterior cliente le habìa entregado a Gladys.
Por ùltimo reordenè el baño y lavè todo el piso. Me excitaba mucho tambièn haber
realizado esa tarea completamente desnudo; el solo estar mis pies en contaco directo
con el piso, me proporcionaba un indescrivible placer. Mientras que me dirigìa hacia
el cuarto de baño, que estaba ubicado cerca del cuarto de lavanderìa, y siempre con
mi polla bien parada, oì repicar el telèfono. Era el cliente que tenìa cita para
aproximadamente a las nueve y me preguntò si Gladys hubiera podido atender
tambièn a un amigo de èl. Me tomè la libertad de contestarle afirmativamente. Me
seguìa excitando mucho el haber atendido la llamada estando yo sentado con las
piernas cruzadas y desnudo. Antes de entrar en el cuarto de baño pasè por la cocina
para servirme un vaso de tè frio y mientras que me lo sorbìa me acerquè a la puerta
del dormitorio y oì claramente gemidos de placer asì como tambièm los constantes y
rìtmicos crujidos provenientes de la cama. Despuès de sorber el tè pasè por la cocina
para dejar el vaso y luego me fui a bañar. Mientras me encontraba debajo de la ducha
oì repicar el telèfono varias veces. Finalmente me vestì y me recostè en el sofà a ver
televisiòn, màs para tratar de aprender algo del idioma que por ver programas que yo
desconocìa. Al ratico el telèfono volviò a repicar y al contestar pude entender que era
alguien que buscaba a Gladys y lo invitè a volver a llamar màs luego. En realidad yo
podìa oir un vocerìo de fondo que, sumado a la rapidez con que me hablaba, terminè
por no entender nada y concluì la llamada invitàndolo a llamar luego. No mucho
despuès Gladys y su cliente entraron en el salòn y les preguntè :
“¿Què tal la pasaron ?”
“¡Muy bien, difrutamos muchìsimo. Gladys es excelente y quedè muy satisfecho.
Puesto que tù tambièn contribuiste en satisfacerme, quiero que tomes esto !”
El sacò su cartera, y me puso unos billetes en la mano, cerràndomela despuès.
“¿Perdòn, pero, por què hace èsto ?” le preguntè con asombro.
“¡Porque te los mereces y porque eres un buen chico. Espero volver a verte la
pròxima vez !”
Lo acompañe hasta la puerta y nos despedimos. Al regresar al salòn, llamè a
Gladys y ella vino casi de inmediato.
“Carlo, perdòname pero estaba en la cocina yà que necesitaba tomarme un vaso de
agua bien fria.”
Se me acercò con una amplia sonrisa y con los brazos completamente abiertos.
“¡Ven aquì mi amor porque quiero darte un beso inmenso como el ocèano y
caliente como el fuego !”
Despuès de besarnos muy apasionadamente, comenzò dicièndome :
“¡Carlo eres simplemente maravilloso; no podìa imaginarme que te portaras tan
pero tan bien. Me dejaste a ese tipo tan excitado que cuando empezò a follarme se
corriò casi de inmediato; creo que fue en su tercera embestida dentro de mi cola.
Luego me lamiò toda y quiso correrse por segunda vez, pajeàndose èl mismo por un
largo rato, mientras que me mamaba la polla. Practicamente yo me ahorrè de
correrme pero, lo que es màs, al follarme por tan poco tiempo, evitè que esa verga tan
grande me reventara la cola. Gracias a ti me encuentro aùn fresquita, descansada y lo
que es màs, aùn con mi cola entera. Ahora, por favor, vente conmigo al cuarto
porque tenemos que compartir algo !”
Me llevò al dormitorio y se parò frente a la mesita de noche, sobre la cual habìan
unos cuantos billletes. Los cogiò y al terminar de contarlos me dijo :
“Carlo, èsto es lo que ese tipo me pagò; toma, la mitad es para ti y la otra para
mì.”
“¿Por què haces èsto ?”
“¡Carlo por favor, tòmalos porque es justo que asì sea. Me ahorraste trabajo, fatiga
y dolor. Crèeme, que en este trabajo, èsto es algo importante. Si mi culo todavìa està
entero, te lo debo unicamernte a ti !”
“¡Pero Gladys yo no considero justo que debas darme tanta plata; aparte de que yo
no quiero nada, ten en cuenta que, al fin y al cabo, fuiste tù en correr con todos los
riesgos !”
“¡Ok Carlo, si eso es lo que tù piensas, entonces vamos a ponerlo de otra manera :
yo quiero regalarte ese dinero porque asì yo lo quiero y punto !”
“¡Pero Gladys, tù misma viste que èl me diò unos cuantos billetes !”
“El te diò ese dinero porque quedò muy satisfecho por como lo trataste. Carlo por
favor, coge toda esa plata, guàrdala y disfrùtala. Ahora dejame arreglar esta cama
porque despuès tengo que pasar a arreglar la del otro dormitorio.”
“No Gladys, no hace falta porque yo ya me encarguè de eso.”
Ella entonces entrò en el otro dormitorio y luego de asomarse en la puerta del
baño, se volviò hacia mì abrazàndome y besàndome apasionadamente.
“Carlo, tu actitud me asombra y me conmueve a la vez. Todo aquì està
impecablemente limpio, reluciente y ordenado. Apuesto a que pusiste tambièn la
lavadora en marcha.”
“Sì Gladys estoy esperando que termine su ciclo para tender todo en la terraza. Era
lo mìnimo que podìa hacer.”
“Veo que lavaste hasta el piso.”
“Por su puesto; el cuarto de baño estaba mojado y aprovechè para lavar el piso de
todo el cuarto.”
“¡Gracias Carlo, eres todo un amor; no sè como agredecerte todo lo que haces por
mì !”
“No tienes nada que agradecerme. Gladys querìa decirte que el cliente que vendrà
cerca de las nueve volviò a llamar para preguntarme si podìa venir junto con un
amigo y yo le dije que sì pero no entendì bien si era para ser atendidos juntos o por
separado. ¿ Me equivoquè al contestarle que sì ?”
“¡Carlo, pierde cuidado; no cometiste ningùn error. Me da igual atenderlos juntos
que por separado. Lo importante era fijar la cita. Muy bien hecho. Carlo, me estàs
resultando de mucha utilidad !”
“¡Menos mal, temìa haberme equivocado. Ahora voy a reordenar el dormitorio !”
“¡Vamos, hagàmoslo juntos y luego me baño!”
“¡No Gladys, deja que yo lo haga, por favor. Lo hago con mucho gusto y te
confieso que es algo me excita mucho !”
“¡Carlo, oìrte me hace feliz, tus palabras son mùsica para mis oìdos. Creo que me
has idealizado. Hablaremos de èsto luego de que me bañe. Estàs muy cachondo e
igual me pones a mì. Deja que esta vez sea yo en desnudarte y haz lo que quieras en
el dormitorio pero no te corras ya que quiero que guardes tu leche para mì. Esta
noche dormiremos juntos y la pasaremos divinamente bien; ya lo veràs. Ahora no
utilizarè el baño privado del dormitorio para dejar todo limpio !”
“¡En lo que termines, limpiarè con mucho gusto, cualquiera que sea el cuarto de
baño que vayas a utilizar !”
“¡Carlo, sinceramente, no encuentro palabras; eres todo un amor para mì; un
verdadero y profundo pozo de amor !”
Volviò entonces a abrazarme y besarme apasionadamente mientras que presionaba
y frotaba su polla contra la mìa. Despuès me desnudò delicadamente por completo
quitàndome tambièn las chancletas. Hincada frentre a mi polla, pegò sus labios sobre
mi glande y su lengua me lo lamiò ardientemente. Luego se levantò y con su
excitante andar se dirigiò hacia el cuarto de baño pero se parò por unos instantes para
quitarse y dejar caer en el piso su bata y las bragas; luego se volteò hacia mì y con
una sonrisa sensualmente provocadora me dijo :
“¡Por favor Carlo, recògelos cuando quieras y ponlos para lavar !”
“¡Sì Gladys, lo recogerè con mucho gusto màs tarde porque por ahora me gusta
verlos ahì mismo donde los dejaste caer !”
“¡Te quiero, Carlo !”
“¡Yo tambièn, Gladys !”
Empecè asì a reordenar todo el dormitorio y cuando terminè fui al cuarto de
lavanderìa llevando todo lo que habìa que lavar. Se oyò el telèfono repicar y entendì
que Gladys habìa terminado de bañarse ya que ella misma contestò la llamada desde
el salòn. Al bajar al salòn me acerquè a Gladys mientras que aùn sostenìa una
placentera conversaciòn; yo me le quede parado en frente y empecè a acariciar su
cabeza en tanto que ella recorrìa lentamente mis gluteos con la punta de sus dedos.
Luego hizo rozar su dedo medio sobre todo lo largo de mi raja una y otra vez hasta
posicionarlo frente a mi esfìnter. Yo me agachè un poco para que su dedo tuviese
mayor libertad de movimiento y en efecto su dedo empezò a recorrer lentamente la
circunferencia de mi agujero; durante ciertos instantes su dedo presionò levemente mi
agujero pero sin penetrarlo. De seguido sus dedos recorrieron mi perineo hasta llegar
a mis huevos. Mientras que estaba a la escucha aprovechaba para lamerme la polla
que ya habìa respondido a sus estìmulos alcanzando su màxima erecciòn. Yo me alejè
un poco y me arrodillè frente a ella introcuciendo su polla dentro de mi boca para
deleitarme y tambièn para que ella llevase a cabo mejor su conversaciòn. Ella
acariciaba suavemente mi cabeza con su mano libre hasta que colgò la bocina del
telèfono. Entonces se levantò y abrazàndonos fuertemente nos besamos
apasionadamente.
“¡Carlo, eres muy pasional y sensible !”
“¡Gladys yo te quiero; deseo pertenecerte; deseo ser tuyo !”
“¡Carlo, tù eres mìo desde hace rato pero, como te dije antes, quiero desvirgarte
cuando tu me lo pidas de otra manera y en otras circunstancias. Ese momento tendrà
un matiz diferente y serà un momento màgico. Confìa en mì !”
Hubo silencio por unos segundos en los que nos miramos fijamente en lo ojos.
Estàbamos los dos desnudos y descalzos. Gladys tenìa aùn el pelo mojado ya que
para atender la llamada telefònica no habìa terminado de secàrselo y èsto, ante mis
ojos, la hacìa lucir mucho màs sensual. Luego continuò dicièndome asì :
“Carlo acabo de hablar con Julia; ella es una cliente mìa de unos cincuenta años de
edad y me dijo que vendrà despuès de cenar junto con su marido que tiene unos
dieciseis años màs que ella. Yo no le he hablado de ti, pero quisiera preguntarte algo
a ti antes que a ella. Yo quisiera saber si te agradarìa follàrtela. Te puedo asegurar que
es una mujer muy guapa y en realidad està buenìsima. Te advierto, a priori, que es
muy exigente y le gusta que le den bastante caña. ¿ Què me contestas ?”
“¡Sì, porque no !”
“¡Vale Carlo ! En lo que lleguen les voy a plantear la posibilidad de tu
intervenciòn !”
“¿Y su marido ?”
“¡Su marido la complace en todo y està muy orgulloso de ella. Pero, como te dije,
no te puedo asegurar nada; antes tengo que preguntarle a ella si acepta tu presencia!”
“Gladys quisiera comenzar a preparar el pollo asado ya que hoy me dijiste que te
gusta mucho comerlo de esa forma.”
“¡Carlo es verdad, pero no quiero que te conviertas en mi sirvienta !”
“Gladys lo preparaè con mucho gusto porque para mì es un placer servirte.”
“¡Eres todo un amor y no me canso de repetirlo ! ¿ A que hora llegaràn los dos
clientes ?”
“Màs o menos a la nueve.”
“Voy a terminar de secarme el pelo, a maquillarme y a ponerme alguito de ropa
encima.”
“Sì Gladys, mientras tanto yo irè a la cocina del primer piso para evitar la difusiòn
de olores ya que la cocina de aquì abajo se encuentra limpia.”
“Carlo no hace falta que me lo digas porque desde aquì percibo el desodorante
ambiental que rociaste hasta en la lavanderìa asì como me di cuenta de que pusiste en
marcha la lavadora del primer piso porque la puedo oìr desde aquì abajo. Carlo, yo te
agradezco todo lo que haces pero no quiero que seas tan servil conmigo.”
“¡Gladys, te repito que me encanta servirte. Por favor no me lo prohibas !”
Se acercò màs a mì y abriendo sus piernas colocò mi polla debajo de la suya;
luego volviò a cerrarlas para que mi polla se mantuviera en pleno contacto con su
perineo. Me abrazò fuertemente y pegò sus labios de los mios.
“¿Te gusta esta posiciòn ?”
“¡Gladys me encanta, me encanta estar contigo, servirte y cuidar de tu casa.
Pruebo algo muy estraño pero sumamente placentero contigo !”
“¡Carlo no dejes que tu consciente, moralista y enquisidor superyò predomine; no
reprimas tus primitivos, innatos e inconscientes deseos de tu ello. Vive, disfruta y
balancea con toda comodidad tu bisexualidad. Aquì conmigo puedes sentirte libre de
espresarte como màs te satisfaga. Posiblemente yo estè equivocada y te aconseje mal
pero tù dispones de tu propria voluntad y al final la decisiòn es tuya; yo vuelvo y te
repito que no dejes que tu ello se deje joder por tu superyò !”
“¡Esa es la teorìa de Sigmund Freud !”
“¡Sì, ese tipo tenìa razòn; estaba en lo cierto aunque muchos lo tildaban de loco !
Pero dejemos ese tema. ¿Carlo, podrìas complacerme en algo?”
“¡Sì Gladys, en lo que quieras !”
“¡Quisiera verte puestos un par de mis chancletas, tanga y una franela medio larga
con escotes !”
“¡ Dàmelos cuando quieras, Me encantarìa muchìsimo !”
“¡Pues vente conmigo para vestirte yo misma !”
Me llevò de la mano hacia el dormitorio y empezò a buscarlos entre su ropa. Me
puso un tanga blanco que no llegaba a cubrirme todo el vello y dejaba ademàs
descubiertos casi la mitad de mis gluteos y la parte superrior de mi raja. Lateralmente
llevaba dos anchas y largas franjas anudadas. Luego me puso una franela blanca de
mangas abiertas, muy liviana larga hasta la mitad de los muslos y sus cortes laterales
los dejaban tambièn un tanto descubiertos. Tenìa un buen escote a nivel del pecho, de
la espalda y de las axilas. Terminò ponièndome un par finas chancletas y me rociò
encima un poco de su perfume. Luego diò unos pasos hacia atràs y me mirò
complacida.
“¡Carlo, te ves maravillosamente bien. Gracias por complacerme. Ven entre mis
brazos, mariquito mì, dame un beso y luego anda a preparar el pollo !”
Despuès de pegarnos otra vez de los labios subì hacia la cocina. Confieso que con
su ropa encima me sentìa mucho mejor. Empecè a preparar el pollo y despuès de
haberlo condimentado y puesto en el horno a baja temperatura me dirigì al piso de
abajo y la vi salir del cuarto de lavanderìa cargando en sus brazos todo lo lavado. Me
le acerquè y sacàndoselo de los brazos le dije que me encargarìa yo mismo de poner
todo a secar en el tendedero.
“Està bien Carlo, ya que insistes, ponlos tù a secar mientras yo sigo aquì leyendo.
Ella cargaba un sostèn tipo faja de color azul anudado solamente en la parte
delantera y un tanga blanco, igual al que ella me habìa puesto, cubierto solamente con
un foulard azul transparente, anudado tambièn en la cintura. Uno de sus muslos
quedaba casi descubierto. Completaban su escasa vestimenta un par de sandalias
blancas, abiertas y con tacòn alto de aguja. Era muy excitante verla ya que su
esplèndido cuerpo quedaba casi del todo expuesto. Luesgo de tender todo lo lavado
me acerquè a ella y me sentè en el piso frente a sus piernas y empecè a acariciar y a
lamer sus piernas y sus pies.
“¡Me imagino que tu anterior cliente te habrà lamido las piernas como lo estoy
haciendo yo ahora !”
“¿Te imaginas ? ¡Carlo, no utilices ese verbo ya que tienes la oportunidad de
poder ver !”
“¡Gladys, perdòname pero no me atreverìa nunca a abrir la puerta del cuarto !”
“¡No hay necesidad de abrir puerta alguna. Vente conmigo para enseñarte lo que
Amalia me sugiriò que hiciese !”
Me llevò de la mano hasta uno de los dos dormitorios y se detuvo frente a un
espejo ubicado en el lado opuesto a la cama. Luego le diò media vuelta a cada uno de
los dos espàrragos que sostenìan el marco del espejo a la pared y lo girò gracias a una
bisagra colocada sobre un lado del marco. Se pudo entonces ver claramente la cama y
casi todo el dormitorio que estaba del otro lado de la pared. Luego volviò a cerrarlo y
me llevò al otro dormitorio, adyacente al anterior, en donde estaba colocado tambièn
un espejo idèntico al del otro dormitorio e hizo la misma operaciòn.
“Esta fue una idea que tuvo Amalia para satisfacer su curiosidad y su libido. Ella
querìa ver lo que pasaba en cualquiera de los dormitorios sin ser vista. Si tù quieres
ver lo que pasa en el otro dormitorio no tienes màs que desvincular el marco y
girarlo. Desde el otro dormitorio es imposible notar esto, por mucho que cualquiera
se le acerque.”
“¡Gladys èsto es algo tan ingenioso como asombroso ! ¿Me das tu permiso para
poder verte mientras que atiendes a tus clientes ?”
“¡Claro Carlo, cuando tu lo deses ! Solamente yo, Amalia, Dalia, Luis y ahora tù,
estamos al tanto de estos espejos.”
Despuès me acerquè a otro espejo, un tanto màs ancho, pero con el marco de igual
modelo y con el mismo tipo de espàrragos, que estaba colocado en la pared opuesta y
de lado del cabezal de la cama.
“Gladys, perdòname por la pregunta. ¿Es este tambièn otro espejo espìa ?”
“¡Caramba Carlo, te felicito por tu perspicacia. Sì lo es. Abrelo y veras !”
Di media vuelta a los espàrragos y girè el marco del espejo. Pude entonces ver un
cuarto muy grande.
“¿Y esto que es ?”
“Ese es un salòn adyacente a este dormitorio y su superficie es poco menor del
doble que la de este dormitorio. Creo que serà mejor entrar ahì para que lo veas.”
Volvì a colocar el espejo en su posiciòn original de cerrado y salimos del
dormitorio para entrar a ese < salòn >.
“Carlo puedes ver que este salòn es muy amplio y comodo. Juntè firmemente dos
colchones matrimoniales obteniendo asì una amplia cama que utilizo para las orgìas.
Esta fue una idea que se le occurriò a Dalia y ella misma se encargò de adquirir los
muebles y los adornos. Ultimamente me dijo que quiere comprar unos espejos para
ponerlos en el techo y en las paredes.”
“¿Hay otros espejos espìa en el resto de la casa ?”
“No Carlo, son solo los que ves en estos tres cuartos. Los de los dormitorios
fueron una idea de Amalia y la de este salòn, de Dalia. Son dos mujeres muy calientes
y morbosas que tendrè mucho gusto en presentarte. La ùnica finalidad de èsto es la de
incrementar nuestro libido. No obstante todas las vicisitudes y contrariedades que han
enfrentado son muy buena gente y enfrentan la vida con optimismo. En èsto incluyo a
Luis y a mì mismo. Los cuatro hemos sufrido muchas adversidades en la vida y
encontramos en el sexo nuestros momentos de desahogo y distensiòn que tratamos de
aprovechar al màximo. De vez en cuando hacemos donaciones a una casa-hogar para
niños abandonados y tambièn a un centro para desintoxicaciòn de drogas”
“Gladys me conmueve mucho èsto ùltimo que has dicho.”
“Bien Carlo, salgamos de aquì y vamos al salòn porque creo que aquellos tipos
estèn por llegar. ”
“Sì Gladys, yo subirè a la cocina a chequear el pollo que tengo cocinando en el
horno.”
Al poco rato, mientras yo bajaba por las escaleras, tocaron el timbre y fui a abrir la
puerta. Eran dos jovenes.
“¡Hola, llamè por telèfono esta tarde !” me dijo uno de ellos.
“Sì, reconozco tu voz hablaste conmigo pero perdòname por no haberte entendìdo
muy bien ya que aùn no hablo castellano. ”
“Pierde cuidado porque en algo nos entendimos, y como ves, estoy aquì con mi
amigo y a la hora establecida.” me dijo complacido y ofrecièmdome su mano.
“Sì, es cierto. Tengo mucho gusto en conocerte, mi nombre es Carlo.” le dije
sonriendo al apretar su mano.
“Encantado, el mìo es Danilo.” me dijo apoyando ademàs la otra mano sobre mi
hombro y dàndome un besito en los labios.
“Mucho gusto, yo soy Emilio.” me dijo el otro tipo acercàndose y besàndome.
“El gusto es tambièn mìo Emilio, pero por favor, entren, Gladys los està
esperando.”
Yo me asombraba cada vez màs de mì mismo : dos desconocidos me habìan
apenas conocido y ya nos habìamos besado en los labios. Yo, instintivamente, habìa
respondido a sus besos y experimentado un extraño e inesperado placer al sentir sus
manos sobre mis hombros descubiertos. Gladys nos alcanzò en el pasillo para
recibirlos.
“¡Hola mis amores, sean muy bienvenidos. Por favor, acomòdense en el salòn !”
le dijo Gladys extendiendo sus brazos a ambos a la vez. Cada uno de ellos le tomò
una mano para besarla.
“¡Ahi, pero que caballeros y galanes que son !” les dijo muy complacida. Luego
se interpuso entre ellos y tomando a cada uno con su mano los llevò hasta el sofà.
“¡Por favor tomen asiento aquì en el sofà y dèjenme sentar entre los dos para
relajarnos y sentirme màs protegida !”
Una vez sentados ella cruzò sus piernas y se volteò hacia cada uno de ellos para
besarlos en los labios. Despuès les tomò las manos y las apoyò por separado sobre
sus muslo cubrièndolas con las suyas. Yo me me sentè, con las piernas cruzadas, en
la butaca casi en frente de ellos. Notè que ambos estaban muy complacidos de que
ella se hallaba sentada entre ellos dos.
“Gladys, yo esta tarde tenìa un compromiso y por eso te dije que hubiera vuelto a
llamar para fijar nuestra cita con màs exactitud. Despuès, pensàndolo mejor, llamè a
mi ìntimo amigo Emilio y, al hablarle de mis planes, èl aceptò y por eso te volvì a
llamar.”
“Sì Danilo, yo estaba ocupada y Carlo me contò de tu amigo sin poder yo entender
mucho, pero lo importante es que ya estàn aquì.”
“En efecto Danilo, perdòname por haber aceptado tu cita casi a ciegas y sin saber
exactamente que decirle despuès a Gladys de modo que ella pudiera programarse.”
“Carlo, despreocupate por todo. Fue un placer hablar contigo y es mayor ahora
que te conozco. Dèjame decirte que te ves muy bien y que Gladys es realmente muy
linda. Es una làstima no haberlos conocido antes.”
“Danilo, a mì tambièn me ha gustado mucho conocerlos. ¿Que planes tienen ?” le
pregunto Gladys.
Danilo estaba por contestarle pero Emilio empezò dicièndole :
“Gladys, en realidad hoy es el dìa de mi cumpleaños y mi ìntimo amigo Danilo me
llamò para decirme que querìa festejar este dìa regalàndome un encuentro contigo y
poder disfrutar los tres juntos. Yo aceptè encantado su regalo y estoy muy contento
ya que te encuentro hermosìsima. Para ser sincero, me encantarìa tambièn que Carlo
se uniera a nosotros puesto que lo encuentro muy atractivo. Tampoco te niego que
tendrìa tambièn mucho placer en compartir con èl a solas ahora mismo y disfrutarlo a
plenitud pero para mì es importante, en este dìa, la presencia de Danilo. Ademàs, en
honor de la verdad, en este momento lamentablemente no tengo la disponibilidad de
poder invitarlo quedàndome asì con las ganas, pero indudablemente dentro de poco,
èsto serà factible ya que, como acabo de decir, èl me gusta mucho.”
Yo estaba por hablar pero Danilo irrumpiò diciendo :
“Si Carlo, me uno a Emilio y comparto plenamente su idea. Yo vi la foto de
Gladys en un portal de anuncios y me propuse festejarle este su dìa regalàndole un
trìo junto con Gladys. A mi tambièn me apena mucho no poder disfrutarte pero mi
actual presupuesto no me lo permite, pero ten la seguridad que dentro de poco,
pasarè por aquì ya que yo tambièn deseo pasar un agradable rato contigo. ”
Iba yo a hablar pero las palabras no me salieron. Instintivamente me levantè y me
acerquè a Emilio, que en ningùn momento habìa dejado de mirarme, para inclinarme
hacia èl y pegar mis labios de los suyos.
“Emilio te agradezco muchìsimo las palabras que tuviste para mì. Creo que la
intensidad de mi beso fue muy elocuente y se expresò mejor que mil palabras, que
tampoco, hubiera sabido coordinar. Ahora quisiera volver a besarte, para de esta
forma, desearte un muy feliz cumpleaños.”
Emilio se levantò y al mismo tiempo lo hicieron tambièn Gladys y Danilo. Emilio
me abrazò fuertemente introduciendo mis brazos entre las anchas mangas de mi
franela. Mientras que sus manos acariciaban mi espalda nuestros labios se pegaron y
nuestras lenguas rozaban una contra la otra apasionadamente.
“¡Feliz cumpleaños Emilio !” le dije miràndolo fijamente en los ojos.
Gladys se acercò a Emilio y lo besò tambièn apasionadamente deseàndole un feliz
cumpleaños. Mientras que ellos se besaban yo me acerquè a Danilo dicièndole :
“¡Danilo, te agradezco mucho a ti tambièn por tus significativas palabras !”
Su impulsiva reacciòn se manifestò con un beso muy apasionado que compartì
ardientemente. En lo que terminamos de besarnos Gladys sugiriò que brindaramos
con una copa de sangrìa por el cumpleaños de Emilio. Se dirigiò a la cocina y
regresò trayendo un jarròn de sangrìa bien frìa y cuatro copas. Una vez llenadas las
copas le cantamos el cumpleaños y, mientras le aplaudìamos, nos turnamos para
volver a besarlo apasionadamente. Emilio se veìa en realidad muy emocionado.
Despuès de haber sorbido la sangrìa Gladys les diò, alegre y simultaneamente a los
dos un par de palmadas sobre sus pollas dicièndoles :
“Bueno mis amores, creo que estas pollas no esperan otra cosa que gozar y festejar
tambièn. ¿Què tal si nos vamos de una vez al cuarto ?”
“¡Pues, andando !” le contestaron ambos al unìsono.
“¡Carlo, perdònanos por dejarte a solas !” me dijo Gladys.
“¡Despreocùpate Gladys, aprovecharè para dedicarme a otras tareas que tengo
pendientes. Les deseo que disfruten de lo mejor !”
Y asì los tres se dirigieron abrazados hacia el dormitorio mientras que yo subì a la
cocina. Saquè la bandeja del horno y revolvì el pollo junto con los otros ingredientes,
aumentè la temperatura y programè el horno para que apagara a los veinte minutos.
De seguido regresè a la planta baja y entrè en el dormitorio para girar el espejo y ver
lo que pasaba en el otro dormitorio. Los tres habìan salido en ese momento del baño
y se volcaron en la cama. Ambos ya tenìan sus pollas muy bien paradas y empezaron
a lamer a Gladys delicadamente desde los pies hasta la cabeza acariciàndola sin cesar.
Vi como ambos a la misma vez halaron los lazos laterales de su tanga dejando asì al
descubierto la linda verga de Gladys. En ese momento tocaron el timbre de la puerta.
Cerrè el espejo y salì del dormitorio para dirigirme hacia la puerta. A travès del ojo
màgico vi a un joven de pelo negro largo casi hasta los hombros. Luego de unos
segundos optè por abrirle.
“Hola què tal, soy Terry, llamè esta tarde para fijar una cita con Gladys.”
“Perdona pero Gladys por el momento està ocupada. Creo reconocer tu voz. ”
“Sì, estàbamos hablando y luego cortarte la llamada. Sinceramente no comprendì
mucho tu actitud.”
“Terry te ruego que me disculpes pero el problema es que yo no se hablar
castellano y ademàs debido a la bulla que se oìa y a tu ràpido hablar no logrè entender
mucho. Yo tratè de decirte que volvieras a llamar para que hablaras directamente con
Gladys, pero veo que no me entendiste. ”
“Sì, en efecto llamè desde un telèfono pùblico y por lo visto no logramos
entendernos, pero despreocùpate por eso. Pero un momento, ahora que te estoy
viendo mejor. creo que tu cara no me es del todo desconocida; puede que yo me
equivoque o te confunda con otra persona. ¿Estabas acaso anoche con Juliàn y
Gilbert en el restaurant “La Piña” ubicado en el Paseo de la Explanada ?”
“Sì, es cierto, los tres cenamos ahì. ¿Acaso los conoces ?
“¡Claro que sì ! Te acuerdas si Juliàn te dijo a quièn pertenecìa ese restaurant ?”
“Sì, el me dijo que era de un amigo suyo. Sì, sì, ahora me acuerdo que mencionò
un nombre que me pareciò muy extraño para un español. Sì, el dijo Terry.
¿Oye, pero es que eres tù ese Terry ?”
“Sì, soy yo. Y seguramente te diste cuenta que Juliàn no pagò la cuenta.
¿Cierto ?”
“No, no pagò la cuenta porque ni siquiera se la llevaron. Yo pensè que el tenìa
algun tipo de credito en ese reastaurant.”
“Lo que pasa es que ni yo ni mi papà, que es en realidad el dueño de ese local,
nunca quisimos que èl nos pagara porque fue Juliàn mismo quièn elaborò el proyecto
del restaurant mientras que cursaba apenas el tercer año en la facultad de arquitectura.
Su papà al final revisò su proyecto y sin màs ni màs, lleno de orgullo, se lo firmò
porque lo calificò de impecable. Cabe destacar tambièn que ni èl ni su papà quisieron
cobrar ni siquiera una peseta por ese proyecto. Su papà adujo que èl no habìa
elaborado el proyecto y Juliàn argumentò que no podìa cobrarnos nada ya que aùn no
se habìa graduado, que se sentìa en deuda con nosotros por haber confiado en èl, que
ese proyecto habìa sido para èl algo asì como un reto, un desafìò personal y su
proprio banco de pruebas sin contar ademàs la amistad que nos unìa. Desde la misma
noche de la inauguraciòn ese local se ha convertido en uno de los mejores de la
ciudad. Su papà es quizàs el mejor arquitecto en toda Alicante, pero yo creo que
Juliàn lo supera aunque todavìa le faltan algunas materias por graduarse. Cuando la
construcciòn del restaurant fue ultimada y la gente se enterò de que el proyecto habìa
sido obra suya, todos empezaron a llamarlo arquitecto; inclusive los profesores en la
universidad lo llamaban utilizando ese tìtulo. De facto, aquì en Alicante, a èl se le
conoce como el arquitecto y somos pocos los que lo llamamos por su nombre. Juliàn
tiene una mente extraordinaria y estoy sumamente orgulloso de ser su amigo. El es
todo un personaje en esta ciudad y es muy estimado por todos. El es un amante del
arte y ademàs un perfecto esteta.”
“Terry, perdòname mil veces por no haberte hecho entrar, lo que pasò fue que me
distraje oyèndote. Pero por favor, entra y pasemos al salòn para que me sigas
contando. Discùlpame tambièn por no haberme presentado, mi nombre es Carlo.”
Nos apretamos las manos y entrando en el salòn nos acomodamos en el sofà.
“¿Perdona mi curiosidad, pero como es que tu nombre tiene esa matiz britànica ?”
“Sencillamente porque mi papà de joven emigrò a Edimburgh y fue justamente
allà donde nacì e hice buena parte de mis estudios. Fue tambièn allà donde Juliàn y
yo nos conocimos casualmente. El andaba tomando fotos en la ciudad por doquier y
puesto que iba solo me pidiò el favor de sacarle una foto de perfil mientras que èl
observaba un viejo edificio señorial. Por su acento entendì que era alicantino y de ahì
comenzò nuestra amistad. Luego mi papà se dejò vencer por la nostàlgia y nos
regresamos todos aquì en Alicante. En realidad yo me siento màs escosez que
español, de hecho, voy a Edimburgh varias veces al año donde aùn tenemos nuestra
casa. Tengo programado un viaje por allà dentro de una veintena de dìas y Juliàn me
dijo que tendrà mucho gusto en acompañarme. A èl le encanta esa ciudad. Carlo me
percato de que pones mucha atenciòn en lo que digo.”
“Es que me parece interesante oìrte. Y ahora que hablas despacio puedo
entenderte mejor aunque no del todo. Yo me las arreglo mejor en inglès. ¿Por favor,
puedes pasar a ese idioma ? ¿Pero como fue que anoche nos viste ?”
“¡Claro que sì Carlo, ese es el idioma que màs domino ! Bueno, para seguirte
contando, yo en realidad me encontraba haciendo una diligencia en la calle y cuando
entrè en el restaurant los vi pero mientras que me encaminaba hacia vuestra mesa me
topè con otros amigos que estaban cenando y nos detuvimos hablando por algunos
minutos. Estando yo parado y de espaldas, ni Juliàn ni Gilbert me habràn visto.
Luego, al voltearme, me di cuenta de que ya se habìan ido. Màs o menos una hora
despuès lo llamè por telèfono a su casa pero no me contestò. Hoy, como a media
mañana, volvì a llamarlo pero tampoco me contestò. ¡Quièn sabe por donde
andarà !”
“En verdad los tres estuvimos juntos hasta la mad**gada y Juliàn me dijo que hoy
tenìa programado ir a Valencia con Gilbert y permanecer allà por unos tres dìas.”
“Te agradezco que me lo hayas dicho. El me habìa adelantado algo sobre ese
breve viaje, pero creo que tomaron repentinamente la decisiòn de salir hoy hacia allà.
No importa; estoy seguro que, de un momento a otro, èl me llamarà.”
Mientras que sorbìamos unos tragos de sangrìa, yo le hablè muy brevemente de mì
y de la forma casual de como habìa conocido a Gladys. Advertì que me miraba de
una forma algo complacida y como queriendo inspeccionar mi mente, exclamò :
“¡Estoy seguro de que la pasaron muy bien anoche los tres despuès de la cena !”
“¡Si Terry, en realidad la pasamos muy bien !” le dije muy relajado y sin poder
contener ni esconder la sensaciòn y la expresiòn de agrado en mi rostro.
“¡Sì Carlo, me lo suponìa. Veo que esa franela de Gladys te queda muy bien
porque tù tambièn te ves muy bien !”
“¡Sì, en efecto es de ella ! ¿Còmo la reconociste ?”
“Por el simple hecho de que conozco a Gladys desde hace tiempo y conozco casi
todo su ropaje y esa es una de sus franelas favoritas. Gladys es excepcional.”
“¡Sì, yo tambièn la encuentro excepcional. Fue ella quien la escogiò y acabò
tambièn ponièndomela ella misma !”
“Carlo para serte sincero, Gladys una vez me puso esa misma franela tambièn a mì
y un tanga blanco muy abierto, sea por delante que por detràs, con unos lazos
laterales anchos y largos anudados en la baja cintura. Y tambièn me puso un par de
sandalias blancas y hasta me maquillò. En lo que me sentì su ropa encima, mi polla
se parò de inmediato.”
Despuès de haberlo oìdo, me levantè instintivamente y me subì un poco la franela
dàndome tambien una vuelta completa para que èl pudiera ver el tanga por completo.
“¿Terry, es acaso èste el tanga al cual te refieres ?”
“¡Pues sì, es exactamente èste, y en su interior trae una pequeña etiqueta con
escrito made in France. Te confieso que te queda muy bien. Me excita mucho volver
a ver otra vez este tanga y me excita tambièn ver lo bien que te luce ya que destaca
aùn màs tu belleza. En realidad te hace muy deseable y me excita mucho ver tus
lindos muslos y parte de tu raja sin contar esa porciòn de tu vello negro y la
protuberancia de tu polla cuyo relieve provoca sacarte este tanga para apreciarla en
toda su belleza y saborearla milimetricamente con la lengua sin cansarse!”
“¡Terry hablàndome asì me haces emocionar y hasta sonrojar !”
“¡Y tù me haces excitar. Carlo, por favor, concèdeme el placer de acercarme a ti
ya que no me puedo controlar !”
“Sì Terry, bien puedes. Te lo concedo porque yo tambièn necesito que accedas a
mì y a mi polla !”
Yo di un paso hacia èl y èl avanzò un poco hacia mì permaneciendo aùn sentado.
Pasò suavemente sus manos por sobre mis muslos rozàndolos y besuqueàndolos con
sus labios. Yo me abrì un poco las piernas y soltè la franela que todavìa sostenìa
levantada con mis manos. Mi franela ahora cubrìa su cabeza y sus labios estaban
pegados de mi tanga a la altura de mis huevos; sentì que me los besaba con pasiòn.
Luego sus labios se desplazaron sobre mi polla aùn cubierta por el tanga y advertì su
dientes sobre mi vello pùbico. Sin dejar de acariciar mis muslos sacò su cabeza afuera
de mi franela y se levantò. Me abrazò y acariciàndome delicadamente la espalda me
besò con pasiòn. Luego miràndome dulcemente me dijo :
“Carlo, creo que es mejor alejarnos de aquì y acomodarnos en el salòn pequeño
para relajarnos mejor y estar un poco màs apartados para que cuando Gladys y su
cliente salgan por esa puerta no nos m*****en.”
“No Terry, Gladys tiene a dos clientes consigo.”
“Si Carlo, te creo, claro que te creo y èsto no me asombra en lo absoluto, pero
conociendo a Gladys, como yo la conozco, crèeme si te digo que ella es tan hàbil,
competente y experimentada que, si tan solo ella lo quisiera, serìa capaz hasta de
hacer correr, con abundantes chorros de leche y al mismo tiempo, a todas y a cada
una de las pollas de todo un batallòn de soldados, heridos o no, minutos apenas
despues de haberse ellos alejado del campo de batalla. Tù me dices, un tanto
asombrado, que ella ahora està follando con dos tipos, pero crèeme que, èsto para
ella, no es màs que un relajante paseo. ”
En lo que pasamos por la puerta del dormitorio, no hubo necesidad de pegar los
oìdos muy cerca de la puerta ya que los constantes y rìtmicos crujidos de la cama y
los gemidos de los tres eran màs que audibles.
“¡Gladys, eres toda una veterana sin igual; logras excitarme con tan solo oìrte !”
exclamò Terry.
Luego Terry puso su brazo en mi cintura, por dentro de la franela, y comenzò a
acariciar mi rabo recorriendo tambièn mi raja con sus dedos. Tomàndome la mano
no dejò de besàrmela con sus labios hasta que entramos en el salòn pequeño. Despuès
cerrò la puerta y empezò a besuquear muy tierna y lentamente toda mi cara, luego
pasò a mis brazos y siguiò bajando màs y màs hasta llegar a mis pies sin desnudarme.
Yo me sentìa como electrizado y no sabìa como responder a tantas efusiones. Fue
casi incalificable el inmenso placer que yo experimentaba. Sus labios habìan
recorrido milimetricamente todo mi cuerpo siempre lentamente y con mucha
vehemencia aùn sin desvestirme gracias a lo ancho de mi franela. Percibì el
enardecimiento de su pasiòn cuando, hincado frente a mì, besaba mis muslos con el
mismo ìmpetu de cuando besaba mis labios. Todo mi cuerpo vibraba a causa de sus
continuas e imparables efusiones de pasiòn y deseo incontrolable. Despuès se
levantò y acariciando mis hombros, desplazò delicadamente hacia afuera las tiras de
mi franela, dejàndola caer en el piso. Se volviò a arrodillar y rozò mi tanga con sus
labios; halando de los lazos laterales, èste cayò en el piso dejando al descubierto mi
polla que hasta entonces no habìa ni siquiera rozado. Se dedicò a mi polla, que desde
hace rato estaba bien parada, con ardor indescrivible. Luego accediò a mis huevos, a
mi perineo y a mi rabo siempre con la misma emociòn. No quedaba parte alguna de
mi cuerpo que no estuviese impregnada por su saliva. Me parecìa que sus labios
habìan masajeado todo mi cuerpo de una manera màs que placentera y que su lengua
me lo habìa lavado a plenitud. Me hizo recostrar en el piso sobre una confortable
alfombra y siguiò lamièndome y besàndome las piernas como si fuesen mis labios.
Mientras tanto Terry se habìa desnudado poco a poco; al final asumiò una postura
erecta pero de rodillas frente a mì y cogiendo mis pies con sus manos hizo que èstos
presionaran fuertemente su polla. Utilizando mis pies para pajearse, su polla no tardò
ni medio minuto en correrse, eruptando unos cuantos largos lechazos que,
describiendo en el aire una curva parabòlica, fueron a caer sobre mi estòmago. Al yo
advertir sus calientes gotas sobre mì tuve solamente las fuerzas para pedirle que me
hiciera correr tambièn a mì. El se inclinò hacia mi y puso mis muslos sobre sus
hombros acariciàndomelos con los labios y con las manos. Luego me lamiò la polla
y una vez que se la tragò, experimentè sensaciones tan placenteras que no me
hicieron tardar mucho en correrme dentro de su misma boca. Nos quedamos muy
pocos minutos en esa posiciòn y luego nos levantamos satisfechos para ir al cuarto de
baño a lavarnos. De regreso al salòn pequeño me repitiò varias veces lo mucho que
yo le gustaba y yo le hablaba de todas las placenteras sensaciones que habìa
experimentado. Un ratito despuès oì a Gladys que me llamaba; dejè a Terry en el
salòn sorbièndose unos tragos de sangrìa y me dirigì hacia el salòn. Me encontrè con
que Gladys, Danilo y Emilio estaban charlando alegremente.
“¡ Me parece que disfrutaron mucho ya que los crujidos de la cama y vuestros
gemidos se oìan muy claramente y sin cesar !” exclamè entrando en el salòn.
“¡Carlo, Gladys es insuperable; estoy agotado pero màs que satisfecho. Me apena
mucho que no pudimos invitarte pero te prometo que volverè muy pronto porque
quiero pasarla bien tambièn contigo !”
“¡Sì Danilo, yo tambièn deseo lo mismo. Me alegro mucho saberte satisfecho! ¿Y
tù Emilio ?”
“¡Carlo, yo tambièn disfrutè mucho porque en verdad Gladys me tratò de una
forma impecable, pero para serte sincero, pensè tambièn mucho en ti !”
Yo me le acerquè y despuès de acariciarle su mejilla le pasè la punta de mis dedos
por sobre sus labios y luego lo besè.
“¡Gracias Emilio por guardarme en tu mente; me haces enrojecer y emocionar a la
vez. Eres muy cariñoso y te lo agradezco mucho !”
Despuès los acompañè hasta la puerta y antes de salir, cada uno de ellos me besò
apasionadamente. En lo que cerrè la puerta me dirigì hacia Gladys que se estaba
sorbiendo un trago de sangrìa frente al sofà.
“¡Carlo, yo no aguanto màs, ven aquì mi amor, ven aquì !”
Abriò sus brazos y abrazàndome fuertemente empezò a besarme repetidamente en
los labios y en el resto de mi cara sin dejar de acariciarme por un momento.
“¿Què pasa Gladys ? ¡Me gusta mucho que me beses tanto, pero por favor pàrate
aunque sea por un momento. Trata de entender que yo tambièn necesito besarte sin
cesar y responder a tus besos !”
“¡Sì Carlo, lo sé muy bien, pero por favor hazlo luego ya que por el momento no
me puedo frenar !”
Aprovechè del instante en que se habìa parado para empezar a besarla tambièn yo
convulsivamente hasta que me parè por un momento. Ella se aprovechò de mi
momentànea pausa y sin darme tregua pegò sus labios de los mìos de una forma tan
repentina que nos hizo perder el equilibrio por lo que caìmos sobre el sofà. Muestros
labios estaban armoniosamente pegados entre ellos y nuestras frebriles lenguas
desataron toda su pasiòn. Una vez concluido nuestro largo beso, nos relajamos un
poco.
“¡Carlo estoy muy complacida contigo. Eres maravillosamente espectacular,
Con Danilo y Emilio te portaste tan excelentemente bien que no dejabas de
impresionarme y asombrarme a cada momento siempre màs y màs. Antes y despuès
de follar ellos me hablaban de ti. Carlo, me llena de orgullo tenerte aquì en mi casa !”
“¡Gracias Gladys, pero la verdad es que, ademàs de quererte, yo siento que actùo,
como nunca lo habìa hecho hasta ahora, o sea, instintiva y espontaneamente. Me
encuentro muy bien aquì, contigo y en tu casa. Espero con mucho ahìnco el momento
en que me desvirgues y me hagas tuyo !”
“¡Carlo, eres un amor. Ten por seguro que pronto te desvirgarè !”
“¡Gladys, no sé como pedirte que me perdones y espero que no te lo tomes a mal,
pero dèjame decirte que Terry està esperando por ti en el salon pequeño. Yo quice
decìrtelo pero tu no hacìas màs que besarme !”
“¡No Carlo, no tengo absolutamente nada que perdonarte, màs bien, todo lo
contrario, te agradezco muchìsimo que lo hayas dejado pasar. Terry es uno de mis
mejores amigos. Ven Carlo, vente conmigo, vamos a verlo ahora mismo !”
En lo que entramos en el salòn ambos se abrazaron y se besaron apasionadamente.
“¡Terry, te pido mil disculpas por haberte hecho esperar tanto tiempo pero la
verdad es que no sabìa ni que ibas a venir ni que ya te encontrabas aquì. Es siempre
un placer verte y me encanta que estès aquì !”
”¡Gladys por favor no pienses nada de eso. Puedo asegurarte que aprovechè este
rato para descansar un poco. Tù sabes lo bien que me encuentro aquì en tu casa y sè
que estabas ocupada llevando a cabo una buena faena. Todo se debiò a un simple e
insignificante malentendido con Carlo debido a su falta de conocimientos con
respecto a nuestro idioma, a mi ràpido hablar y a la bulla que se oìa por telèfono
debido a que llamè desde la calle. Pero dejame agregar que gracias a este pequeño
inconveniente he tenido un placer muy grande en conocer a Carlo. Lo encuentro muy
atractivo y agradable y sus piernas me enloquecen. Me excitò mucho verle puesta la
misma franela que tu me pusiste una vez. Mientras que tù atendìas a tus clientes me
atrevì a tomar la iniciativa para pasar un rato muy ìntimo con èl y resultò ser
sumamente emocionante y placentero. Recostados sobre esta alfombra hice cosas
que solamente he hecho contigo. Todo occurriò de una forma muy inesperada y te
puedo garantizar que quedè muy complacido. Espero que todo èsto no te haya
m*****ado !”
Gladys se acercò a mì y me abrazò fuertemente susurràndome estas palabras :
“¡Te quiero. No haces màs que darme satisfacciones a cada momento !”
Pegò sus labios de los mìos y nos besamos apasionadamente. Terry se acercò a la
espalda de Gladys besàndole su cuello como si fuese su boca y luego èl hizo lo
mismo conmigo. Despuès se nos interpuso y abrazàndonos nos besò las mejillas. En
lo que yo y Gladys terminamos de besarnos su lengua rozò las nuestras. Nuestras tres
lenguas se transmitìan entre ellas una ardiente pasiòn.
Al finalizar este largo y triple beso, nos alejamos y nos dimos cuenta que
estàbamos un tanto emocionados. Los ojos de Gladys estaban hùmedos.
“¿Què pasa Gladys ?” le preguntò Terry.
“¡Terry, lo que pasa es Carlo es una joya. Todos me hablan demasiado bien de èl y
nunca me hace quedar mal. Se porta con una impecable rectitud, quiere realizar todas
las tareas del hogar, me trata como a una reina, siempre me ayuda en todo y le pone
dedicaciòn y amor en cualquier cosa. Està enamorado de mì y no hace màs que
pedirme que lo desvirgue. Pero èl ya me pertenece; lo siento demasiado mìo. El es
mi amor, mi mariquito lindo !”
“Gladys, por la forma en que èl me hablaba de ti y viendo que èl llevaba puesta tu
franela favorita pude intuir algo de eso, pero en realidad no hasta ese punto. Me di
cuenta de su sensibilidad tambièn durante nuestra ìntima relaciòn. En lo que peguè
mis labios sobre su glande advertì sus fuertes vibraciones y entendì que estaba casi
por correrse y por eso demorè un poco los movimientos de mi lengua como
querièndolo apetecer el mayor tiempo posible pero su incontenible chorro de leche
brotò a las pocas mamadas aunque despuès de su corrida dejè mi boca pegada de su
polla para seguir mamàndosela y obtener todavìa màs placer. Te garantizo que me
deleitò muchìsimo. ”
“Terry, tù tambièn me hiciste gozar mucho. Te agradezco mucho por los
innumerables y placenteros escalofrìos que me hiciste experimentar lamiendo lenta e
intensamente cada milimetro de mi cuerpo de una forma tan impecable.”
“¡Que contenta estoy de oìrlos hablar asì y saber que gozaron tanto. ” dijo Gladys
sin dejar de acariciarme.
“¡Me pregunto como se verìa maquillado como tù hiciste conmigo !” le dijo
Terry.
“¿Terry, sabes que me acabas de darme una idea ?” le dijo Gladys.
“¡Gladys no sé cual es tu idea, pero te repito que Carlo se ve muy bien; es un
mariquito muy lindo y quisiera tener una relaciòn completa con èl despuès que lo
desvirgues !” le dijo Terry.
Despuès Terry se acercò a una mesita para escribir algo e un bloquesito y luego se
acercò nuevamente a nosotros diciendo :
“Ahora perdònenme pero tengo que regresarme al restaurant. Gladys perdòname
por no poder follar contigo esta noche y por haber disfutado con Carlo. Te prometo
que tan pronto sea posible volverè para estar contigo.”
“Terry, despreocupate totalmente por eso. Estoy muy contenta que los dos hayan
disfrutado tanto. Vuelve cuando lo desees.”
“Gracias Gladys. Por favor Carlo, acepta este cheque ya que cargo muy poco
efectivo en mi billetera. Lo puse a la orden de Gladys porque supongo que tu no
tienes cuenta corriente en España. ¿Gladys, puedes cobrar este cheque por èl ?”
“¡Claro Terry, lo harè con mucho gusto. !”
“¿Terry porquè lo haces ? ¡ Yo no te pedì plata !”
“¡Carlo, por favor, deja de estar pensando en eso. Esa plata es merecidamente
tuya, asì que cogela y disfrutala. Bueno, ahora me voy. Quèdense aquì ya que
conozco el camino hacia la puerta !”
Nos despedimos besàndonos y se marchò. En lo que Terry cerrò la puerta de la
calle, Gladys volviò a abrazarme y besarme.
“¡Carlos estoy màs que contenta contigo. Te portaste maravillosamente bien.
Mañana iremos al banco y te entregarè tu dinero, que no es poco. Veo que Terry fue
generoso contigo. Creo que deberìas pensar en abrir tu propia cuenta corriente !
¿Què tal si ahora vamos a cenar ?”
“Sì Gladys, pero pondrè a recalentar un poco el pollo ya que supongo que se habrà
enfriado. ”
Tomados de las manos subimos entonces al piso de arriba. Despuès de cenar,
Gladys fue a bañarse y yo me dediquè a lavar los platos y a reodenar todo. Al
terminar de bañarme fui al salòn y mientras que le echaba un vistazo al libro que
Gladys habìa dejado abierto sobre un mueble la oì llamarme. Ella estaba en su cuarto
y habìa apenas terminado de maquillarse. Digamos que se encontraba apenas vestida
ya que cargaba puesto un camisòn largo hasta las sandalias blancas de tacòn alto. Era
color azul transparente y los pocos botones le llegaban hasta el ombligo; debido a que
su camisòn estaba apenas abotonado, la parte delantera de su tanga blanco era
completamente visible asì como tambièn sus muy estilizadas piernas.
“¿Carlo, me permitirìas experimentar la sugerencia que me hizo Terry ?”
“¿Què te sugiriò ?”
“¡Que te maquillara. Quisiera aplicarte una tonalidad azul ! ¿ Aceptarìas ?”
“¡Gladys nunca he pensado en maquillarme, pero si ese es tu deseo, hazlo con toda
libertad y preferencia !”
En eso, ella se parò y se me acercò tomàndome las manos.
“¡Carlo, lo harè solamente si lo deseas de verdad ! ¿ Es en readidad algo que
querrìas que yo te hiciera ?”
En ese momento advertì unos escalofrìos que casi me hicieron temblar. Mi
corazòn comenzò a latir con mayor rapidez y hasta respiraba con afàn.
“¿Carlo, què pasa, te sientes bien ?”
Por unos instantes me quedè inmovil y sin poder hablar, no podìa ni siquiera
moverme, mis piernas no me obedecìan y me sentì temblar.
“¿Carlo, què te ocurre ? ¡Me estàs asustando. Estàs que tiemblas. Deja que te
ayude a recostarte en la cama para que te relajes un poco mientras que voy por un
vaso de agua frìa !”
Glagys regresò casi de inmediato llevàndome ella misma el vaso de agua a la
boca. Pocos instantes despuès reaccionè.
“Carlo, yo no tomo mucho refrescos pero creo que un vasito de seven-up te ayude
a sacudir un poco.”
Los gases del seven-up surtieron efecto; Gladys tenìa mi mano en la suya mientras
que no dejaba de acariciarme con la otra y poco a poco me sentì reestablecer.
“Bien Carlo, te ves un poco mejor, no sé que fue lo que tuviste pero ya te estàs
reponiendo; por favor, sigue relajàndote.”
A los pocos minutos pude pararme de la cama y me sentè en la silla frente al
tocador.
“¡Gladys por favor, maquillame como tu gustas y acostumbras a hacerlo contigo !”
“¡Sì Carlo, lo harè con mucho gusto si eso es lo que quieres. Y ademàs, gracias
por complacerme !”
“¡Gladys, creo que todo fue causado por la emociòn, por la idea de que me
maquillaras tù misma. Probablemente es algo que yo querìa que me hicieras tiempo
atràs y que no tuve el coraje de pedirte. Pero ahora te lo pido. Gladys, por favor,
convièrteme en mujer !”
“¡Sì Carlo, veo que ya estàs muy relajado. Me esmerarè en maquillarte como
mejor pueda. Te convertirè en mujer !”
Gladys me hizo un maquillaje completo esmaltàndome inclusive las uñas de la las
manos y de los pies. Luego me puso un tanga, sujetado lateralmente con lazos; era de
color azul transparente y dejaba entrever mi verga, mi negro vello pùbico y mis
gluteos. Abriò el armario y escogiò un vestido de tela suave sedificada, de color azul
que cubrìa apenas la mitad de mis muslos, quedando èstos un tanto descubiertos
debido a dos pronunciados cortes frontales. El escote delantero no era muy amplio
pero la espalda me quedaba descubierta hasta la cintura y las estrechas tiras dejaban
mis hombros completamente libres. Era un vestido muy lindo que me ofrecìa mucha
comodidad y libertad de movimiento. Terminò poniendome un collar y un par de
largos zarcillos. Luego abriò un cajòn y escogiò un reloj, dos finas pulseras y una
linda pulasera tobillera. Me puso el reloj, una pulsera en cada muñeca, la tobillera en
un tobillo y un corto foulard azul en el otro tobillo. Luego se quedò miràndome y fuè
a buscar un par de sandalias de tacòn bajo. Se alejò de mì unos cuantos pasos para
volver a mirarme. Por su expresiòn me di cuenta de que no estaba muy satisfecha.
Abriò otro cajòn y escogiò una peluca negra y al ponèrmela me di cuenta que cubrìa
mis hombros. Volviò a alejarse y esta vez la vi satisfecha.
“¡Muy bien Carlo, ahora sì que te ves muy bien. Por favor acèrcate a ese espejo
para que veas por entero como quedaste !”
El espejo reflejò una figura que me asombrò y que no se me parecìa mucho.
“¡Gladys, ese no soy yo. Ese no es el mariquito que yo era hasta hace pocos
minutos atràs. Esa es una mujer !”
“¡Sì Carlo, ahora sì que eres una mujer, una muy hermosa mujer. Dejame rociarte
un poco de mi perfume para que huelas como yo. Lo que tienes que hacer ahora es
aprender a caminar con las sandalias. Empieza a dar unos pasos despacito y poquito a
poquito siempre con mayor rapidez y balancea bien la cintura. Hazlo con calma, es
algo muy sencillo !”
En lo que yo empecè a deambular ella quedò asombrada.
“¡Carlo, lo haces muy bien. Veo que mantienes bien el equilibrio y que balanceas
muy armoniosa y coquetamente las caderas y las piernas ! ¿Puedes sentarte en la
silla para ver como lo haces ?”
Me sentè y cruzando una pierna sobre la otra empecè a balancear el pie haciendo
tambièn rebotar coquetamente la sandalia en contra del talòn.
“¡Carlo, lo haces perfectamente bien. Me doy cuenta de que no debo instruirte en
nada !”
“¡Gladys la verdad es que lo he practicado varias veces deambulando con la punta
de los pies y tambièn llevando puestas tus sandalias con los tacones altos. Si quieres
puedes chequearlas todas y veràs que no he roto ni un tacòn. Tambièn puedo caminar
mucho màs rapidamente !”
“¡Carlo, eres una maravilla. Vamos muy pero muy bien. Entonces te voy a poner
de una vez, las sandalias con los tacones altos de aguja que dejan tambièn tus talones
completamente libres !”
Fue a buscar un par de sandalias plateadas muy finas y elegantes y me las puso.
Yo empecè a caminar lentamente y luego màs rapidamente paràndome frente al
espejo y volteàndome tambièn rapidamente.
“¡Carlo, sinceramente, no tengo palabras. Tienes un andar fascinante, sensual y
muy provocante. Me gusta en realidad ver lo bien que te meneas. Veo tambièn que
cada vez que pasas frente al espejo te paras y te acicalas muy coquetamente. Carlo,
es realmente un placer verte. Quisiera ver como te desenvuelves por la escalera
puesto que la considero como la prueba de fuego !”
“¡Sì Gladys, tienes razòn, con estos tacones tan altos, la verdadera prueba de fuego
es justamente la escalera. Lo he practicado tambièn pero quisiera tu opinion.”
Me dirigì hacia la escalera bajando despacio y luego subiendo con un paso màs
ràpido.
“¡Carlo, lo hiciste maravillosamente bien. Me gustò tambièn mucho la gracia con
que mueves los brazos, la forma como deslizas la mano a lo largo del pasamanos y lo
bien que balanceas las caderas. Es sorprendente ver como te contoneas con esas
sandalias llevàndolas con asombrosa naturalidad. Subes y bajas por la escalera mejor
que una mujer. Carlo, para mì, tù ya eres una mujer !”
Se parò frente a mì, me abrazò y nos besamos apasionadamente. Al separarnos me
dijo :
“¡Bien Carlo, despuès de èsto es mejor retocar nuestros labios con el lapiz labial !”
Luego nos acomodamos en el salòn a ver el televisor y ella se aprovechaba de la
transmisiòn para impartirme nociones sobre idioma castellano. Al rato oìmos tocar el
timbre de la puerta.
“Carlo, seguramente son Julia y su marido. Bajarè a recibirlos y les hablarè de ti.
Si ellos aceptan entonces te llamarè. Acuèrdate de lo que te dije con respecto a Julia,
es una mujer muy caliente que lo que quiere es que le den caña y màs caña sin parar.
En caso contrario, quèdate tranquilamente aquì haciendo lo que màs prefieras.”
Despuès de un breve rato oì que Gladys me llamò pidièndome que bajara a
conocer a sus clientes. Mientras bajaba por la escalera mis pensamientos volvieron a
invadir mi mente llevàndome a un estado confusional regido por la inertidumbre y la
inseguridad con respecto a lo que yo estaba haciendo y en lo que me estaba
volviendo, o mejor dicho, en lo que ya me habìa vuelto : un maricòn; pero, màs que
eso, tambièn me habìa vuelto una puta ya que hasta me habìan pagado, pagado muy
bien ademàs. Me volvieron tambièn a la mente aquellas palabras de Gladys : no
dejes que tu ello se deje joder por tu superyò. La realidad era que en aquel momento
yo me sentìa tambièn muy complacido y excitado bajando por la escalera como una
autèntica mujer, como la autèntica puta que me habìa vuelto. Llegado que fui al
ùltimo peldaño de la escalera me parè y respirando bien hondo, me dije a mì mismo :
Carlo, tu ello prevaleciò sobre tu superyò, ahora eres toda una puta y por ende,
portate como tal. Decidido y seguro de mì mismo, entrè entonces pausadamente en
el salòn contoneàndome como mejor pude y me dirigì educada y alegremente a
saludar a los clientes de Gladys, extendiendo primeramente mi mano a Julia. Era una
mujer muy atractiva de rasgos muy finos y con una cabellera lisa de color negro que
le cubrìa el cuello. Cargaba un vestido rojo largo hasta los tobillos y muy bien
realizado. El amplio escote delantero ponìa en mucha evidencia sus generosas tetas
que, debido a su ajustado vestido, se parecìan a prisioneros preparados a escaparse de
un momento a otro aprovechando el menor descuido de los carceleros. El escote
posterior dejaba su perfecta espalda totalmente descubierta. El corte delantero, en
forma de una V invertida, tenìa su vèrtice un poco màs arriba de la mitad de sus
muslos lo que permitìa apreciar la totalidad de sus piernas.
“¡Muy buenas noches Señora Julia, yo soy Carlo y estoy realmente encantado en
conocerla, su belleza hace resplandecer aùn màs a este salòn !” le dije inclinàndome
ante ella y pegando mis labios sobre su mano.
“¡Muy buenas noches a ti tambièn Carlo, tu belleza y tu gracia me deslumbran.
Tambièn yo estoy encantada en conocerte y te agradezco que estès aquì con nosotros
pero por favor, deja a un lado lo de señora y dime simplemente Julia. Para
entendernos mejor utilizarè mis pocos conocimientos del idioma italiano y por lo
demàs no hablarè tan ràpido. Te presento a Fernando, mi marido !”
“Mucho gusto Fernando, dejeme felicitarlo por haber escogido una mujer tan
escultural y elegante !”
“¡Fascinado en conocerte Carlo. En efecto estoy muy orgulloso de ostentar a mi
lado una mujer como Julia. Vislumbro ya una esplèndida noche !” contestò su
marido.
“¡Pero tomen asiento por favor, no se queden parados. Julia, la verdad es que me
dejas estupefacto. Quièn sabe cuanta gente se voltea al verla por las calles !” le dije.
“¡Carlo, por favor no me halagues tanto y sientate aquì a mi lado para tenerte màs
cerca y para que me contagies ese carisma que tienes !” me dijo Julia
“¡Yo no soy carismàtico pero es un placer ponerme tu orden y complacerte en lo
que desees !” le contestè.
“¿Julia, què tal te parece Carlo ?” le preguntò Gladys.
“¡Pues me gusta, se ve muy bien. Se parece màs a una mujer que a un mariquito !”
“¡El es mi mariquito lindo !” le dijo Gladys
“¿Fernando, y a ti que te parece ?” le preguntò Gladys a Fernando.
“¡Pues a mi tambièn me gusta mucho. Julia tiene razòn. se parece una mujer !”
De seguido nos sentamos cruzando nuestras piernas. Debido a los muy
pronunciados cortes frontales de mi corto vestido buena parte de mis muslos
quedaron descubiertos. Lo mismo sucedìa con Julia cuyas piernas quedaron
completamente descubiertas debido al corte delantero de su largo vestido. Nuestras
sandalias casi rozaban entre ellas debido a nuestra cercanìa. Gladys se sentò al lado
de Julia y ponièndole el brazo sobre sus hombros, comenzò a acariciarla.
“¡Julia, este elegante vestido te queda muy bien y deja resaltar esplendidamente
bien tu silueta. Te felicito por el gusto que tuviste al adquirirlo. Es realmente
cautivador !” le dije a Julia.
“¡Gracias Carlo, en realidad me llevè casi una hora para escogerlo. A mi me
fascina mucho el tuyo. Te queda perfecto !”
“¡Sì, Julia, a mi tambièn me gusta mucho, pero dèjame decirte que me lo prestò
Gladys; todo lo que cargo puesto es de ella !”
“¿Tambièn lo ìntimo ? me preguntò Julia.
“¡Sì es un tanga azul transparente !” le contestè.
En eso Julia levantò mi vestido para satisfacer su curiosidad y me dijo :
“¡Carlos, deveras que este tanga se ve muy lindo y ademàs te queda muy bien. Tu
polla se ve tambièn muy linda ! ¿Me permites que te la acaricie ?”
“¡Claro Julia, bien puedes !” le contestè.
Julia me acariciò la polla por sobre el tanga y, muy complacida, me dijo :
“¡En efecto es muy atractiva y, por lo que veo y siento, promete bien !” exclamò.
“¿Y tambièn lo maquillaste tù ?” Julia le preguntò a Gladys.
“¡Sì Julia ! ¿Què tal te parece ?” le contestò Gladys.
“¡Gladys, sinceramente creo que hiciste una obra de arte. Te quedò tan bien que
provoca hasta acariciarlo y besarlo !”
“¡Sì Julia, te comprendo perfectamente, de hecho, en lo que terminè de
maquillarlo, lo mirè detalladamente y sin poder controlarme lo besè apasionadamente
y luego le repasè el lapiz labial para dejarlo nuevamente intacto !”
“¡Gladys, siempre te he dicho lo ùnica que eres, pero con Carlo, la verdad es que
te has lucido esplendidamente !” le dijo Julia.
“ ¿Fernando, que piensas de Carlo ?” le preguntò Gladys a Fernando.
“¡Pues la verdad es que que se ve muy atractivo y mi place mucho que lo hayas
llamado !” le contestò Fernando.
“¿Perdòn, puedo ofrecerles algo de tomar; tienen preferencia por alguna bebida en
especial ?” preguntè yo.
“¡Sì Carlo, a ellos les agrada mucho la sangrìa como yo la preparo !” me dijo
Gladys.
“¡Muy bien, permìtanme entonces ir por la sangrìa y el hielo. En seguida vuelvo !”
“¡Carlo por no me dejes tan pronto, vengo contigo para ayudarte !”
“¡Julia te lo agradezco, pero no te quisiera m*****ar !”
“¡Carlo no es ninguna m*****ia. La hielera, la sangrìa y las copas son muchas
cosas para solamente dos manos. No me niegues el placer de ayudarte y de estar
cerca de ti !” dijo Julia.
“¡Ya que ese es tu deseo, vamos y deja que te ayude a levantarte !” le dije yo.
Extendì mis manos a Julia y una vez parada ante mi mirè a Gladys y a Fernando
dicièndoles :
“¡Con vuestro permiso, no tardaremos en regresar !”
“¡Bien pueden !” nos dijo Fernando.
Gladys se quedò miràndome complacida, pasò sus dedos sobre sus labios y me
enviò un beso tan grande como todo el salòn. Yo le respondì cerrando y abriendo mis
ojos. Nos encaminamos hacia la cocina tomados de las manos porque Julia en
ningùn momento me las quiso soltar. Ya en la cocina comencè sacando los cubos de
hielo para ponerlos en la hielera y Julia se encargò de buscar una bandeja donde
poner las copas y mientras tanto observaba mi manera de llenar la jarra..
“¡Carlo me doy cuenta de que no has derramado ni siquiera una gota de sangrìa
fuera de la jarra. Me gusta ver lo bien que te las arreglas en la cocina, creo que mi
sirvienta deberìa aprender de ti !”
“¡Julia trato de hacer las cosas como mejor puedo ! ¿Te apetecerìa algùn trozo de
leche frita o buñuelos con crema o chocolate ?”
“¡Sì como no, me encantarìa probar la leche frita. Yo sé que Gladys es tambièn
muy esperta en lo que a postres se refiere !”
“¡Bueno en realidad la preparè yo pero fue Gladys quien me diò todas las
indicaciones !”
En lo que terminè de llenar la jarra con la sangrìa le ofrecì un pedazo de leche frita
que yo mismo le puse en la boca.
“¡Bravo Carlo, te quedò riquìsima !”
De seguido llevè ese mismo trozo a mi boca mordisqueàndolo del mismo lado
donde lo habìa hecho ella.
“¡Sì Julia, quedò muy rica pero este pedacito que acabo de comer sabe mejor ya
que tu làpiz labial lo endulzò aùn màs !”
Ella acercò mi mano a su boca para terminar de comerse el pedacito que aùn
quedaba y en lo que terminò se llevò mis dedos a su boca para limpiarmelos con su
lengua.
“¡Carlo tambièn tu làpiz labial le confiriò un mejor sabor a ese postre. De verdad
que me encantò mucho !”
De seguido introduje mis dedos en la boca para saborearlos.
“¡Julia me doy cuenta que tu lengua dejò un sabor muy agradable en mis dedos, te
agradezco mucho que me los hayas limpiado de esa forma !”
“¡Carlo dèjame saborear a plenitud tu lengua !”
“¡Sì Julia, con mucho gusto. Yo tambièn deseo saborear la tuya !”
Nos acercamos los labios y abrazàndonos nos besamos ardorosamente. Acariciè
su espalda delicadamente y luego hice lo mismo con su rabo que presionè
suavemente en contra de mi polla. Despues introduje mi mano en el interior de su
vestido para acariciar mejor su rabo en toda su redondez recorriendo tambièn su
excitante raja dejando penetrar un poco mi dedo dentro de su esfìnter. Al terminar
nuestra ìntima efusiòn introduje mi dedo en la boca.
“¡Julia, hasta tu cola sabe muy rico !”
“¡Gracias Carlo, me encanta saber que te guste y gracias tambièn a tu polla que,
estando cerca de mi coño, le responde de muy buena manera. Màs tarde tendrè
mucho gusto en dejar que tu polla se hunda dentro de mi coño y tambièn que me
pongas mirando a Cuenca. !”
“¿Perdòn Julia, quìèn es cuenca ?”
“¡Bueno, Cuenca es sencillamente una ciudad muy cercana a Madrid. Tù no
conoces nuestro idioma pero se trata solo de un viejo decir madrileño, que es un poco
largo de explicar; nosotros usamos esta curiosa expresiòn en lugar de decir : te voy a
follar el rabo poniendote en cuatro patas !”
“¡Sì Julia, ahora entiendo, perdòname pero no lo sabìa. Me gusta esta expresiòn
ya que no es vulgar y la encuentro hasta refinada y elegante. Pierde cuidado,
satisfacerè todos tus deseos con mucha vehemencia ! ¿Que te parece si llevamos
tambièn un plato con la leche frita al salòn ?”
“¡Sì Carlo, es sin duda una buena idea !”
“¿Julia, pèrdoname, pero puedo preguntarte acerca de tu marido ?”
“¡Carlo, despreocùpate completamente por èl. A èl le gusta mucho ver que me
follen bien y que me satisfagan. Tiene 66 años y sabe bien que su polla ya no llega a
satisfacer todos mis deseos. Su polla no se le para pero alcanza a correrse. El està
muy consciente de ser un cornudo y se enorgullese cuando me exibe y me follan.
Usualmente cuando me follan es suele mirar y pajearse. El anda loco por mì pero
ignora que yo me casè con èl tambièn por interes; tiempo atràs lo hice quedar mal
consigo mismo dicièndole que, en el àmbito sexual, ya no me satisfacìa a suficiencìa
y que tampoco hubiera podido satisfacer a plenitud a ninguna otra mujer. Le dije
tambièn que si èl no hubiese aceptado mis relaciones extra conyugales yo le hubiera
exigido el divorcio. Para aquel entonces èl ignoraba que ya era un cornudo y ademàs
con unos cuernos bien grandes. Bueno, desde entonces el muy cabròn se diò cuenta
de su ridiculez y poco a poco logrò recuperarse de su terrible humillaciòn !”
“¿Què hizo pare recuperarse ?” le preguntè.
“Pues primeramente yo le permitì que me espiara a escondidas durante mis
intimos encuentros con otros hombres, por detras de la puerta y sucesivamente le
permitì entrar en el cuarto y sentarse en una butaca para pajearse. Luego, follada tras
follada se diò cuenta de que, en efecto, el ya no lograba mantener su verga parada
como lo hacìan los demàs. Paulatinamente, su amor hacia mì, le hizo comprender
que, ademàs de ser yo su mujer, era tambièn una hembra demasiado caliente que,
ademàs de querer a su lado un marido enamorado, tambièn necesitaba de un varòn
que, con una buena verga, la follara bien follada y que èl ya no estaba en condiciones
de follarme como antes. Una noche, despuès de despedir a un hombre que acababa
de follarme, me volvì a recostar en la cama por unos minutos para concederme un
breve descanso antes de ducharme. El se me acercò y dirigiendo su mirada sobre mi
coño cansado y mojado de leche acariciò mi vello pùbico aùn sudado y se puso a
llorar dicièndome : < ¡Mi amor tu estàs todavìa muy joven y tu coño tiene todos los
derechos de gozar; ya que mi polla no està en condiciones de seguir haciendo su
deber follàndote, de la forma que tu lo necesitas, es justo que los demàs lo hagan en
mi lugar, asì que acepto y respaldo tu decisiòn de tener relaciones extraconyugales ya
que entiendo que soy un marido a medias. Te pido y te ruego solamente que no me
abandones !” > Yo lo acariciè tiernamente y le di un beso apasionado con mi lengua
aùn impregnada con la saliva del otro hombre. ¿Pero bien Carlo, que te parece si
ahora vamos al salòn ?”
“¡Sì Julia, como no,andando pues!”
Entonces entramos en el salòn llevando cada uno una bandeja y Gladys le dijo a
Fernando :
“¡Fernando, mìra cuantas cosas estàn trayendo !”
“¡Sì Gladys, ya veo. Parece que la cena fue insuficiente y vamos a seguir
comiendo !” dijo Fernando.
“¡Pero si no es màs que el postre. Se trata de la leche frita que preparò Carlo; yo
la degustè y a Carlo se le ocurriò traerla tambièn. Està riquìsima. Fernando, pruebala
para que veas !”
Puesto que Gladys se habìa sentado sobre las piernas de Fernando y èste se
deleitaba a acariciar las piernas de Gladys pasàndole tambièn la mano sobre el
pequeño tanga, Julia dejò la bandeja sobre la mesita dicièndoles :
“Por favor no se m*****en en levantarse y dejen que yo misma les lleve el postre y
las copas con la sangrìa que en verdad quedò muy bien. Gladys me di cuenta de que
Carlo se desenvuelve muy bien en la cocina. Tenìas razòn cuando hace poco me
dijiste que se encarga de mantener tu casa en perfecto orden. Por un momento me
vino en mente la idea de llevàrmelo para mi casa” dijo Julia.
“Julia, Carlo se encuentra aquì en calidad de un huesped muy especial y no
quisiera que realizara todas las tareas pero èsto es algo que a èl le agrada mucho
hacer y yo no lo quiero contrariar. El es todo un amor para conmigo y nos queremos”
dijo Gladys.
“Es cierto, yo me encuentro muy contento de estar aquì y trato de hacerlo todo de
la mejor manera.” agreguè yo.
“¡Carlo, te felicito. Este postre està en verdad riquìsimo ! ” me dijo Fernando.
Yo y Julia nos habìamos acomodado en el sofà muy cerca uno de la otra y la
puntas de nuestras sandalias rozaban entre ellas.
“Gracias Fernando, me place mucho saber que te guste la leche frita. ¿Me
permitirìas acercarme màs a tu mujer de modo que pueda ponerle mi brazo sobre sus
hombros ya que la encuentro muy atractiva?” le preguntè.
“¡Carlo, me alegra mucho saber que Julia es de tu agrado, pues, con mucho gusto
puedes hacer eso y mucho màs. Ten en cuenta que dentro de poco nos retiraremos en
el cuarto para una relaciòn muy ìntima y es aconsejable que los dos, desde ya, vayan
afinando vuestra quìmica !” me dijo Fernando.
Entonces yo me desplacè un poco sobre el sofà pegàndome del cuerpo de Julia
pero ella se levantò de inmediato y se sentò sobre mis piernas.
“¡Fernando creo que nuestra quìmica es muy afìn ya que, mientras estàbamos en la
cocina, nos besamos apasionadamente y ambos quedamos muy satisfechos !” le dijo
Julia a Fernando.
“¡Que bien, eso me complace mucho. Quiere decir que vamos muy bien y que
èsta serà una noche fantàstica !” concluyò Fernando.
“¡Julia, sinceramente yo sospechè que algo habìa pasado entre vosotros ya que se
demoraron un poco màs de lo debido allà adentro y en lo que volvieron al salòn vi
que màs de la mitad de tu lindo y ancho pezòn se encontraba y se encuentra aùn fuera
del generoso escote de tu vestido. Me supongo que ni cuenta te diste pero, por favor,
dèjalo asì ya que me encanta verlo aunque quisiera pedirle a Carlo que te termine de
sacar toda tu excitante teta fuera del vestido !” puntualizò Gladys sonriendo.
“¡Gladys tienes razòn, ni cuenta me habìa dado. Este vestido me queda un tanto
ajustado y al menor movimiento mis tetas casi se salen del escote ! ¿Y tù Carlo,
tampoco te diste cuenta ?”
“¡Sì pero como me gustò tanto verlo, no quise decirte nada !” le contestè.
“¿Carlo que te parecen mis tetas ? ¡ Yo las encuentro un poco grandes !” me dijo
Julia.
“¡Julia, se ven muy bien y debe de ser muy sabroso chuparlas !” le contestè.
“¡Me alegro mucho que te gusten, pero no te quedes con las ganas de chupàrmelas
y sàcamelas afuera del vestido de una vez ya que yo tambièn deseo que me las
acaricies y que me las chupes !”
De seguido, dejè de acariciarle sus muslos que, gracias al corte delantero de su
vestido, estaban completamente descubiertas, para dedicarme a sus generosas tetas.
Gladys se levantò y se retirò del salòn para volver casi inmediatamente trayendo en
los brazos un peluche, no tan pequeño, muy bien realizado tambièn en los colores. Se
trataba de un peluche un tanto emblemàtico, de hecho, tenìa la forma de una polla con
adjuntos los huevos. Se inclinò hacia Julia y acariciàndole los pies le quitò las
sandalias para poner el peluche-polla debajo de sus lindas piernas que seguidamente
acariciò tiernamente.
“¡Julia, emanas una intensa voluptuosidad desde cada poro de tu sedosa piel.
Eres encantadora y tu perfume me enloquece, hasta tus pies huelen muy rico y noto
que estàn muy lisos; apostarìa que fue Eliana quièn lavò cuidadosamente cada parte
de tu cuerpo puesto que te encuentro excesivamente limpia. Espero que te encuentres
màs còmoda con tus piernas sobre ese peluche !” le dijo Gladys a Julia.
“¡Gracias Gladys, por ser siempre tan cuidadosa y atenta conmigo. Sì, estoy màs
còmoda sobre ese peluche tan curioso y alegòrico. Sì, estàs en lo cierto, le dije a
Eliana que me iba a reunir contigo y ella se esmerò en lavarme utilizando ademàs
unos sales particulares y me hizo una perfecta pedicura. Y el peinado tambièn me lo
arreglò ella esperando que te gustara !” le contestò Julia.
“¡Cuando la vuelvas a ver dile que te lo arreglò muy bien y que me gustò mucho.
Muchas veces me has hablado de ella y no te niego que me gustarìa mucho
conocerla ! ¿Crees que Eliana quisiera follar conmigo ?” le preguntò Gladys.
“¡Gladys, yo tambièn le he hablado de ti, pero aunque Eliana nunca me lo ha
dicho abiertamente, creo que a ella tambièn le gustarìa mucho gozar de tus gracias y
apetecerte a plenitud. Esta misma tarde, mientras que ella me lavaba, estuve
pensando en invitarte a mi casa para que la conocieras. Dentro de muy poco le
festejarè su cumpleaños y le comprarè algunos regalos, puesto que en realidad se los
merece. Supongo, sin temor a equivocarme, que si tù estuvieras con nosotros, ella,
como quièn no quiere cosa, entenderìa tu presencia como un regalo adicional de mi
parte hacia ella. Gladys, no puedo garantizarte nada, pero dèjame ver si puedo
allanarte el camino, si es que hace falta !”
“¡Gracias Julia, te lo agradecerìa mucho ya que tengo muchas ganas de follarla !”
“¡Julia, Gladys tiene razòn al decir que te encuentras extremadamente limpia ya
que todas tus partes estàn impregnadas por tu agradable perfume, inclusive tus
sobacos que tambièn me encantan mucho ! ¿Si te los acaricio te da cosquillas ?” le
preguntè a Julia.
“¡En realidad no me cosquilleo en ninguna parte del cuerpo, asì que puedes
acariciarlos con toda libertad ! ¿Què le encuentras que te encanta verlos ? ”
“¡Gracias Julia; eres toda una belleza y tus peludos sobacos lucen tambièn
tremendamente excitantes; me encanta verlos porque cuando levantas los brazos, me
da la impresiòn de ver tu vello pùbico, y aùn cuando no los tienes levantados, el solo
ver parte de esos negros pelos, me da tambièn la impresiòn de estar viendo a tu coño.
Me doy cuenta de que cuidas èste vello ya que no es ni muy largo ni muy corto y
logro percibir en ellos la agradable fragancia de tu perfume. Por eso me encantarìa
acariciarlos y besarlos!”
“¡Carlo me complace saber que te gustan tambièn mis sobacos. Si quieres ponte
màs còmodo y empieza a besarlos cuando quieras !” me dijo Julia.
Mientras que yo y Julia nos estabamos acomodando mejor, Fernando le dijo a
Julia :
“¿Julia perdòname, que te m*****e en este momento pero, oyendo hablar tanto
sobre tu perfume, me pregunto porque no le has entregado todavìa a Gladys el frasco
de perfume que le compraste ?”
“¡Ferrnando, tienes razòn y te agadezco que me lo hayas recordado. Olvidè el
estuche sobre el asiento trasero del coche; lo dejè ahì ya que no cabìa dentro de mi
bolso ! ¿Serìas tan amable de ir a buscarlo ? ¡Siento mucho, que por mi culpa, debas
recorrer media cuadra para llegar hasta el coche !”
“¡Julia, pierde cuidado lo harè con mucho gusto !” y luego volvièndose hacia
Gladys le dijo :
“¡Eliana le regalò un frasco de perfume a Julia y puesto que ella quedò encantada
con esa fragancia pensò en comprar un frasco para regàlartelo. Te lo irè a buscar de
inmediato !” y luego Fernando saliò de la casa para ir a su coche.
“¡Gladys, estoy segura de que ese perfume te encantarà. Acèptalo porque te lo
regalo con todo mi corazòn !” le dijo Julia a Gladys.
“¡Julia, te lo agradezco de antemano; eres muy cariñosa conmigo. Veo tambièn
que Eliana te trata muy bien !” le contestò Gladys.
“¡Gladys, es cierto, Eliana me trata muy bien. Ella lleva un par de años trabajando
en mi casa como sirvienta y tiene unos cuarenta años de edad. Poco despuès de
haber comenzado sus oficios en mi casa, me dijo que si yo hubiese querido ella se
hubiera podido encargar del cuidado de mis manos y de mis pies. Le preguntè si era
acaso tambièn manicurista y pedicurista pero ella me contestò que no. Me dijo que
era algo que sabìa hacer discretamente pero que no se jactaba de sus pocas
habilidades. Despuès de que yo aceptè a que se encargara de mis manos y de mis
pies, me di cuenta de que en realidad, ella era bastante hàbil. Luego se ofreciò
tambièn a recortarme el excesivo vello de mis sobacos para hacerlos lucir mejor. Yo
se lo permitì y me di cuenta de que en realidad mis sobacos lucìan mejor. Yo quedè
muy contenta con ella ya que era màs y mejor que una sirvienta. Actualmente ella se
encarga de todo mi cuidado personal, de hecho me recorta el cabello, me lo
acondiciona y me lo peina, me maquilla, me depila las piernas y hasta me baña.
Eliana se ha vuelto una mujer indispensable para mì. Me hace de todo y yo la estimo
y quiero mucho. Por lo que respecta a los sobacos, ella me recorta el vello cada vez
que hace falta y cuando termina, me los acaricia y luego me los besa de la misma
forma como besa mis labios !”
“¡Julia, yo tambièn te los voy a besar de inmediato y con mucho gusto. Ya que
dices que Eliana te besa en los labios quiere decir que, ademàs de ser tu sirvienta, es
tambièn tu amante !” le dije a Julia.
“¡Sì Carlo, en efecto Eliana es tambièn mi amante pero Fernando està a oscuras de
todo èsto. Te explicarè como fue. Yo habìa quedado tan contenta con el trabajo que
ella habìa hecho en mis axilas y en mi melena que pensè en pedirle que se encargara
tambièn de mi vello pùbico, pero, ni me atrevìa ni sabìa como pedìrselo. Asì que un
dìa hice que Eliana me encontrara casualmente desnuda, sentada sobre el bidet, con
un par de tijeras en la mano, tratando de recortar mi vello, que yo habìa dejado
adrede completamente desordenado; vièndome asì, despuès de observarme
cuidadosamente me pidiò, con mucha diplomacia, sagacidad y decoro si era posible
que yo le permitiera dar un corte diferente a mi vello para hacerlo lucir màs excitante.
< ¿Què tipo de corte quisieras darle ? > yo le preguntè. Ella se me acercò y
manoceando un poco mi vello en diferentes direcciones me indicò la forma y las
diferentes longitudes del pelo que pensaba darle. < ¡Perdòname Eliana pero en
realidad no te entiendo bien, exprèsate con mayor claridad puesto que la apariencia
de mi vello es algo que me atañe mucho ! > le dije. Ella por un momento se quedò
algo pensativa y luego me dijo :
ella. Yo me quedè reflexionando por unos segundos y le contestè :
Ella entonces se alejò un poco para sacarse la falda y las bragas y volviò a acercarse a
mì dicièndome : < Señora este es el corte que trataba de explicarle. ¿Què le parece, le
gusta el estilo ?> me preguntò. Yo pasè mi mano lentamente por sobre su vello
examinàndolo detenidamente y le dije : < Sì Eliana, me gusta mucho ese corte un
tanto escalonado. En realidad se te ve muy bien. Vale, cortàmelo de esa misma
forma. Dèjame felicitarte tambièn por tener un tan lindo coño. > Ella se sonrojò un
poco y luego me dijo : < Gracias señora, pero creo que el suyo es màs lindo que èl
mìo. > Me sugiriò que me recostara en la cama y luego se retirò para buscar un
peine pequeño y tijeras para manicura. Al comienzo recortò y estilizò con rapidez el
vello de mi pubis y luego, utilizando tijeras para manicura, se dedicò a recortar
cuidadosa y delicadamente los pelos que cubrìan mis labios. Sucesivamente me hizo
poner en cuatro patas en el borde de la cama para cortar los pelos del perineo y del
esfìnter. Cuando terminò me preguntò : < ¿Què le parece como le ha quedado todo ?
¡Si quiere me pongo a su lado para que vea que el corte es idèntico al mio ! > Eliana
se levantò y me llevò frente al espejo colocàndose a mi lado. Yo examinè
cuidadosamente nuestros vellos y le dije : < Gracias Eliana, hiciste un òptimo
trabajo; te puedo decir que ahora me siento hasta màs fresca y libre de tanto pelo.
¿Por què no me lo propusiste antes puesto que me has visto varias veces desnuda,
pero dime, tù còmo lo ves ?> Ella se hincò frente a mi coño para esparcir unas gotas
de perfume sobre mi vello con sus manos y me dijo : < Señora, perdòneme pero no
me atrevì a proponèrselo antes simplemente por pudor, pero dèjeme decirle que luce
realmente muy encantadora. Permìtame repetir este tratamiento cada vez que sea
necesario, tal y como lo hago con sus sobalcos. Ahora sì que este coño se ve màs
despejado y mucho màs invitante y atractivo al punto que hasta me provoca
besàrselo. > Al darme cuenta de que no dejaba de mirarlo obsesivamente, le puse
delicadamente la mano sobre su cuello y la empujè lentamente hacia mì dicièndole :
< Eliana tù eres muy educada y yo te quiero mucho; ahora entiendo el motivo por el
cual nunca me lo propusiste, pero, ya que cuidas tanto y tan bien de todo mi cuerpo,
quisiera pedirte que tambièn te encargues de mi vello pùbico, puesto que tienes unas
manos maravillosas. Ahora por favor, chùpamelo de una vez porque quiero
complacer tu deseo y ademàs porque, de tanto rozaste mi coño con tus manos, me
excitè y estoy casi por correrme.> Ella se quitò la franela y el sostèn para sentirse
màs comoda y empezò a acariciàrmelo y a lamèrmelo. Despuès de su soberana
mamada, me corrì. Ella, como intuyendo que yo necesitaba seguir gozando aùn màs,
se parò para ayudarme a recostar en la cama donde ambas nos abandonamos a màs
efusiones hasta corrernos un par de veces. Desde ese dìa nos volvimos amantes !”
Pocos instantes despuès Fernando tocò el timbre de la puerta y Gladys le fue a
abrir. En lo que Gladys abriò el estuche del perfume se acercò a Julia para darle las
gracias y pedirle que ella misma le pusiera algunas gotas en su ombligo. Julia ademàs
de ponerle el perfume a Gladys me puso tambièn una gota sobre mi nariz. Despuès
pasamos otro buen rato muy ameno, charlando y luego Gladys se levantò y nos
extendiò sus manos diciendo :
“¡Bien, creo que nos hemos relajado lo suficiente como pasar al cuarto grande
para dar rienda suelta a nuestros morbosos deseos !”
“Sì Gladys, tienes razòn, mi coño està que arde; vàmonos de una vez a follar en tu
gigantesca cama porque yo no aguanto màs !” le dijo Julia.
Los tres nos dirigimos abrazados hacia el dormitorio grande mientras que
Fernando, detràs de nosotros, nos seguìa. Mientras que deambulàbamos, Julia halò
uno tras otro los dos lazos laterales que sostenìan mi tanga que, inevitablemente, cayò
sobre el piso. Al voltearme, me di cuenta de que Ferrnando lo habìa recogido y se lo
habìa llevado a los labios olfateàndolos con los ojos cerrados. De seguido Gladys se
parò y me dijo :
“¡Carlo, esta puta se merece que la llevemos al dormitorio sobre nuestros brazos,
asì que por favor, quìtate las sandalias para levantarla. Mientras que tù la sostienes
con tus brazos por las piernas y los muslos, yo la sostengo por el cuello y por la
espalda. Fernando por favor, adelàntate para abrirnos la puerta del dormitorio y una
vez que la hayamos puesto en el centro de la cama, yo y Carlo empezaremos a
desnudarla paulatinamente acariciàndola, besàndola y lamièndola milimetricamente
por todo su esplèndido cuerpo para proporcionarle todo el placer que necesita y que
se merece. Por favor, encàrgate tù mismo de quitar la poca ropa que yo y Carlo
cargamos encima ya que esta cerda està demasiado excitada y no podemos perder
tiempo en desnudarnos !”
Fernando se nos adelantò de inmediato y abriò la puerta. Julia mirò muy
tiernamente a Gladys dicièndole :
“¡Gladys eres ùnica y jamàs dejarè de quererte por el esmero que tienes para
conmigo !”
“¡Julia por favor, crèeme que lo hago con muchìsimo gusto porque conozco tus
necesidades. Para mì es un honor complacer a una de las mujeres màs hermosas de
España. Tù sabes bien que te considero como la hembra màs puta de toda la
Penìnsula Ibèrica, cuyo encantador y sublime coño, es pura candela y que, todo el
tiempo, està envuelto en llamas !”
“¡Gladys, eres muy amable pero hay una infinidad de hembras mucho màs
hermosas y putas que yo en esta caliente penìnsula !”
“¡Lo dudo Julia, lo dudo mucho ya que tù eres una puta sin igual !”
Entrados que fuimos en el cuarto, la pusimos en el centro de la gigantesca cama y
Gladys le apoyò delicadamente la cabeza sobre un peluche que tenìa la forma de un
coño y le puso un pequeño peluche-polla en la mano y un dildo dentro de su boca.
Ambos comenzamos a lamer tiernamente todo su cuerpo y, mientras que la
desnudàbamos muy lentamente, Fernando nos quitò la poca ropa que llevàbamos
puesta y luego se desnudò tambièn èl; de seguido se acomodò en una còmoda y
amplia butaca, colocada no muy lejos de la cama, para disfrutar de nuestro morboso y
censurado espectàculo. Los ojos de aquel cabròn, reflejaban un incalificable regocijo
y los de Julia una irrefrenable ansiedad por apagar sus morbosos deseos. Despuès de
un buen rato Julia se recostò enima de Gladys, introduciendo suavemente con sus
manos, la verga de Gladys dentro de su coño y cuando la tuvo hundida del todo me
pidiò que le ensanchara las piernas para que mi verga pudiese entrar por completo
dentro de su rabo. Yo me movìa lentamente para no lastimarla y, en lo que toda mi
verga le llenò su estrecha cavidad, yo y Gladys dejamos que nuestras vergas
empezaran a follarla lentamente y progresivamente incrementamos impetuosamente
la velocidad. Julia no dejaba de gemir aunque el dildo le tapaba su boca. Julia sabìa
manejarse con mucha destreza siendo follada simultaneamente por dos vergas, de
hecho, se balanceaba muy armoniosamente entre nosotros ya que habìamos logrado
sincronizar muy bien nuestros movimientos. Estuvimos en eso por un largo rato
hasta que Gladys le chorreò toda su leche dentro de su acogedor coño e
inevitablemente se recostò de un lado extenuada por el cansancio. Entre tanto mi
polla seguìa disfrutando de su cola con un sinfìn de embestidas hasta descargar toda
su leche pero, aunque yo tambièn me sentìa aniquilado, dejè que mi polla se relajara
en el interior de su sabroso culo que, en ningùn momento dejè de acariciar con toda
mi vehemencia. Poco despuès le dije:
“¡Julia, perdòname pero siento mucho tener que sacar mi polla fuera de tu sabroso
y acogedor culo puesto que tengo que orinar !”
“¡Carlo pierde cuidado. Yo tambièn tengo esa necesidad !”
“¡Entonces Julia, deja que te ayude a levantarte para ir juntos al cuarto de baño !”
En lo que nos paramos la abracè y la besè apasionadamente.
“¡Julia estàs buenìsima, gracias por dejarme follar tu esplèndido culo !”
“¡Gracias a ti Carlo, por haberne hecho gozar tanto, pero vamos de una vez a
orinar ya que no me aguanto !”
Despues de pocos pasos y entrando ya en el cuarto de baño privado se me ocurriò
decirle :
“¡Julia, aprovechando que estamos aquì quisiera refrescarme con una ducha !”
“¡Carlo, muy buena idea; te acompaño, puesto que yo tambièn lo necesito. Me
agrada mantenerme siempre lo màs limpia posible pero antes de bañarnos tendrè
mucho gusto en que nos prelavaramos meàndonos uno encima del otro!”
“¡Sì, como no, con mucho gusto; me agrada tu sugerencia, asì que hagàmoslo de
una vez y por favor, sigue demostràndome cuan infinitamente puta y cerda eres !” le
dije.
“¡Sì mariquito, ya veràs lo mucho que te va a encantar a ti tambièn !” me dijo
Apenas debajo de la ducha y sin siquiera haber abierto el agua ella empezò a
orinarme encima y mientras lo hacìa me dijo :
“¡Dale mariquito, maneja tu verga de manera que tu orìna moje casi todo mi
cuerpo y si es posible, tambièn mi rostro. Es algo que me encanta !”
Ambos nos orinamos encima segùn su sugerencia y luego ella abriò el agua para
dejar escurrir nuestra orina. Nos enjabonamos muy morbosamente por un buen rato y
al terminar de enjuagarnos le preguntè si era posible quedarnos sin secar.
“ ¿Por què quieres verme mojada ? ¡Saliendo afuera asì como estamos mojaremos
todo el piso !”
“¡Julia por favor, no te preocupes ni por el piso ni por cualquier otra cosa que
podamos mojar puesto que yo mañana limpiarè todo. Sè bien que me excitarè mucho
lavando el piso que ahora empezaremos a mojar. Vièndote asì de mojada y sin nada
encima luces mucho màs excitante. Quisiera solo peinar tu negra melena !”
“¡Carlo, como quieras. Me gusta tu excitante sugerencia ya que no la he
experimentado nunca. Si sigues asì creo que te vas a volver màs cerdo que yo !”
Saliendo del cuarto de baño fuimos a la cocina. Mientras que yo preparaba el cafè
ella estaba apoyada en mi espalda y me acariciaba. En eso se apareciò Fernando y
parado en el umbral de la puerta, dijo :
“Perdònenme pero no me atrevì a m*****arlos antes. ¿Carlo, que te pareciò mi
mujer ? ¡Te agradezco mucho por el tratamiento que le diste y por lo bien que le
follaste el rabo !”
“¡Fernando, està buenìsima de verdad y su culo es riquìsimo; vuelvo nuevamente
a felicitarte por tener una mujer como ella !”
“¡Fernando, era tu deber no m*****arnos. Me di cuenta que, mientras que ellos me
follaban, te hechaste un largo pajazo ! ¿Gozaste mucho, cabròn ?” le preguntò Julia.
“¡Sì Julia, gocè mucho vièndolos y màs aùn gocè viendo lo complacida que
quedaste !”
En eso se apareciò tambièn Gladys y se acercò a besar apasionadamente primero a
Julia y luego a mì.
“¡Perdònenme pero estaba rendida y sin querer me quedè dormida. Necesitarìa
sorberme un buen vaso de cafè con leche y refrescarme con una ducha !” dijo
Gladys, luciendo un tanto cansada.
“¡Gladys, como ves estoy preparando el cafè, y calentarè la leche para ti con
mucho gusto !” le dije
“¡Gracias Carlo, entonces irè a ducharme de inmediato !”
“¡Gracias tambièn a ti Gladys por tu esplèndida faena con mi mujer !” le dijo
Fernando a Gladys.
“¡Fernando, no hace falta que me lo agradezcas, puesto que lo hice con muchìsimo
gusto y me alegra mucho que esta puta lo haya disfrutado tanto !” le contestò Gladys
mientras seguìa acariciàndole el culo a Julia.
“¿Carlo por què no se te ocurriò secar a esta puta ?” me preguntò Gladys.
Julia puso sus brazos en el cuello de Gladys y miràndola tiernamente la besò en
los labios y ella misma contestò en mi lugar :
“¡Gladys, fue una idea que se le ocurriò a tu lindo mariquito. Me sugiriò que no
nos secàramos ya que, asì de mojados y desnudos, le parecìa mucho màs excitante. A
mì, de muy buena puta y cerda que soy, me encantò la idea, y pues, asì estamos ! ¿Y
a ti, què te pareciò la idea de este cerdo ?” le dijo Julia.
“¡Julia la encuentro morbosamente genial. Carlo, dèjame darte otro largo beso
porque veo que aprendes muy rapidamente !” dijo Gladys.
Mientras que estàbamos comenzando a besarnos, Julia se interpuso entre nosotros
y nos preguntò :
“¿Por favor, en lugar de que se besen los dos solos, podemos besarnos los tres a la
misma vez haciendo rozar nuestras lenguas ?”
“¡Por mì, encantado ! ¿Carlo, què te parece la idea de esta perra ?” me preguntò
Gladys.
“¡Pues, sencillamente me fascina. Me excitan mucho las ocurrencias que tiene
esta puta. Como ves mi polla le responde de lleno y creo que la pondrè nuevamente a
mirar hacia Cuenca aquì mismo en la cocina màs tarde !” le contestè.
“¿A mirar hacia Cuencas ? ¡Carlo no acabas de asombrarme, creo que estas
aprendiendo todo muy bien y hasta demasiado rapidamente !” me dijo Gladys
sonriendo.
Los tres nos abrazamos y pegamos nuestras lenguas muy voluptuosamente como
tres gatos en calor.
Luego Gladys se retirò para ducharse y yo le pedì a Julia que se sentara sobre mis
piernas para sentir su piel desnuda y mojada sobre mì para mimarla un poco. Ella
asentiò de inmediato dicièndome :
“¡Sì mariquito, a mi me encanta ser mimada. Eso es lo que màs necesito !”
“¿Te gustò como yo y Gladys te lamimos por todas partes antes de empezar a
follarte en el dormitorio ?”
“¡Sì Carlo, me encantò mucho. Ambos me trataron maravillosamente bien.
Tambièn me encantò mucho la manera como follaste mi culo. Fuiste fantàstico !”
“¡Julia tienes que creerme si te digo que es la primera vez en mi vida que follo a
una mujer por el culo. Fue algo espectacular y te agradezco mucho por esa
oportunidad que me diste !”
“¡Sì cerdo, te creo y te confieso que lo intuì enseguida y tù ahora confirmas mis
sospechas. Me enorgullece en haber sido la primera para ti !”
“¡Gracias Julia, otra vez gracias. Ahora dèjame vertir el cafè en las tazas y
mientras nos lo sorbemos deja que te mime un poco !”
“¡Sì mariquito, mìmame lo màs que puedas y de la forma que màs te agrade !”
Me levantè para servir el cafè e invitè a Fernando a sentarse y a comer lo que màs
le apetecìa. Sobre la mesa habìan galletas, mermelada, buñuelos con chocolate y con
crema, sangrìa, plàtanos y una bandeja con trozos de piña. Luego me sentè y Julia se
acomodò de lado sobre mì con sus piernas abiertas ponièndose mi polla, entre su
pierna y su coño aùn mojado. Empezamos a sorber el cafè y a comer. Julia se comiò
una galleta con un poco de mermelada. Luego se puso un poco de mermelada sobre
sus tetas con el dedo y me acercò la cabeza sobre ellas para que me la comiera.
“¡Cerdo, còmete la mermelada directamente de mis tetas ! ¿Te gusta màs asì ?”
me preguntò.
“¡Sì Julia, me sabe hasta màs rica !” le contestè despuès de haber iniciado a lamer
la mermelada.
Julia me ponìa tambièn pedacitos de galletas en la boca y hasta pasaba sus dedos,
mojados de cafè, por sobre sus tetas y hasta me los introducìa en la boca. Fernandò
se veìa muy complacido viendo las cochinadas que hacìa Julia; se acercò sonrièndole
y se inclinò para besarla.
“¡Julia me alegra mucho ver que la estès pasando tan bien, deja que te bese por
favor !” le dijo Fernando.
Julia levantò su brazo en direcciòn del hombro de Fernando y con la mano abierta
lo parò inmediatamente impidièndole asì que se le acercara aùn màs.
“¡Pàrate ahì cabròn y no te acerques màs. Siempre te he dicho que no quiero que
te me acerques ni que me m*****es cuando estoy con un hombre. No me hagas
enojar, especialmente en este momento, que estoy tan complacida viendo y
apreciando el palpitar de esta polla que tengo apoyada en los labios de mi coño y con
su cabeza que roza mi vello mojado. Lo mìnimo que tù deberìas de haber hecho era
hincarte ante Carlo y besarle sus huevos y su glande para agradecerle por todo el
placer que me ha brindado . Pero me doy cuenta que ni eso has sabido hacer. Mira,
mìrala bien, mira lo erguida que està, mira lo dura que se le puso estando cerca de mì,
mira la virilidad que tiene este mariquito. Mira el vigor que tiene esta pujante verga,
mìralo cabròn mìralo; vigor y resistencia, eso es lo que estoy obligada a buscar en los
demàs varones ya que tu verga del carajo no me lo brinda màs. Este es el tipo de
polla que necesito. Quisiera pedirle a este mariquito que te folle el culo con su
poderosa polla para que, ademàs de lo cabròn que te has vuelto, te vuelvas tambièn
un maricòn, si es que ya no lo eres, porque creo que despuès de ver todas las pollas
que me han follado hasta ahora, supongo que se te han despertado las ganas de recibir
tu tambìen una buena verga en tu rabo para que te lo reviente de una vez. Pero
sospecho que te estès volviendo un maricòn puesto que me di cuenta de la manera
como acariciabas las piernas y pasabas tu mano sobre el tanga de Gladys mientras
que estàbamos en el salòn. Tu actitud era la de un hambriento y obsesionado
comepolla. Asì que alèjate, cabròn del carajo, anda a sentarte y, si te da la puta gana,
pajèa tu flàccida verga del carajo, como bien sabes hacerlo, mientras que este
mariquito se sigue encargando de mì. No quiero que me m*****es; alejate, vuelve a
sentarte, mìranos y pajèate !”
El patètico cabròn se habìa quedado escuchando las palabras de aquella colosal
puta y puesto que aùn se encontraba inmòvil frente a ella, Julia inesperadamente, le
soltò una tremenda bofetada en plena cara con todas sus fuerzas, al punto de que yo
tuve que sujetarla para evitar que se cayera. El pobre cabròn no se esperaba que
Julia reaccionarìa de una manera tan brutal, osada y repentina que lo hizo tambalear
tanto que por poco no se cayò en el piso; < Julia, pèrdoname, no volverè a
importunarte > le dijo cabizbajo. El se quedò frente a ella, fijàndola en los ojos, a la
espera de algùn comentario o respuesta reconciliadora pero èsto surtiò el efecto
contrario, ya que Julia, viendo que èl permanecìa aùn frente a ella y en la misma
posiciòn, se enfureciò aùn màs y volviò a soltarle otra fuerte bofetada que lo hizo
tambalear nuevamente y mientras que èl trataba de no perder el equilibrio, ella le
pegò un puntapiè tan fuerte en la pierna que lo hizo caer.
“¡Coño cabròn, no hablè chino, te dije que te alejaras; asì que ahora, pàrate y
vuelve a sentarte para que no me enfurezca todavìa màs y no dudes que la pròxima
vez te voy a patear en los huevos para terminar de reventarte lo poco que te queda
dentro de tu escroto !” le reclamò Julia.
Al pobre cabròn no le quedò màs remedio que alejarse y volver a sentarse. Con
todo y eso, yo percibì una extraña sombra en sus ojos. Viendo lo alterada que Julia
se habìa puesto, seguì acariciàndola y le dije :
“¡Julia por favor relàjate y olvidate de la blanda verga de ese cabròn puesto que yo
creo que, desde hace tiempo, èl se resignò a vivir en ese estado y a cargar con un par
de cuernos que andan hipertrofiàndose siempre màs y màs. Una puta, como la que tù
eres, no se irrita por esas pendejadas. Mi verga està a tu orden en cualquier momento
la necesites !”
“¡Gracias Carlo, por favor sigue mimàndome cuanto màs puedas, lo necesito. Sì
tienes razòn, sus cuernos seguiràn desarrollàndose siempre màs y màs!”
Empecè entonces a besar sus cabellos, su cuello, su oreja, su mejilla y su brazo,
que ella coquetamente levantò para que yo pudiera acceder a sus axilas. Con mis
manos acariciè todo lo que estaba a mi alcance, sus gluteos, sus tetas, su vello pùbico,
etc… Despuès de un rato ella se levantò y hacièndome hincar ante a ella, puso su
coño frente a mis labios dicièndome :
“¡Carlo por favor, dime cuan desmesuradamente puta soy todas las veces que te
dè tu puta gana pero por favor, dedìcate a mi coño ahora mismo porque lo siento muy
necesitado de tu voraz lengua !”
Comencè a acariciar sin parar su vello, sus cluteos, sus muslos y mi lengua se
hundiò en la suave y acogedora cavidad de su coño exploràndolo febrilmente hasta
donde podìa mientras que ella gemìa sin parar y con sus manos acariciaba mi cabeza
prensàndola en contra de su palpitante coño hasta el momento en que ella me pidiò
que me sentara en el borde de la silla para poder mamar mi verga, que ya andaba
echando chispas. Julia se arrodillò lentamente y empezò a lamer con mucha
habilidad y dulzura cada uno de mis huevos y luego se los tragò dejando que su
diestra lengua me transmitiera un superlativo placer. Pasando despuès a mi verga
logrò proporcionarme una lenta pero colosal mamada. Con una mano sujetaba mis
huevos y sus habiles dedos parecìan jugar con ellos mientras que sujetaba
suavemente mi verga con la sola punta de los dedos de la mano derecha, a excepciòn
del meñique que mantenìa muy elegante y coquetamente alejado de los otros dedos y
levemente encorvado. Me parecìa que Julia estuviese practicando algo equiparable o
afìn a un peculiar, lento y morboso ritual puesto que sus movimientos no eran
constantes, de hecho, pegaba sus labios de mi glande y lo besaba con ardor, luego se
movìa la cara de modo que mi verga rozara cada zona de su cutis, lo introducìa dentro
de su boca por corto tiempo y al sacarlo afuera se quedaba observàndolo complacida
y luego dejaba que rozara su cara y hasta su cuello. Se inclinaba la cabeza para dejar
que la punta de su lengua recorriera toda mi polla rozàndola ardientemente, desde los
huevos hasta mi glande. La sensibilidad de mi glande me permitìa percibir su ansioso
respirar y su càlido aliento. Inesperadamente y sin que ninguno de los dos nos
dièramos cuenta, yo alcancè el orgasmo e inevitablemente mi verga se disparò unos
cuantos lechazos que le mojaron su cara y parte de sus cabellos. Julia cerrò su mano
apretando fuertemente mis cojones y abriò instantaneamente su boca para tragarse mi
verga succionàndola con màs fuerza y moviendo convulsivamente su cabeza de un
lado a otro como queriendo vaciar mis huevos por completo. Luego abriò su boca y
su mano para dejar libres mi verga y mis cojones; alejò un poco su cara para
esparcirse complacida mi leche por sobre sus mejillas.
“¿Carlo, por què te corriste tan rapidamente ? ¡Yo aùn no habìa alcanzado el
orgasmo !” me dijo Julia
“¡Julia, lo siento mucho, pero la verdad es que ni yo mismo me di cuenta de que
estaba por correrme, es que estaba demasiado excitado, pero te agradezco mucho por
esta sublime mamada. Julia por favor, deja que te ayude a levantar ya que necesito
besarte!”
“¡Sì mariquito, bèsame con toda la pasiòn que puedes ! ¿Te dolieron mucho los
cojones mientras que te los apretaba ?”
“¡Sì, Julia, y aùn me duelen pero te confieso que tu fuerte apretòn, me procurò un
mayor goce. El goce prevaleciò sobre el dolor que inexplicablemente se convirtiò en
placer !” le contestè.
“¡Sì, a mi tambièn me encantò mucho apretàrtelos. Ahora, mientras que nos
besamos, te los prensarè nuevamente, pero esta vez, con mi muslo !”
“¡Dale pues cerda, tràtame como te dè tu puta gana !” le dije.
Nos besabamos con mucha pasiòn y Julia prensò fuertemente mi verga y mis
cojones con su muslo. Yo advertìa escalofrìos de dolor y placer al mismo tiempo.
Mientras que estàbamos en eso, oimos el batir de algunas manos pero no quisimos
interrumpir nuestra morbosa efusiòn de pasiòn. Al finalizar nos volteamos y vimos
que Fernando y Gladys seguìa aplaudièndonos.
“¡Bien, muy bien los dos. Excelente !” dijo Gladys.
Fernando se nos acercò y muy timidamente me dijo :
“¿Carlo por favor, me permites que te bese la polla para agradecerte, delante de
todos, por el placer que le acabas de dar a Julia ?”
Yo mirè instintivamente a Julia y ella me hizo una seña con la cabeza dejàndome
entender que le parecìa bien.
“¡Fernando, te reitero las felitaciones, que ya antes te hice, por tener una mujer
como Julia; para serte sincero, quisiera yo tambièn tener una mujer con sus mismos
atributos y cualidades. Estoy muy contento de haberla conocido y mucho màs por
haber tenido el placer de explorar y apetecer cada milìmetro de su esplèndido cuerpo;
creo que te diste cuenta que mientras que estàbamos en el cuarto le lamì tambièn
todas y cada una de las muy bien esmaltadas uñas de los dedos de sus adorables pies
pasando mi lengua entre ellos. Follar su culo fue realmente fantàstico porque,
ademàs de haber sido èsta mi primera vez, disfrutè mucho viendo su espalda y su
culo que acariciaba sin cesar y no te niego que en ese momento me sentì ser el dueño
del mundo. Sobre esta base, trata de entender que soy yo quien està sumamente
agradecido. Es tambièn, motivo de orgullo para mì, el simple hecho de poder estar a
su lado en este mismo instante viendo con satisfacciòn las gotas de mi leche sobre su
cuerpo. Por lo que concierne a eso que me acabas de pedir, lo que puedo decirte es
que no hace falta que me lo agradezcas de esa manera; ahora bien, ya que no quiero
que esta colosal puta se vuelva a enfadar contigo, te confieso que en realidad yo
tampoco me atreverìa a contrariarla. El poder de su esplèndido coño, a mi parecer, le
confiere una autoridad tal que no queda màs que obedecer a sus deseos y por eso yo
te agradecerìa que accedieras a mi polla ahora mismo. Si en cambio me lo pides por
querer satisfacer tu propria inclinaciòn hacia la polla, en base a las muy fundadas
sospechas que Julia señalò hace poco, pues entonces hazlo con todas libertad; mi
polla està a tu entera disposiciòn para lo que quieras, puesto que yo tambièn me volvì
maricòn !”
El pobre cabròn sin decir ni una palabra, se arrodillò ante mì y pegò, por unos
instantes, sus labios de mi escroto, y despuès dejò deslizar lentamente su lengua sobre
el tronco de mi flàccida verga, hasta pegarla sobre mi glande para besarlo. Julia se
volviò hacia mì satisfecha por la actitud de su marido y me besò apasionadamente.
En lo que terminamos de besarnos, Fernando se acercò a los pies de Julia y se los
besò con devociòn. Despuès dirigiò su mirada hacia Julia y le preguntò :
“¿Julia mi amor, ahora estàs complacida por lo que hice, està bien asì ?”
“¡Sì cabròn, està muy bien lo que hiciste aunque hubieras tenido que hacerlo antes
y de tu espontànea inciativa en lugar de esperar a que yo te lo dijera !”
“¡Sì Fernando, hiciste bien ya que era importante que complacieras a esta puta y
tambièn me gustò como la homenajeaste besàndole sus pies ya que ella se lo merece.
Te estoy agradecido ademàs por lo bien que supiste tratar a mi polla !” le dije yo.
“¡Gracias Carlo, fue un placer besàrtela. Perdòname Julia, en realidad yo querìa
hacerlo antes, mientras que èl la tenìa bien parada. Yo sé que hubiese sido mucho
màs placentero besàrsela entonces, pero no me atrevì. De todas formas, no importa,
ya que, aùn asì de flàccida, resultò tambièn ser algo muy placentero !” dijo el muy
cabròn.
“¡ … fue un placer besàrtela … , … èl la tenìa bien parada … , … mucho màs
placentero besàrsela … , … resultò tambièn ser algo muy placentero … ! ¿Oye
cabròn, yo te dije solamente que le besaras la polla, pero te das cuenta de estas
palabras que acabas de pronunciar ? ¡Me parece que tambièn te gustò besarle la polla
a este mariquito ! ¿Pero dime, acaso te gusta la polla. No serà que ademàs de
cabròn, por casualidad te has vuelto tambièn maricòn ?” le preguntò Julia.
“¡Bueno Julia, es que realmente ni siquiera yo sé lo que me pasa !”
“¿Còmo es eso de que no sabes, cabròn ? ¡Si un hombre le besa el forro de los
huevos a otro hombre como tù lo acabas de hacer, quiere decir que es un maricòn;
que no te quepa la menor duda a ese respecto, es un maricòn y con todas las de la ley
ademàs. Sin temor a equivocarme : te volviste maricòn y punto !” le dijo Julia.
“¡Julia, te repito que no estoy seguro de eso y ni siquiera Eliana lo està ya que se
lo preguntè tambièn a ella !”
“¿Eliana. Que tiene que ver ella en todo esto ?” le preguntò Julia asombrada.
“Bueno, sencillamente que un par de dìas atràs regresè a casa por la tarde, antes de
lo previsto, puesto que habìa poco trabajo En ese mismo momento Eliana estaba
cerrando la puerta para salir de compras y me informò que tù estabas durmiendo. Al
entrar en el dormitorio vi que tù estabas desnuda y yo me desnudè para pajearme.”
“Hiciste bien, tù sabes lo que me gusta que tù te pajees vièndome. ¿Pero que tiene
que ver Eliana si ya acababa de marcharse ?” lo interrumpiò Julia.
“Julia, yo me encontraba de rodillas en el piso frente a ti pajeàndome. En eso oì
abrir la puerta del dormitorio y se apareciò Eliana. Ella se asombrò viendo que me
pajeaba y me dijo : < Perdòn, pero no pensaba encontrarlo aquì. Yo me regresè
porque se me habìa olvidado de chequear si hacìa falta comprar tambièn la crema
facial para su mujer y, puesto que ella la tiene guardada en esta habitaciòn, entre de
una vez aquì. Le ruego que me perdone. > Yo me quedè tambièn sorprendido pero
no supe que decir. En realidad ella quedò desconcertada vièndome con la polla en la
mano y me dijo : < dèjeme chequear solamente si se le acabò la crema facial y me
retirarè en seguida >. Eliana abriò una gaveta del tocador y luego se dirigiò hacia la
puerta para marcharse. Mientras que estaba en el umbral de la puerta para cerrarla se
volteò hacia mì y me dijo : < ¿perdòneme por la indiscreciòn, pero por què su polla
no està parada; cuando entrè vi que se estaba pajeando pero su polla estaba flàccida
como ahora. Le pasa algo ? >.
“¡Coño Eliana, ni tù misma te das cuenta de lo puta que eres. Creo que en ningùn
prostìbulo se pueda encontrar una mujer màs puta que tù. Pero bueno cabròn, sigue
contando !” exclamò Julia, interrumpiendo por un instante a su marido.
“Yo no sabìa que contestarle y ella, dàndose cuenta de mi inquietud y de mi
titubeo se me acercò y me dijo : < Sé sincero conmigo y dime la verdad. ¿Tu polla no
se te para màs y eso te angustia. Cierto ? >. Yo cogì un poco de coraje y le dije que
ese era justamente mi problema. De pronto, su expresiòn y su actitud de desagrado,
desaparecieron y pasando dulcemente su mano por sobre mi mejilla me dijo : < lo
siento mucho y entiendo lo frustrado que debes sentirte. ¿Me permitirìas que sea yo
en pajearte para ver si yo logro paràrtela ? >. Yo no le contestè pero retirè mi mano
de la polla. Ella se arrodillò junto a mì y empezò a pajearme miràndome tiernamente.
Apoyò su brazo sobre mi espalda y mientras que me la acariciaba, empezò a pajearme
con mayor rapidez pero sin obtener algun resultado. Entonces se levantò y se
desnudò por completo y me dijo : < Oye Fernando, yo siempre he logrado parar todas
las pollas que se han cruzado conmigo y no quiero que tù seas el primero que me
desilusione, asì que relàjate y mìrame bien. No te preocupes por Julia puesto que a
esta hora ella suele tomarse su siesta y no se despertarà hasta antes de una hora.
¿Còmo me encuentras, te gusta lo que ves ? > Eliana diò un paso hacia atràs y se diò
una vuelta completa para mostrarme todo su cuerpo.
“¡Coño Eliana, eres màs que puta; eres una requeteputa dirìa yo. Pero sigue
contàndome, cabròn !” exclamò nuevamente Julia.
“Eliana se diò cuenta de que yo me sentìa cohibido, y entonces se inclinò hacia mi
ponièndome la mano por debajo de mi barbilla y orientò mis ojos hacia los suyos.
Me mirò fijamente y con tono delicado, pero firme, me dijo : < Fernando, es mejor
que en este momento, te olvides de la jerarquìa. Por ahora, ni yo soy tu sirvienta y ni
tù eres mi patròn; los dos somos simplemente un hombre y una mujer. Si tù supones
que yo hablarè de èsto con Julia, pues tranquìlizate, porque no lo harè. Lo que yo
quiero hacer es simplemente tratar de ayudarla, ya que, desde hace tiempo no la
considero màs como a la señora para quièn trabajo sino como a una amiga que he
aprendido a querer. Julia ha puesto demasiada confianza en mì y yo no la
defraudarìa nunca. Por favor, dime lo que Julia te ha dicho con respecto a mì. >
Entoces yo le dije : < Siempre me ha hablado bien de ti y de que està muy satisfecha
con tu trabajo en esta casa. >. Despuès Eliana me preguntò : < ¿Eso es lo ùnico que
te ha dicho ? >. Yo le contestè que sì y que eso era todo. De seguido Eliana me dijo :
< Bien Fernando, Julia nunca me habìa hablado de tu problema y èsto es algo que me
entristece mucho ya que es una làstima, que una mujer tan linda como ella no pueda
disfrutar de una polla bien dura, cuando le venga en gana. Ahora olvìdate de todo y
concèntrate en mì. Hazte de cuenta de que estamos solos, pues como te dije, Julia
estarà durmiendo por un buen rato. Dime entonces como me encuentras. > Yo me
quedè miràndola y le dije lo encantadora que me parecìa y frenè mi mano
rapidamente pues instintivamente me dieron ganas de acariciarla. Ella se diò cuenta
de mi actitud y me dijo : < No temas, te repito que no voy a hablar ni una palabra de
èsto con Julia. Si quieres puedes acariciarme y lamerme con toda confianza y
libertad por donde quieras, ya que yo quisiera que tu polla reviviera para que vuelvas
a follar a Julia como lo hacìas antes. Mira lo linda que es, mìrale sus grandes tetas,
sus muslos su esplèndido coño y todo su cuerpo. Mìrame tambièn a mì y goza
lamièndome el coño y todo lo que quieras con toda tu voluptuosidad. Relàjate lo màs
que puedas, concèntrate y esfuerzate para que tu polla se endurezca de una vez, pero
màs que todo, confìa en mì y en ti mismo.>
“¡Eliana, mi querida Eliana; yo sabìa que podìa confiar en ti y que nunca me
defraudarìas ! ¿Tanto me quieres ? Fernando, sigue contàndo, por favor.” dijo Julia.
“Pues entonces yo empecè a acariciarla y lamerla por todas partes hasta que Eliana
se arrodillò a mi lado y empezò a pajearme sin descanso manteniemdo mis huevos
apretados en su mano. Se parò por unos momentos para ir hacia el tocador y regresò
con un estuche parecido al de un lapiz labial pero un tanto màs largo y ancho. Luego
siguiò pajeàndome y me hundiò lentamente todo su dedo medio izquierdo dentro de
mi esfìnter. Advertì un leve però placentero dolor. De seguido Eliana estrajo su dedo
e introdujo lentamente en mi ano el estuche que habìa ido a buscar en el tocador.
Esta vez advertì un mayor dolor, pero resultò tambièn ser placentero. Luego siguiò
pajeàndome y con su mano libre volviò a agarrar mi escroto abriendo y cerrando su
mano frecuentemente pero cada vez con màs fuerza. Yo advertìa mayor dolor a cada
una de las embestidas de su mano y ella me decìa : < Sì, yo sé que te duele y quiero
que te duela aùn màs, pero sé tambièn que te gusta y que te gusta mucho. Fernando
tengo tu hombrìa en mis manos y èsto me hace disfrutar mucho ya que te tengo en mi
poder. > Repentinamente dejò de pajearme y soltò su mano de mi escroto para
darme un largo y apasionado beso. Al terminar de besarnos me sonriò y me dijo :
< Fernando, yo no sé si te diste cuenta de lo dura y de lo muy bien parada que se te ha
puesto la polla. Ya estas listo para follar. Deja que despierte a Julia para que la folles
ahora mismo. Tu hambrienta polla ahora necesita urgentemente de un buen coño, y
sin duda alguna, èl de Julia es el mejor. La despertarè en seguida. >
Yo estaba muy contento de ver mi verga bien parada y le dije : < Eliana por favor,
no la despiertes, yo hablarè con ella luego y le contarè todo lo que hiciste. Lo que yo
quisiera ahora serìa, tener tu permiso para follar tu esplèndido coño y gozarte
intensamente. > Eliana me contestò simple y llanamente asì : < ¡Como no Fernando
y con muchìsimo gusto. Fòllame como tù quieras y por donde quieras con todo tu
ìmpetu. Yo te responderè con todo mi ardor de hembra. Considero un honor que la
verga que ha follado tantas veces a Julia ahora me folle a mì. Que la misma verga
que ha rozado y que se ha hundido tantas veces en el sabroso coño de mi señora,
ahora se hunda en el mìo. Goza de mi coño a plenitud ya que èl està ansioso de ser
llenado completamente por tu polla. Anda, màmame bien las tetas y follame
descaradamente aquì mismo en el piso, sobre la alfombra, como lo harìas con
cualquier perra callejera. > En lo que terminamos de follar le preguntè a Eliana si,
en base al tratamiento que ella me habìa proporcionado, cabìa la posibilidad de que
yo me estuviese volviendo maricòn y ella, un tanto incierta, me contestò : < no sé
Fernando, ahora no estoy en condiciones de darte una respuesta exacta de si te estès
volviendo o no un maricòn, porque ni yo misma lo sé. Lo ùnico que puedo decirte es
que me follaste excelentemente bien, dejàndome ademàs, sumamente satisfecha.
Siento deveras que esta vez no te hayas follado a Julia porque era ella quien tenìa ese
derecho despuès de tanto tiempo. Pero, al mismo tiempo, te agradezco por haberme
follado como se hace con una zorra cualquiera. Ahora me gustarìa verte recostado a
lado de Julia con tu verga apuntando hacia su coño ya que ese es tu lugar. Acuerdate
de que tu verga funciona muy bien y que tu primordial deber es el de satisfacer su
coño. Estoy segura de que cuando Julia se despierte, se alegrarà mucho de verte a su
lado, porque, al fin y al cabo, tu le perteneces solamente a ella y tù deberìas estar muy
orgulloso de tener una dueña como ella. Ahora por favor, dejame ir al cuarto de baño
para lavarme e ir de compras, antes de que se haga muy tarde, ya que al regresar,
tengo que preparar una suculenta cena, como le gusta a mi señora, y despues tengo
que seguir atendièndola como ella se merece. >
“¡Julia, eso fue lo que pasò. Querìa contàrtelo antes pero no tuve la oportunidad.
Espero que todo èsto no te haya irritado !” le dijo Fernando a Julia.
“¿Irritado ? ¡ No Fernando, en lo absoluto, màs bien, todo lo contrario, me ha
alegrado muchìsimo. Mañana hablaremos con Eliana y la invitaremos a un restaurant
y yo misma le pedirè que trancurra toda la noche con nosotros. Estarè muy honrada
en invitarla a quedarse a dormir y a follar con nosotros en nuesta alcoba. Quiero que
nos folles a las dos y que nos trates como a un par de rameras. Yo la quiero mucho y
estoy contetìsima por todo lo que hizo para ayudarte a parar tu polla. En lo que la
vuelva a ver le dirè que me lo contaste todo y ademàs quisiera entablar una larga
convesaciòn con ella para definir el tipo de tratamiento que tù necesitas. Estoy muy
contenta que ambos hayan follado. Eliana ha demostrado ser una muy buena y fiel
amiga mìa. Fernando por favor, ahora acèrcate para darte un buen beso, pero antes
dime como te pareciò su coño !”
“¡Julia lo ùnico que puedo decirte es quedè encantado con ella y que su coño està
riquìsimo, bueno, en realidad toda ella està buenìsima. Despuès de follar su coño,
ella se puso en cuatro patas, al borde de tu cama, y se te acercò lo màs que pudo pero
sin tocarte; me ofreciò su rabo y me pidiò que lo follara con todas mis fuezas hasta
correrme; me dijo que querìa mirarte mientras que difrutaba de mi verga. Ella se
daba cuenta de que yo le estaba dando con todo y de que me encontraba muy fatigado
pero insistìa en que yo no me parara y me diò a entender que ni le importaba que yo
le reventara su precioso rabo ni que yo me quedara completamente rendido, de hecho,
cuando al final me corrì dentro se su rabo, me recostè en el piso casi sin aliento, pero
satisfecho, muy satisfecho. Luego me sugiriò que te lo contara todo y que estaba
dispuesta a volver a follar conmigo todas las veces que yo lo quisiera, pero no a
econdidas. Estas fueron sus textuales palabras : < Fernando yo quiero oir, de la propia
boca de mi señora, que ella nos conceda su permiso para que los dos volvamos a
follar puesto que tù le perteneces solamente a ella. > !”
“¡Fernando, desde ya te digo que estarè muy contenta en concederles mi permiso
para que follen cada vez que a ambos les dè la puta gana. Puesto que Eliana logrò
darle un segundo aire a tu verga es justo que ella la disfrute, como si le perteneciera
tambièn a ella !”
Luego Julia, volvièndose hacia mì me dijo :
“¡Carlo, tengo un poco de hambre pero quisiera que los dos nos dièramos de
comer uno al otro ! ¿ Que te parece la idea ? ”
“¡Sì, Julia, yo tambièn tengo algo de hambre; si quieres puedes volver a sentarte
sobre mis muslos pero esta vez de cara frente a mì !”
Coloquè la silla de lado de la mesa y Julia se sentò a horcajadas sobre mis muslos.
Con su cara frente a la mìa, todo el peso de su cuerpo sobre mì y sus piernas que
apretaban las mìas, advertì algo asì como una sensaciòn de dominio que, a travès de
su postura, ella ejercìa sobre mì. Nos pasamos los buñuelos de boca en boca y ella
tambièn volviò a ponerse algo de mermelada sobre sus tetas.
“¡Vaya manera morbosa de comer; se parecen a un par de cerdos !” dijo Gladys.
“¡Gladys, eso es lo que somos ! ¿ Cierto Carlo ?” dijo Julia.
“¡Sì Julia, tienes razòn; tambièn yo me he vuelto un cerdo !” le contestè a Julia.
“¡Carlo, a travès de los demàs es que nos convertimos en nosotros mismos; esa es
la pura verdad. Al fin y al cabo lo importante es alcanzar un equilibrio para estar en
paz y armonìa consigo mismo tratando de vivir el presente en la mejor forma
posible !”
“¡Sì, Julia, sigues teniendo razòn. Con mucho asombro, yo he descubierto facetas
en mì del todo desconocidas y que Gladys conoce bien, por las muchas veces que
hemos tratado este asunto !”
“¡Carlo, yo te sugiero que te adaptes y te aceptes; no gastes mucha energìa mental
en tratar de enfocarlo desde una perspectiva lògica, puesto que, cabe la posibilidad,
de que, con el pasar del tiempo, te asombres aùn màs de ti mismo. Ahora no pienses
màs en eso y espàrceme un poco màs de mermelada en mi sobaco para que te la
comas de ahì y despuès nos comeremos unos trozos de piña con mucha
sensualidad!” me dijo Julia miràndome tiernamente en los ojos.
Despuès de pasarle la mermelada en su sobaco y habèrmela lamido entre su vello,
empezamos a meternos los trozos de piña en la boca y ella se los comìa dejando
chorrear su jugo fuera de su boca. Luego pelò un plàtano que, entre los dos nos,
comimos hasta casi la mitad.
“¡Carlo, mìrame como he quedado de pegajosa y empegostada con todo lo que
hemos comido y hasta con la leche que tu verga me derramò encima. Y para colmo,
aùn mojada por no habernos secado despuès de ducharnos ! ¿Me parezco o no a una
cerda ?”
“¡Sì Julia, eso es lo que eres, un cerda, pero asì mismo como te describes, luces
màs que excitante y ese pelo mojado hace que mi morbosidad se incremente
hiperbolicamente. Por otro lado, ademàs de una cerda, te pareces a una insaciable
mujer y a una superlativa puta sin igual. Tendrè muchìsimo gusto en volver a meterte
debajo de la ducha para lavarte ahora mismo si es que me lo permites !”
“¡Carlo, es que en realidad eso es lo que soy, una puta. Anda, vamos de una vez a
meternos debajo de aquella ducha, para que me vuelvas a lavar de aquella manera,
tan morbosa y tierna a la misma vez, como lo hiciste antes !”
Entonces nos levantamos para irnos a duchar y en lo que pasamos frente a
Fernando, Julia se parò y le dijo :
“¡Abre la boca cabròn, y deja que te meta adentro este pedazo de plàtano !”
El muy cabròn abriò la boca y Julia le empujò con fuerza, todo el medio plàtano
dentro de su boca. Luego, mirando a Gladys, le dijo :
“¡Gladys por favor, en lo que Carlo me atiende, averìguate si este cabròn se volviò
o no un maricòn !”
De seguido nos dirigimos al cuarto de baño donde nos bañamos mutuamente y por
un largo rato. Una vez que acabamos de ducharnos salimos del cuarto de baño y nos
dirigimos hacia la cama completamente mojados. Caminàbamos muy lentamente
para no resbalar y Julia estaba recostada sobre mì. Nos paràmos frente a la cama y
despuès de besarnos apasionadamente Julia me dijo :
“¡Carlo por favor, ahora dedìcate y concèntrate unicamente en mì sin pensar ni en
nada ni en nadie. Necesito que lamas y beses con mucha vehemencia cada parte de
mi cuerpo empezando desde los dedos de mis pies y sin pararte; al final folla mi coño
con todo tu vigor sin es**timar esfuerzos !”
“¡Julia, serà un honor para mì complacerte en èsto que me pides y me esmerarè en
estimular todas tus terminaciones nerviosas para satisfacer tus morbosos deseos !”
Entonces la ayudè a recostarse sobre la cama y empecè a satisfacer sus lujuriosos
deseos. Me concentrè tanto en ella que perdì la nociòn del tiempo. Al final mi polla
le inundò su precioso coño con unos fuertes lechazos que me debilitaron tanto que me
recostè rendido y sin màs fuerzas a su lado. Al muy poco rato, ambos nos quedamos
inevitablemente dormidos. La mañana siguiente los rayos del sol nos despertaron y
nos levantamos relajados, descansados y satisfechos. Nos duchamos y despuès de
vestirnos fuimos al salòn donde Gladys y Fernando llevaban una muy amena
conversaciòn.
“¡Por lo que veo apuesto a que la pasaron muy bien !” nos dijo Gladys.
“¡Gladys, fue una faena indescrivible. Carlo es maravilloso y me hizo gozar
muchìsimo !” le contestò Julia.
“¡Carlo, no encuentro palabras para agradecerte por todo lo que hiciste para
satisfacer a Julia !” me dijo Fernando.
“¡Fernando, pasamos una noche fantàstica y te vuelvo a repetir que soy yo quien
debe de estar agradecido por haber tenido la oportunidad de follar a esta maravillosa
hembra que logrò mantener mi verga todo el tiempo bien erguida como solo una puta
bien veterana sabe y puede hacer!” le dije a Fernando.
“¡Carlo, me estimulaste tan bien que, lo menos que yo podìa hacer, era
responderte de la mejor manera y con todo mi ardor !” me puntualizò Julia
“¿Gladys, què me cuentas de Fernando ? ” le preguntò Julia a Gladys.
“¡Julia, no lo follè pero te garantizo que me mamò la polla de una manera
formidable. Me ha demostrado ser todo un excelente y hambriento comepolla.
Quisiera sugerirte que se lo encomiendes a Eliana ya que ella tambièn parece ser
toda una veterana en èsto!” le contestò Gladys.
“¿Y a ti Fernando, còmo te pareciò la polla de Gladys ?” le preguntò Julia.
“¡Julia, me encantò muchìsimo mamàrsela ya que la encontrè sabrosìsima. Fue
algo sublime !” le contestò Fernando.
“¡Fernando, me alegro mucho. Yo tenìa ya mis serias y fundadas sospechas de
que te estabas volviendo un maricòn. De todas formas hablarè con Eliana y te pondrè
en sus manos !” le dijo Julia.
Despuès de desayunarnos nos dirigimos al salòn y Julia le sugiriò a Fernando el
importe, que tenìa que escribir en el cheque, para que yo y Gladys nos lo
compartieramos.
Despuès Julia se volviò hacia Gladys y le preguntò :
“¡Gladys la ùltima vez que yo y Fernando estuvimos aquì me prometiste que
cuando hubieras tenido màs tiempo habrìas seguido hablàndonos màs acerca de tu
esposa y de tu niña. Para serte sincera, tu situaciòn me dejò preocupada ! ¿ Hay
alguna novedad con respecto a Clara. Te m*****a si te lo pido ?”
“¡No Julia, no me m*****a en lo absoluto ya que somos amigos !” le contestò
Gladys.
Julia se levantò de la butaca y fue a sentarse en el sofà al lado de Gladys. La tomò
de las manos y le dijo :
“Quedè angustiada y sorprendida por la reacciòn de Clara cuando le contaste todo.
Me pregunto porque no entendiò que habìas quedado en la calle por culpa de tu primo
Raùl y que no te quedò màs remedio que aceptar la propuesta de Luìs para dedicarte a
este oficio. Despuès de todo fue gracias a Dalia, a Amalia y a Luìs que saliste a flote
y hasta pudiste enviarle dinero suficiente para mantener a ella y a tu pequeña Laura.”
“Sì Julia, ella se enfureciò mucho conmigo y me dijo que yo no era màs el hombre
que ella habìa aceptado como marido, que nunca se habrìa imaginado que yo llegara a
prostituirme, que no podìa amarme màs, que la habìa desilusionado al punto de no
querer volver a vivir conmigo ni volver a verme màs. En realidad èsto me doliò
mucho pero el dolor màs fuerte fue cuando me dijo que le dirìa a Laura que yo me
habrìa muerto. Como te dije, supongo que Laura fue siempre una niña arrogante y
rebelde, probablemente por la falta de un padre a su lado y por lo mal que Tomàs, el
tìo de Clara, le hablaba de mì. Tomàs siempre me odiò y me tratò mal y Clara nunca
lo supo poner en su lugar. Sucesivamente Clara me escribiò una carta en la que me
manifestaba lo muy arrependida que estaba por haberme tratado tan mal y que no
querìa seguir viviendo con sus tìos Tomàs y Marina. Clara està muy arrepentida de
haberle dicho a Laura que yo me habìa muerto y que no està en condiciones de poder
educarla. Por este motivo piensa internar a Laura en un severo colegio en Miami,
lejos de Tomàs y Marina, en lo que la niña termine la escuela primaria. El plan de
Clara es de venir a vivir conmigo aquì en Alicante porque comprendiò el tremendo
error que cometiò con Laura y por no haber entendido cuanto me costò el haberme
sacrificado tambièn por ellos. Me dijo que, con tal de remediar sus errores y volver a
mi lado, estaba dispuesta a trabajar conmigo. Yo sé, que de un momento a otro, Clara
tocarà el timbre de la puerta de esta casa y yo la recibirè con los brazos abiertos”
“¡Gladys, yo creo que es una buena idea y tambièn la mejor soluciòn ! ¿Y tù què
opinas al respecto, què te parece su idea ? ” le preguntò Julia.
“¡Bueno Julia, la verdad es que seguimos querièndonos mucho y yo, con tal de
que ella se quede a mi lado estoy dispuesto a todo. Si quiere volverse tambièn ella en
una puta, pues, que lo haga. Aunque yo estoy seguro de que unos cuantos cuernos ya
me los ha puesto !”
Luego Gladys sonriendo, se volviò hacia Fernando dicièndole :
“¡Fernando, no vayas a creer que tù eres el ùnico cabròn aquì adentro, puesto que
yo tambièn lo soy !”
“¡Gladys, no te preocupes por los cuernos ya que, tarde o temprano, uno se
acostumbra a llevarlos !” le dijo Fernando con una media carcajada.
Luego Julia le dijo a Gladys :
“¡Gladys, en base a las fotos de Clara que me enseñaste, me di cuenta de que està
muy buena asì que, por favor, en lo que ella llegue a Alicante y despuès que decida de
ponerse a puta yo quisiera ser una de sus primeras clientes ya que me imagino que se
acostarà primeramente con Dalia y/o Amalia o optaràn por organizar un orgìa los
cinco juntos !”
“¡Como no Julia, la convencerè que ademàs tendrà que acostumbrarse a follar con
otras mujeres. Ten por seguro que te pondrè entre las primeras en su lista. Julia, creo
que si todas las putas de España se reuniesen para elegir a su reina, no dudo en que te
escogerìan a ti como la mejor y la màs digna entre todas las candidatas !” le dijo
Gladys.
“¡Gladys, siempre me has hablado de Dalia y de Amalia y puesto que hablamos de
mujeres, quisiera saber si puedes fijarme una cita con cualquiera de las dos o mejor
con ambas a la vez ! ¿Puedes hacerme este favor ?” le dijo Julia.
“¡Julia, no sé de sus compromisos, pero lo que puedo hacer es darte sus nùmeros
telefònicos ahora mismo !” le dijo Gladys.
“¡Pues, muy bien, anòtamelos por favor para poder contactarlas !” le dijo Julia.
Despuès que Gladys le diò un papelito con los nùmeros telefònicos, ellos se
despidieron muy calurosamente, Julia se parò un instante en el umbral de la puerta y
dijo que hubiera vuelto a llamar, para organizar la fiesta de cumpleaños de Eliana.
Despuès de haber cerrado la puerta yo y Gladys nos besàmos apasionadamente y
Gladys me dijo :
“¡Carlo, minuto tras minuto, me dejabas siempre màs asombrada. Sinceramente
no pensaba que te hubieras podido portar de esa forma tan excelente e impecale. Eres
toda una maravilla. Fuiste formidable en todo desde el primer momento. Fernando
emitiò un cheque con un importe mayor del que le sugiriò Julia y me doy cuenta de
que fue bastante generoso. Ahora es mejor ir de una vez al banco para depositar este
cheque y los otros que tengo en casa; te darè la cantidad de dinero que te corresponde
en efectivo puesto que, en calidad de turista, no sè si puedes abrir tu propia cuenta
corriente. De regreso a casa, reordenaremos y limpiaremos todo, pero esta vez lo
haremos juntos, puesto que es una tarea muy larga para una sola persona. Ahì Carlo,
no te imaginas cuanto te quiero !”
De seguido, un vòrtice de pasiòn indujo a que nuestros labios y nuestras lenguas
se pegaran inevitablemente entre ellos como si fuesen atraìdos por un intenso y
voluptuoso campo magnètico.
////////////////////////////// F I N A L P A R T E 3 ///////////////////////////////////
////////////////////////////// C O N T I N U A R A’ ///////////////////////////////////
dirigì en seguida hacia la puerta de acceso al piso superior, notando que Gladys no la
habìa cerrado con llaves para yo poder acceder al cuarto que ella me habìa asignado.
Era una casa muy amplia, acogedora y muy bien amueblada. La ùnica diferencia
entre los dos pisos era que en el piso superior habìa una espaciosa terraza, pero por lo
demàs, eran perfectamente idènticos. Gladys habìa destinado el piso de abajo para
recibir a sus clientes però ahì tambièn habìa una cocina, un cuarto uso lavanderìa y
asì todo lo demàs. El apartamento en el piso superior era del todo privado. Fui al
cuarto de baño para ducharme, tratando de hacer el menor ruido posible. Sabìa que
Gladys se encontraba con su amigo y cliente Richie en uno de los dos dormitorios
pero no en cual ya que el silencio era total. Reinaba la calma. Entrè en la cocina para
refrescarme con un vaso de tè frio. Luego fui al domitorio y al acostarme no pude
impedir que los recientes acontecimientos recorrieran mi mente. Habìa descubierto
mi otra identidad sexual y no tuve màs remedio que aceptarla con una tal naturalidad
que me dejò asombrado. Me vino a la mente aquel cuadrito, tan artisticamente bien
acabado, que Gladys tenìa colgado de una pared en la cocina. En su interior llevaba
escrito, en caracteres gòticos, solamente una frase que rezaba asì < memento audere
semper >. De hecho, ese acuerdate de atreverte siempre, era una frase que me habìa
inquetado un tanto desde el primer momento en que la habìa leìdo y me parecìa que
hubiese sido escrita tambièn para mì. Tenìa que atreverme a aceptar una identidad
que estaba tan escondida dentro de mì al punto de que yo ignoraba su existencia.
Otros pensamientos invadìan mi mente : lo acontecido pocas horas antes, junto a
Juliàn y Gilbert, pero sobre ellos predominaba el saber que, a muy escasa distancia de
mi cama y justamente en el piso de abajo, Gladys se encontraba en la cama junto con
Richie. Me suponìa que ya habìan follado, por lo menos, una primera vez pero
ignoraba si en ese momento dormìan, descansaban, charlaban en voz baja o estaban
intercambiàndose morbosas efusiones para volver a follar. < ¡Nos daremos mucha
caña los dos ! > me habìa dicho Gladys. Mi imaginaciòn volaba e instintivamente
empecè a pajearme y luego de una relajante corrida, quedè rendido y cogì sueño casi
de inmediato. Al despertarme, luego de un sueño muy reparador, los rayos del càlido
sol de julio, que se infiltraban a travez de las persianas semiabiertas de la amplia
ventana, fueron los que me dieron muy tiernamiente el buen dìa. El confortable
colchòn, la absoluta quietud y la iluminaciòn natural, que hacìa resaltar el orden y la
limpieza en cada rincòn de aquel dormitorio, hicieron que me sentiera muy bien. Al
ratito mè levantè para ir al confortable baño privado ubicado en ese mismo cuarto y
me di cuenta que sobre una mesa habìa una bandeja con el desayuno yà preparado.
Saliendo del baño di unos pasos hacia el pasillo, oì unas voces y luego el cerrarse de
una puerta. Casi de inmediato Gladys se me apareciò por las escaleras acercàndose a
mì con una amplia sonrisa y los brazos abiertos.
“¡Buen dìa mi amor, creo que descansaste bien porque hace rato subì a verte y
dormìas de lo lindo !”
“¡Buen dìa Gladys ! Me acabo de despertar; para serte sincero dormì mejor que
en mi propia casa. Recièn salì del baño. ¿ Por què te m*****aste en traerme el
desayuno ?”
“Richie y yo despuès de levantarnos nos tomamos una ducha y luego vinimos a
buscarte porque querìamos que compartieras el desayuno con nosotros ademàs de que
Richie tenìa el placer de conocerte. Ya que aùn dormìas no quisimos m*****arte y asì
nos desayunamos solos. El acaba de irse ya que, siendo miembro de la tripulaciòn,
tiene que estar en el aeropuerto antes del mediodìa.”
“Lo siento mucho Gladys, a mì tambièn me hubiera gustado conocerlo y
desayunar juntos. Lo que me pasò fue que regresè esta mad**gada y quedè rendido.”
“Pierde cuidado Carlo; ahora desayuna tranquilamente mientras que yo me visto
para salir de compras puesto que la despensa està casi vacìa. ¿Quieres acompañarme
o prefieres quedarte aquì ?”
“Gladys, tendrè mucho gusto en venir contigo.”
“Vale Carlo. Ah se me olvidaba, ¿Què tal les fue anoche, lo pasaron bien ?”
“¡Bueno Gladys, luego te cuento !”
Gladys se quedò vièndome. Sonriendo, rozò mis labios con su dedo ìndice y me
diò un largo beso en los labios.
“Dale Carlo, desayùnate y vìstete; a ver si salimos antes del las once.”
Al estar yo listo para salir fui a esperar a Gladys en el piso de abajo y me quedè en
el umbral de la puerta del dormitorio. Habìa algo de desorden: almohadas por el piso,
cubrecama y sàbanas revueltas, un par de copas sobre las mesitas de noche y una
bandeja con un platillo de tapas y una botella de champaña abierta. El cuarto estaba
en penumbras ya que las persianas estaban cerradas y el aire caliente que se inhalaba
estaba impregnado por una mezcla de champaña y de perfume. Removiendo un poco
las sàbanas pude apreciar unos residuos secos de leche. Volviendo mi mirada hacia el
gigantesco espejo colocado en el techo pude apreciar toda la cama desde otra
perspectiva y no pude dejar de imaginar con cuanta pasiòn e ìmpetu los dos habìan
follado y ese espejo habìa sido su ùnico testigo. Mientras que yo tenìa levantada una
parte de la sàbana manchada de leche, Gladys entrò en el cuarto. Nuestras miradas se
cruzaron rapidamente.
“¿Carlo por favor, aùn sigues con tus celos ? ¡Entiende que èste es mi trabajo !”
“¡Sì Gladys, comprendo todo muy bien ! Las sàbanas llevan rastros de lechazos
secos y algunos todavìa hùmedos. ¡ Parece que ambos disfrutaron bastante !”
“¡Sì Carlo anoche follamos bastante y esta mañana, al despertarnos, me pidiò que
volviera a follarlo !”
Me sentè sobre la cama y despuès de acariciarle suavemente su polla se la besè
por encima del pantalon palpàndole tambièn sus huevos y en ese momento ella abriò
un poco sus piernas para que mi mano se moviera màs confortablemente.
“¡Debe de estar muy cansada esta linda polla y tus huevos vacìos !”
“¡Sì Carlo, pero todo se està restableciendo. Por favor sàcamela afuera del
pantalon y tràgatela!”
La oberdecì inmediatamente y comencè a acariciàrcela tiernamente y luego la
mantuve dentro de mi boca por un ratito. Mientras tanto ella me acariciaba la cabeza
presionàndomela suavemente en contra de su polla.
“¡Gracias Gladys necesitaba chupàrtela un poco aunque estè flàcida. Que linda y
que limpia que està !”
“¡Si Carlo, yo sè que andas loco por ella y no podìa negarte ese placer. Haz con
ella lo que desees !”
Se la saboreè en todas sus partes; le mordisqueè tiernamente su suave prepucio, lo
desenrollè y puse mi lengua en pleno contacto con su glande; luego tratè de cubrir mi
lengua con su prepucio. Sucesivamente le besè, lamì y empujè delicadamente cada
uno de sus huevos dentro de mi àvida boca. Al poco rato cogì una servilleta para
secàrsela y se la recompuse dentro del pantalòn.
“¿Quedaste satisfecho, mi amor; era lo que necesitabas hacer, cierto ?”
“¡ Sì Gladys, gracias, lo necesitaba deveras ya que tu polla no hace màs que
encender mi ansiedad. Pero bien vamos de una vez a hacer las compras para que no
se haga muy tarde ! ¿De regreso me permitirìas reordenar este cuarto yo solo ?”
“¡Carlo eres todo un amor. Si claro, ya que ese es tu deseo, lo haràs tù solo.
Porque no. Pero bien Carlo, vamos saliendo ya !”
Fuimos con su coche en algunas tiendas para surtirnos de productos de limpieza,
carnes, pescados y muchos otros alimentos. Los aprovisionamientos que hicimos
alcanzarìan para unos diez dìas. De regreso a casa vaciamos el maletero del coche y
guardamos todo. Gladys se dedicò a preparar el almuerzo y yo a arreglar el
dormitorio. Lo dejè en perfecto orden; habìa puesto sàbanas y fundas limpias
poniendo todo lo demàs en la lavadora; recogì todo lo sucio, limpiè los muebles, lavè
el piso y hasta perfumè el ambiente dejando las ventanas entreabiertas. Mientras
llevaba a cabo esta tarea oì el telèfono repicar unas cuantas veces y Gladys atendiò
las llamadas desde el telèfono ubicado en la cocina. Cuando fui a ofrecerle mi ayuda
para seguir preparando el almuerzo juntos, ella lo dejò todo para ir al dormitorio y
luego de un silencio, que llegò casi hasta intrigarme, se me acercò y me besò
apasionadamente preguntàndome :
“¿Carlo, tanto me quieres ?”
“¿Por què lo dices ?”
“¡Carlo, este dormitorio nunca ha estado tan limpio y ordenado como lo es ahora.
Todo lo que hay aquì parece estar quimicamente puro, limpio y hasta reluciente. Veo
que no has descuidado ningùn detalle y hasta oigo el ruido de la lavadora. Hay cosas
que se hacen solo por hacerlas, pero me doy cuenta de que en èsto le has puesto el
corazòn. Carlo eres un amor. Ahora anda a relajarte en sofà porque el almuerzo
quiero seguir preparàndolo yo y en lugar de la cocina, hoy almorzaremos en el
comedor. Carlo, tù te mereces todo lo mejor !”
“¡No Gladys, yo quiero estar cerca de tì !”
“¡Vale Carlo, vente conmigo a la cocina entonces y asì me cuentas como te fue
anoche con Juliàn y Gilbert !”
Despuès de haberle contado todo le enseñè el dinero que, sin darme cuenta,
Gilbert me habìa puesto en el bolsillo. Ella le echò una mirada y exclamò :
“¡Vaya, bastante generoso fue ! ¡Disfrùtate esa plata Carlo !”
“¿Gladys, otra vez me repites < disfrutate esa plata > ? ¡Gladys me he vuelto a
sentir otra vez como una puta, entièndelo !”
“¡Carlo, Carlo ! ¿ Por què hablas asì; tù le pediste que te pagara ?”
“¡Claro que no; nunca se me hubiera occurrido hacerlo; lo que hice con ellos fue
solo por placer y no por plata !|”
“¡Carlo ellos se dieron cuenta de tu sinceridad y lo que hicieron fue solo regalarte
unos buenos billetes. Pero ten en claro que no te trataron como una puta. Si aquì hay
alguna puta, esa soy yo, ya que si a mì no me pagan, no le abro la puerta a nadie. Yo
sigo la màxima de aquel viejo refràn español que reza asì : por dinero baila el perro y
por pan si se lo dan !”
Al ratito Gladys tenìa el almuerzo listo y me invitò a ir al comedor porque ella
misma querìa preparar la mesa y servirme el almuerzo. Despuès del suculento y
exquisito almuerzo Gladys se levantò para preparar el cafè pero yo me ofrecì en
hacerlo en su lugar.
“Gladys por favor, deja que lo prepare yo; acomòdate tranquilamente en el salòn o
recuèstate en la cama ya que, despuès del trajìn que tuviste anoche, debes de estar
cansada y de seguro con bastante sueño. Me ocuparè tambièn de recoger la mesa y
reordenar todo.”
“Gracias Carlo, eres todo un amor. Realmente necesito descansar un poco puesto
que estarè ocupada casi toda la tarde.”
Gladys se recostò sobre el sofà y mientras que yo preparaba el cafè retirè todo de
la mesa y reordenè el comedor. Luego le llevè el cafè en el salòn y al terminar de
sorbèrnoslo me fui a la cocina a lavar los platos y todo lo demàs. Teminè tambièn
lavando hasta el piso y al final me quedè satifecho vièndolo todo limpio y ordenado.
Me sentìa muy bien en su casa y en su compañìa; demasiado bien. Luego fui al salòn
y justo en ese momento Gladys se despertò.
“¡Vaya Carlo, me quedè dormida por un rato. Es que estaba rendida. Me imagìno
cuan reluciente dejaste todo por allà adentro puesto que llego a oler el desodorante
ambiental. Eres un amor y yo no merezco tanta atenciòn ! ”
“¡Gladys, tù te lo mereces todo !”
Al ratito oì nuevamente repicar el telèfono y mientras Glasdys contestaba la
llamada fui al cuarto de lavanderìa porque habìa màs ropa que lavar. Cuando volvì al
salòn Gladys estaba apuntando algunas notas en su agenda y el telèfono volviò a
repicar. Ella contestò la llamada y luego exclamò :
“¡Creo que si siguen llamàndome con este ritmo necesitarè los servicios de una
secretaria !”
“¿ Pasa algo Gladys, puedo ayudarte ?”
Ella se quedò un tanto pensativa y luego me dijo :
“¡Bueno, porque no, podrìa ser; podrìas darme una mano con èsto si quieres !”
“¡Pues claro que sì Gladys, dime de que se trata y lo harè con mucho gusto. Estoy
a tu orden para lo que pueda y sepa hacer, esmeràndome tambièn en aprender si las
circunstancias eventualmente asì lo requieran!”
“Carlo por favor acèrcate a mì y observa esta agenda con cuidado. Tengo puestos
anuncios en unos portales y me llaman para pedirme citas. Tù simplemente tienes
que fijarlas tomando en cuenta los horarios señalados en esta agenda. Te voy a
entrenar un poco. Te instruirè rapidamente y tambièn escribirè en esta hoja de papel
las frases que oiràs y como contestar en castellano. Hago èsto ya que, por lo general,
se utilizan casi siempre las mismas palabras y frases. En el caso de que te confundas
o no logres entenderlos diles que vuelvan a llamar luego.”
Gladys me explicò muy paciente y cuidadosamente algunas cosas hablàndome
muy despacio en castellano para poder desenvolverme y familiarizarme con el idioma
y con la tarea que me estaba asignando. Yo le prstaba mucha atenciòn puesto que me
extasiaba tambièn oir el timbre de su voz y su acento argentino. Mientras estàbamos
en eso, el telèfono repicò.
“¡Dale Carlo contesta tù a ver que tal lo haces !
Levantè la bocina y entendì solamente que era una mujer que deseaba hablar con
Gladys.
“¡Es una mujer y desea hablar contigo ! ¿Una mujer ?” le dije asombrado
tapando la bocina con la palma de la mano.
“¡Sì Carlo, atiendo tambièn a mujeres solas o en pareja. De todas formas,
pàsamela !”
Al darle la bocina Gladys comenzò hablando con un tono muy confidencial y
entendì que tambièn hablaban de mì. Gladys interrumpiò por un instante la
conversaciòn y me pasò la bocia dicièndome :
“¡ Es Amalia y estarìa muy complacida en volverte a oir y a saludarte !”
“¿ La misma Amalia de quien me hablaste ?”
“¡ Sì es ella !” me contestò Gladys pasàndome la bocina.
Hablamos un poco y Amalia me dijo que posiblemente vendrìa dentro de dos o
tres dìas y que tendrìa mucho gusto en conocerme. Tenìa un tono de voz agradable,
relajante y sensual.
“¡Gladys, me parece muy amable y se desenvuelve bastante bien hablando en
italiano !”
“¡Sì Carlo; en lo que la conozcas te daràs cuenta de cuan maravillosa es ! me dijo
Gladys complacida. Y luego, mirando su reloj, agregò :
“Bien Carlo, dentro de poco espero un cliente y otro antes de un par de horas.
Màs tarde me llamarà otro y me confirmarà su cita para esta noche. Ahora me voy a
preparar.”
Un rato màs tarde se oyò tocar el timbre de la puerta y Gladys me pidiò que fuera
a abrir yà que ella estaba hablando por telèfono. Era un señor muy distinguido,
alrededor de los cincuenta años, quièn me dijo tener una cita con Gladys. Lo dejè
pasar y lo hice acomodar en el salòn. Gladys entrò por un momento a saludarlo
dicièndole que lo atenderìa al terminar su conversaciòn telefònica. Yo le ofrecì tè frìo
y chocolates que habìa puesto en una bandeja sobre la mesita. Al darse cuenta de que
era italiano èl empezò a hablar un pèsimo italiano pero se hacìa entender. El se
disculpò por su demora dicièndome que su almuerzo de negocios se habìa prolongado
mucho màs de lo debido. Gladys tardò muy poco y al regresar se sentò junto a èl en
el sofà.
“¿Entonces todo muy bien por aquì en Alicante ? ” le preguntò Gladys muy
amablemente.
“¡Pues sì, pero siento tener que regresarme esta misma noche a Valencia ! ”
“¡Y antes de irte pensaste en romper la rutina y pasar un rato màs agradable
conmigo! ¿Cierto ? ” le insinuò Gladys.
“¡Muy cierto y creo que no me equivoquè puesto que te ves de lo mejor ! ”
“¡No te arrepentiràs, veràs lo mucho que vamos a disfrutar. Te llevaràs un muy
buen recuerdo de esta ciudad. El es mi amigo Carlo y tiene pocos dìas aquì en
Alicante. Por favor dèjame tomar un vasito de tè porque tengo la boca un poco seca
y te atiendo de inmediato ! ” le dijo Gladys.
En ese momento el telèfono volviò a repicar y Gladys le dijo :
“¡Por favor, discùlpame una vez màs; dejame atender esta llamada !”
Luego, volteàndose hacia mì me dijo :
“¡Carlo, por favor. acompàñalo al dormitorio y ayùdalo a desvestirse mientras que
atiendo esta llamada y termino de sorberme el tè ! ”
Sinceramente eso fue algo muy inesperado para mì y, aunque me quedè de lo màs
perplejo y asombrado, la obedecì. Me preguntè a mì mismo què era lo que estaba
haciendo y què era lo que me estaba pasando. Un torbellino de inquietudes asediò mi
mente pero me dejè llevar por mi instinto. Lo guiè al dormitorio y lo ayudè a
desvestirse dejàndole puestos unicamente los calzoncillos.
“¡Respecto a los calzoncillos creo que es mejor que espere a Gladys ! ¿ Le parece
bien ? ” le preguntè.
“¡Sì y muchas gracias por tu ayuda ! ” me contestò complacido.
Habìa yo apenas dado un paso para salir del dormitorio cuando instintivamente
retrocedì hacia èl y sonrièndole le di una palmadita sobre su polla dicièndole :
“¡Espero que esta polla difrute mucho con Gladys ! ” le dije.
“¡Que no te quepa la menor duda de eso puesto que Gladys se ve preciosa.
Gracias, eres muy amable ! ”
“¡Me supongo que esta polla ha gozado mucho ! ¿Cierto ?” le preguntè dejando
mi mano sobre su calzoncillo.
“¡Pues sì, ha gozado bastante ! ¿Y èsta ?” me preguntò ponièndome complacido
su mano sobre mi short a la altura de mi polla.
“¡Pues, ni tanto !” le contestè timidamente.
El me apretò levemente la polla con su mano y en eso Gladys entrò en el
dormitorio y nos dijo :
“¡Caramba, veo que yà se han tomado bastante confianza los dos !”
“¡Es un muy buen chaval Gladys y ademàs muy amable !”
“¡Sì, es muy primoroso ! ”
“¡Gracias Gladys, ahora los dejo solos y les deseo que la pasen muy bien ! ” y asì
diciendo, salì del cuarto.
Yo me quedaba asombrado e incrèdulo por lo que habìa hecho : habìa ayudado a
un perfecto desconocido a desvestirse y ademàs le habìa puesto mi mano sobre su
polla. Para no seguir pensando en lo occurrido fui al cuarto de lavanderìa para
controlar la lavadora y luego me puse a ver televisiòn màs por aprender alguito del
idioma que por ver programas que desconocìa. Despuès de un largo rato oì repicar el
telefono y al contestar logrè entender que era el cliente que Gladys esperaba y le fijè
su cita para poco antes de las nueve de la noche. Llegaron tambièn otras llamadas
pero, puesto que hablaban muy rapido, me atrevì a fijar solo dos citas para el dìa
siguiente, en base a los horarios que Gladys tenìa en su agenda. Un buen rato
despuès tocaron al timbre de la puerta y al habrir se me apareciò un señor muy
elegante y distinguido de pelo casi totalmente blanco. Reconocì rapidamente su
acento britànico y èsto me procurò un fuerte alivio yà que me permitìa hablar sin
titubeos y sin tropiezos. El me dijo que habìa llamado por telefono para poder
adelantar su cita pero èste le resultaba siempre ocupado. Le pedì que esperara ya que
Gladys estaba aùn ocupada y lo dejè entrar acompañàndolo en otro salòn un poco
màs pequeño. Tuve solamente el tiempo de llevarle una bandeja con tè frìo y
chocolates que oì a Gladys llamarme desde el salòn. Fui entonces a averiguar que era
lo que deseaba.
“Carlo, este señor quiere saludarte antes de irse ” me dijo Gladys.
“¡Oh, que amable ! ¿Què tal le fue con Gladys ?” le preguntè.
“¡Maravillosamente bien Carlo, quedè muy complacido. En mi pròximo viaje por
estos lugares volverè a visitarla sin duda. Toma Carlo, esto es para tì !” y, sin màs ni
màs, me puso un par de billetes en el bolsillo de mi short.
“¿Por què hace eso ? ¡Yo ni hice ni pedì nada !” le dije asombrado.
“¡Carlo, es simplemente algo que yo quiero hacer. Espero volver a verte y deseo
que te vaya todo muy bien !”
“¡Si es asì, entonces gracias. Estarè encantado de volverle a ver; le deseo un muy
feliz viaje !” y lo acompañè hasta la puerta. Antes de salir me saludò con una sonrisa
y una palmadita en mi polla por sobre de mi short.
Luego alcancè a Gladys en el dormitorio para informarle que su otro cliente ya la
esperaba en el salòn pequeño, que el otro habìa llamado y que vendrìa
aproximadamente a las nueve de la noche y que ademàs le habìa fijado un par de citas
para el dìa siguiente.
“¡Bravo Carlo, excelente, lo has hecho todo muy pero muy bien, gracias ! Mìrame
como me encuentro ahora, desnuda, desarreglada, despeinada, con un poco de leche
seca encima y algo cansada yà que ese tipo quiso que yo tambièn me corriera. El me
pagò bien pero fue muy exigente, de hecho, se tardò un poco màs porque quiso
correrse una vez en mi boca y otra en mi cola. Hiciste muy bien en dejar entrar a ese
otro cliente ya que hay que tratar bien a la gente. Voy a recibirlo en el otro dormitorio
puesto que èste ya està desarreglado. Tengo que asearme necesariamente asì que
hazme el favor de entretenerlo un poco y luego, para ganar tiempo, llèvalo al baño
privado del otro dormitorio y encargate tu mismo de lavarle la polla con el jabòn
desinfectante. Yo los alcanzarè tan pronto pueda.”
Yo me quedè aturdido oyendo lo que ella me habìa pedido. Por su puesto, le dije
que harìa todo lo que me habìa dicho y entonces volvì a reunirme con su cliente.
Empezamos a charlar muy amenamente explicàndole tambièn que mientras
esperàbamos a que llegara Gladys era mejor aprovechar el tiempo aseàndolo.
“¡Carlo, creo que es una muy buena sugerencia, vamos pues !”
Lo acompañe al dormitorio y empecè a desvestirlo. Luego lo conduje al baño
privado, en el mismo dormitorio, y mirando su polla, instintiva y espontaneamente le
dije :
“Veo que su vello està un poco largo. ¿Me permitirìa recortàrselo un poquito y
ademàs emparejarlo un poco?”
“¡Pues sì, en realidad lo he recortado muy pocas veces pero si quieres, te
agradecerìa mucho que lo hicieras !”
“¡Gracias por permitìrmelo, luego se darà cuenta de cuan agradable marco serà su
vello para esta polla !”
Me lavè las manos y me puse un par de guantes. Cogì el peine y unas pequeñas
tijeras que desinfectè con alcohol puro; me arrodillè frente a su polla y empecè mi
tarea. Le recortè un poco el vello y se lo emparejè . Luego, con mucho cuidado,
recortè por completo los pelos que tenìa cerca de la base del trono, para que estuviese
màs despejado, y de seguido los que le rodeaban el escroto y el ano. Al final volvì a
peinarlo y mirando a su polla pasè suavemente mi mano alerdedor de su escroto.
“¿Còmo le parece que le quedò ? ¡Ahora se puede apreciar claramente todo su
escroto y con mis dedos puedo sentir mejor los huevos. Tambièn el perineo y el
esfìnter estàs despejados !”
“¡Sì Carlo, en realidad se ve mucho mejor y hasta me siento màs libre y màs
fresco. Advierto que ahora mi escroto y el perineo son mucho màs sensibles, de
hecho, puedo percibir mejor el placentero roce de tus dedos sobre ellos. Te lo
agradezco mucho !”
Luego lo hice sentar sobre el bidè y empecè a enjabonarle la polla con jabòn
desinfectante y me di cuenta de lo muy complacido que èl estaba.
“¡Oye Carlo, te ves muy bien con esos guantes blancos; te pareces a un enfermero.
Me doy cuenta de que eres muy delicado y enjabonas muy cuidadosamente cada parte
de mi polla. Te puedo asegurar que nunca habìa recibido un tratamiento como èste. Ni
yo mismo me la lavo de esta forma tan minuciosa y escrupulosa !”
“¡Utilizo los guantes porque, como puede apreciar, todo aquì se mantiene
sumamente limpio, inclusive las toallas se ponen a lavar despuès de cada utilizo. Me
place mucho saber que le agrada como se la lavo. Reconozco que es un placer para
mì lavar una polla tan linda, bien proporcionada y de un color tan tenue. Hasta el
escroto se ve muy bien. Lo felicito deveras !”
Empecè enjabonando abundantemente su vello frotàndolo suavemernte con la
punta de mis dedos y luego retractè cuidadosamente su largo y sedoso prepucio de
manera de enjabonar abundantemente la cabeza de su polla insistiendo tambièn muy
delicadamente en la base del glande. Luego seguì a lo largo del tronco y del escroto
que tambièn frotè repetidas veces con mucha delicadeza. Me enjuaguè las manos y,
con una pequeña ducha manual, reguè todo con agua tibia. Sucesivamente volvì a
enjabonarme las manos para lavarle el perineo y el esfìnter. Notè que èl se estremeciò
un poco en lo que introduje mi dedo en su esfìnter y me parè de inmediato, para
preguntarle si le habìa dolido.
“Sì Carlo, me doliò solamente un poquito debido a la estrechez pero gracias al
jabòn y a tu delicadeza ya pasò. Es mejor que introduzcas màs el dedo para limpiarlo
màs a fondo puesto que yo no lo hago nunca.”
“Creo que es mejor que se desplace un poco hacia adelante sobre el bidet para que
mi dedo pueda entrar màs comodamente.”
El se desplazò segùn le sugerì y mi dedo pudo deslizar con màs facilidad hasta
quedarle completamente adentro y ademàs lo hice rotar lentamente para limpiarle
mejor su canal. Al extraer mi dedo lo enjuaguè por completo y luego me enjabonè
nuevamente las manos para aplicarle una segunda pasada. Notè que su polla poco a
poco comenzò a hipertrofiarse y èsto me permitiò enjabonarle nuevamente y mejor el
interior del sedoso prepucio y toda la polla en general. Para finalizar enjuaguè todo
con la ducha y al aplicàrsela en el ano, el fuerte flujo de agua tibia logrò remover
toda la suciedad y el jabòn que se encontraban en su interior; mientras tanto su polla
se iba parando siempre màs y màs; luego dirigì el flujo de agua sobre el vello, la
cabeza de la polla, el tronco y los huevos. Al terminar de enjuagàrsela le pedì que se
levantara para secàrsela. Mientras que le pasaba la toalla sobre la polla, su erecciòn
llegò al màximo.
“¡Caramba, habìa advertido que esta polla se estaba engordando poquito a poco
mientras que la secaba pero ahora, sacando la toalla, veo que està espantosamente
muy bien parada !” exclamè con asombro.
“¡Carlo cuando me vertìas el agua con la ducha sentì algo asì como un placentero
masaje que culminò en lo que empezaste a secàrmela con la toalla. Todo eso
contribuiò a que se me parara de esta manera. Te felicito por haber hecho un tan buen
trabajo !”
“Ahora le rocearè el vello con un poco un de perfume que utiliza Gladys para que
esta polla, ademàs de estar muy limpia y lucir mejor que antes, emane tambièn un
muy agradable olor. Me contenta mucho saber que le agradò mi tratamiento. Lo
felicito por el vigor que tiene su polla que aùn, mientras la tengo en mi mano,
advierto que sigue vibrando. Supongo que se habrà deleitado mucho con ella y que le
habrà proprcionado muchas satisfacciones. ”
“¡Sì, ella nunca me ha hecho quedar mal. Siempre me ha hecho disfrutar mucho y
el ùltimo deleite me lo acabas de dar tù mismo limpiàndomela tan impecablemente.
Te lo agradezco mucho !”
“¡No tiene por que agradecèrmelo !”
Me alejè un poco para coger el frasco del perfume y se lo rociè sobre el vello
cubrièndole la polla con la toalla para evitar que el perfume mojara el delicado
glande. Luego me quedè viendo su polla por unos instantes e instintivamente le dije :
“¡Hay que admitir que esta polla ahora luce mucho màs linda y provocante! ¿Me
concederìa el placer de besàrsela ?
“¡Bien puedes Carlo, si eso es lo que deseas, hazlo !”
Sin màs ni màs, le besè cada uno de sus huevos y luego su liso y roceo glande. De
seguido volvì a pasarle la toalla para secarle la humedad que le habìan dejado mis
labios.
“¡Gracias por concederme ese placer; en realidad fue muy agradable !”
“¡Carlo soy yo quièn te està agradecido por el extraordinario tratamiento que me
acabas de proporcionar. Sè que te agradò mucho ya que mi polla advirtiò tu afanoso
suspirar permanecièndole tan cerca !”
“¿ Que le parece si ahora entramos en el dormitorio para esperar a Gladys ?”
“¡Por su puesto Carlo, vamos!”
Los dos dormitorios estaban ubicados uno al lado del otro y pudimos oir
claramente el incrementarse del sonido producido por los tacones de las sandalias de
Gladys; de hecho ella no tardò en entrar.
“¡Mi amor, perdòname por haberte hecho esperar. Vaya, pero que veo. Ya tienes
esa polla muy bien parada !”
“¡Sì Gladys, lo que pasò fue que Carlo me la lavò tan maravillosamente bien,
ponièndole tanto cuidado, empeño y delicadeza en cada detalle, que se me parò.
Carlo es formidable !”
“¡Sì, Carlo es excepcional !” le dijo Gladys.
“¡Perdònenme pero no merezco tantos cumplidos. Gladys espero que no te haya
m*****ado si me tomè la libertad de esparcirle un poco de tu perfume. Lo hice
espontaneamente pensando que a ambos les hubiera gustado que su polla emanara tu
mismo olor !”
“¡En lo absoluto Carlo; me agrada mucho, eso y todo lo demàs que hiciste. Me
doy cuenta de que cualquier cosa que haces te sale bien ya que le pones mucho
entusiasmo, dedicaciòn y corazòn. Yo te habìa pedido solamente que lo asearas y tù,
ademàs de dejarlo plenamente satisfecho con su polla impecablemente limpia, me lo
hiciste encontrar hasta con su polla muy bien parada ! ¿Què màs placer para mì ?”
“¡Ahora, con vuestro permiso, me retiro para dejarlos solos. Espero que la pasen
muy bien !”
“¡Sì Carlo, bien puedes. Gracias por todo !” me dijo Gladys acercàndose a mì y
besàndome en los labios.
Salì entonces del cuarto cerrando la puerta despacito y pasè al otro dormitorio.
Estaba en penumbras y vi almohadas en el piso, sàbanas y cubrecama completamente
revueltos. El aire aùn olìa a perfume, deseo y exitaciòn. Instintivamente cerrè la
puerta y me desnudè por completo. Me sentìa como hipnotizado y mi polla empezò a
vibrar espontaneamente. Me recostè sobre la cama y comencè revolcarme de un lado
a otro sobre las arrugadas sàbanas, pasàndome tambièn las almohadas por sobre mi
cuerpo y luego halè las sabanas para envolver mi cuerpo en ellas. Mientras que estaba
en eso agarrè mi polla por sobre las sàbanas y empecè a pajearme por un rato hasta
correrme. Limpiè mi polla con las mismas sàbanas y despuès de unos minutos me
levantè satisfecho por haber gozado yo tambièn en el mismo lugar donde antes
Gladys habìa follado màs de una vez con su cliente. Abrì las dos amplias ventanas
para hacer circular aire fresco en todo el cuarto y recogì sàbanas, cubrecama, fundas
de almohadass, ropa de Gladys, ropa mìa y toallas del baño para introducirlas en la
lavadora e iniciar el lavado. Regresè al dormitorio para reordenar todo y mientras que
lo hacìa note que mi polla, no obstante el pajazo que me habìa echado, habìa vuelto a
pararse nuevamente; me di cuenta que sobre la mesita de noche habìan unos cuantos
billetes que de seguro eran los que el anterior cliente le habìa entregado a Gladys.
Por ùltimo reordenè el baño y lavè todo el piso. Me excitaba mucho tambièn haber
realizado esa tarea completamente desnudo; el solo estar mis pies en contaco directo
con el piso, me proporcionaba un indescrivible placer. Mientras que me dirigìa hacia
el cuarto de baño, que estaba ubicado cerca del cuarto de lavanderìa, y siempre con
mi polla bien parada, oì repicar el telèfono. Era el cliente que tenìa cita para
aproximadamente a las nueve y me preguntò si Gladys hubiera podido atender
tambièn a un amigo de èl. Me tomè la libertad de contestarle afirmativamente. Me
seguìa excitando mucho el haber atendido la llamada estando yo sentado con las
piernas cruzadas y desnudo. Antes de entrar en el cuarto de baño pasè por la cocina
para servirme un vaso de tè frio y mientras que me lo sorbìa me acerquè a la puerta
del dormitorio y oì claramente gemidos de placer asì como tambièm los constantes y
rìtmicos crujidos provenientes de la cama. Despuès de sorber el tè pasè por la cocina
para dejar el vaso y luego me fui a bañar. Mientras me encontraba debajo de la ducha
oì repicar el telèfono varias veces. Finalmente me vestì y me recostè en el sofà a ver
televisiòn, màs para tratar de aprender algo del idioma que por ver programas que yo
desconocìa. Al ratico el telèfono volviò a repicar y al contestar pude entender que era
alguien que buscaba a Gladys y lo invitè a volver a llamar màs luego. En realidad yo
podìa oir un vocerìo de fondo que, sumado a la rapidez con que me hablaba, terminè
por no entender nada y concluì la llamada invitàndolo a llamar luego. No mucho
despuès Gladys y su cliente entraron en el salòn y les preguntè :
“¿Què tal la pasaron ?”
“¡Muy bien, difrutamos muchìsimo. Gladys es excelente y quedè muy satisfecho.
Puesto que tù tambièn contribuiste en satisfacerme, quiero que tomes esto !”
El sacò su cartera, y me puso unos billetes en la mano, cerràndomela despuès.
“¿Perdòn, pero, por què hace èsto ?” le preguntè con asombro.
“¡Porque te los mereces y porque eres un buen chico. Espero volver a verte la
pròxima vez !”
Lo acompañe hasta la puerta y nos despedimos. Al regresar al salòn, llamè a
Gladys y ella vino casi de inmediato.
“Carlo, perdòname pero estaba en la cocina yà que necesitaba tomarme un vaso de
agua bien fria.”
Se me acercò con una amplia sonrisa y con los brazos completamente abiertos.
“¡Ven aquì mi amor porque quiero darte un beso inmenso como el ocèano y
caliente como el fuego !”
Despuès de besarnos muy apasionadamente, comenzò dicièndome :
“¡Carlo eres simplemente maravilloso; no podìa imaginarme que te portaras tan
pero tan bien. Me dejaste a ese tipo tan excitado que cuando empezò a follarme se
corriò casi de inmediato; creo que fue en su tercera embestida dentro de mi cola.
Luego me lamiò toda y quiso correrse por segunda vez, pajeàndose èl mismo por un
largo rato, mientras que me mamaba la polla. Practicamente yo me ahorrè de
correrme pero, lo que es màs, al follarme por tan poco tiempo, evitè que esa verga tan
grande me reventara la cola. Gracias a ti me encuentro aùn fresquita, descansada y lo
que es màs, aùn con mi cola entera. Ahora, por favor, vente conmigo al cuarto
porque tenemos que compartir algo !”
Me llevò al dormitorio y se parò frente a la mesita de noche, sobre la cual habìan
unos cuantos billletes. Los cogiò y al terminar de contarlos me dijo :
“Carlo, èsto es lo que ese tipo me pagò; toma, la mitad es para ti y la otra para
mì.”
“¿Por què haces èsto ?”
“¡Carlo por favor, tòmalos porque es justo que asì sea. Me ahorraste trabajo, fatiga
y dolor. Crèeme, que en este trabajo, èsto es algo importante. Si mi culo todavìa està
entero, te lo debo unicamernte a ti !”
“¡Pero Gladys yo no considero justo que debas darme tanta plata; aparte de que yo
no quiero nada, ten en cuenta que, al fin y al cabo, fuiste tù en correr con todos los
riesgos !”
“¡Ok Carlo, si eso es lo que tù piensas, entonces vamos a ponerlo de otra manera :
yo quiero regalarte ese dinero porque asì yo lo quiero y punto !”
“¡Pero Gladys, tù misma viste que èl me diò unos cuantos billetes !”
“El te diò ese dinero porque quedò muy satisfecho por como lo trataste. Carlo por
favor, coge toda esa plata, guàrdala y disfrùtala. Ahora dejame arreglar esta cama
porque despuès tengo que pasar a arreglar la del otro dormitorio.”
“No Gladys, no hace falta porque yo ya me encarguè de eso.”
Ella entonces entrò en el otro dormitorio y luego de asomarse en la puerta del
baño, se volviò hacia mì abrazàndome y besàndome apasionadamente.
“Carlo, tu actitud me asombra y me conmueve a la vez. Todo aquì està
impecablemente limpio, reluciente y ordenado. Apuesto a que pusiste tambièn la
lavadora en marcha.”
“Sì Gladys estoy esperando que termine su ciclo para tender todo en la terraza. Era
lo mìnimo que podìa hacer.”
“Veo que lavaste hasta el piso.”
“Por su puesto; el cuarto de baño estaba mojado y aprovechè para lavar el piso de
todo el cuarto.”
“¡Gracias Carlo, eres todo un amor; no sè como agredecerte todo lo que haces por
mì !”
“No tienes nada que agradecerme. Gladys querìa decirte que el cliente que vendrà
cerca de las nueve volviò a llamar para preguntarme si podìa venir junto con un
amigo y yo le dije que sì pero no entendì bien si era para ser atendidos juntos o por
separado. ¿ Me equivoquè al contestarle que sì ?”
“¡Carlo, pierde cuidado; no cometiste ningùn error. Me da igual atenderlos juntos
que por separado. Lo importante era fijar la cita. Muy bien hecho. Carlo, me estàs
resultando de mucha utilidad !”
“¡Menos mal, temìa haberme equivocado. Ahora voy a reordenar el dormitorio !”
“¡Vamos, hagàmoslo juntos y luego me baño!”
“¡No Gladys, deja que yo lo haga, por favor. Lo hago con mucho gusto y te
confieso que es algo me excita mucho !”
“¡Carlo, oìrte me hace feliz, tus palabras son mùsica para mis oìdos. Creo que me
has idealizado. Hablaremos de èsto luego de que me bañe. Estàs muy cachondo e
igual me pones a mì. Deja que esta vez sea yo en desnudarte y haz lo que quieras en
el dormitorio pero no te corras ya que quiero que guardes tu leche para mì. Esta
noche dormiremos juntos y la pasaremos divinamente bien; ya lo veràs. Ahora no
utilizarè el baño privado del dormitorio para dejar todo limpio !”
“¡En lo que termines, limpiarè con mucho gusto, cualquiera que sea el cuarto de
baño que vayas a utilizar !”
“¡Carlo, sinceramente, no encuentro palabras; eres todo un amor para mì; un
verdadero y profundo pozo de amor !”
Volviò entonces a abrazarme y besarme apasionadamente mientras que presionaba
y frotaba su polla contra la mìa. Despuès me desnudò delicadamente por completo
quitàndome tambièn las chancletas. Hincada frentre a mi polla, pegò sus labios sobre
mi glande y su lengua me lo lamiò ardientemente. Luego se levantò y con su
excitante andar se dirigiò hacia el cuarto de baño pero se parò por unos instantes para
quitarse y dejar caer en el piso su bata y las bragas; luego se volteò hacia mì y con
una sonrisa sensualmente provocadora me dijo :
“¡Por favor Carlo, recògelos cuando quieras y ponlos para lavar !”
“¡Sì Gladys, lo recogerè con mucho gusto màs tarde porque por ahora me gusta
verlos ahì mismo donde los dejaste caer !”
“¡Te quiero, Carlo !”
“¡Yo tambièn, Gladys !”
Empecè asì a reordenar todo el dormitorio y cuando terminè fui al cuarto de
lavanderìa llevando todo lo que habìa que lavar. Se oyò el telèfono repicar y entendì
que Gladys habìa terminado de bañarse ya que ella misma contestò la llamada desde
el salòn. Al bajar al salòn me acerquè a Gladys mientras que aùn sostenìa una
placentera conversaciòn; yo me le quede parado en frente y empecè a acariciar su
cabeza en tanto que ella recorrìa lentamente mis gluteos con la punta de sus dedos.
Luego hizo rozar su dedo medio sobre todo lo largo de mi raja una y otra vez hasta
posicionarlo frente a mi esfìnter. Yo me agachè un poco para que su dedo tuviese
mayor libertad de movimiento y en efecto su dedo empezò a recorrer lentamente la
circunferencia de mi agujero; durante ciertos instantes su dedo presionò levemente mi
agujero pero sin penetrarlo. De seguido sus dedos recorrieron mi perineo hasta llegar
a mis huevos. Mientras que estaba a la escucha aprovechaba para lamerme la polla
que ya habìa respondido a sus estìmulos alcanzando su màxima erecciòn. Yo me alejè
un poco y me arrodillè frente a ella introcuciendo su polla dentro de mi boca para
deleitarme y tambièn para que ella llevase a cabo mejor su conversaciòn. Ella
acariciaba suavemente mi cabeza con su mano libre hasta que colgò la bocina del
telèfono. Entonces se levantò y abrazàndonos fuertemente nos besamos
apasionadamente.
“¡Carlo, eres muy pasional y sensible !”
“¡Gladys yo te quiero; deseo pertenecerte; deseo ser tuyo !”
“¡Carlo, tù eres mìo desde hace rato pero, como te dije antes, quiero desvirgarte
cuando tu me lo pidas de otra manera y en otras circunstancias. Ese momento tendrà
un matiz diferente y serà un momento màgico. Confìa en mì !”
Hubo silencio por unos segundos en los que nos miramos fijamente en lo ojos.
Estàbamos los dos desnudos y descalzos. Gladys tenìa aùn el pelo mojado ya que
para atender la llamada telefònica no habìa terminado de secàrselo y èsto, ante mis
ojos, la hacìa lucir mucho màs sensual. Luego continuò dicièndome asì :
“Carlo acabo de hablar con Julia; ella es una cliente mìa de unos cincuenta años de
edad y me dijo que vendrà despuès de cenar junto con su marido que tiene unos
dieciseis años màs que ella. Yo no le he hablado de ti, pero quisiera preguntarte algo
a ti antes que a ella. Yo quisiera saber si te agradarìa follàrtela. Te puedo asegurar que
es una mujer muy guapa y en realidad està buenìsima. Te advierto, a priori, que es
muy exigente y le gusta que le den bastante caña. ¿ Què me contestas ?”
“¡Sì, porque no !”
“¡Vale Carlo ! En lo que lleguen les voy a plantear la posibilidad de tu
intervenciòn !”
“¿Y su marido ?”
“¡Su marido la complace en todo y està muy orgulloso de ella. Pero, como te dije,
no te puedo asegurar nada; antes tengo que preguntarle a ella si acepta tu presencia!”
“Gladys quisiera comenzar a preparar el pollo asado ya que hoy me dijiste que te
gusta mucho comerlo de esa forma.”
“¡Carlo es verdad, pero no quiero que te conviertas en mi sirvienta !”
“Gladys lo preparaè con mucho gusto porque para mì es un placer servirte.”
“¡Eres todo un amor y no me canso de repetirlo ! ¿ A que hora llegaràn los dos
clientes ?”
“Màs o menos a la nueve.”
“Voy a terminar de secarme el pelo, a maquillarme y a ponerme alguito de ropa
encima.”
“Sì Gladys, mientras tanto yo irè a la cocina del primer piso para evitar la difusiòn
de olores ya que la cocina de aquì abajo se encuentra limpia.”
“Carlo no hace falta que me lo digas porque desde aquì percibo el desodorante
ambiental que rociaste hasta en la lavanderìa asì como me di cuenta de que pusiste en
marcha la lavadora del primer piso porque la puedo oìr desde aquì abajo. Carlo, yo te
agradezco todo lo que haces pero no quiero que seas tan servil conmigo.”
“¡Gladys, te repito que me encanta servirte. Por favor no me lo prohibas !”
Se acercò màs a mì y abriendo sus piernas colocò mi polla debajo de la suya;
luego volviò a cerrarlas para que mi polla se mantuviera en pleno contacto con su
perineo. Me abrazò fuertemente y pegò sus labios de los mios.
“¿Te gusta esta posiciòn ?”
“¡Gladys me encanta, me encanta estar contigo, servirte y cuidar de tu casa.
Pruebo algo muy estraño pero sumamente placentero contigo !”
“¡Carlo no dejes que tu consciente, moralista y enquisidor superyò predomine; no
reprimas tus primitivos, innatos e inconscientes deseos de tu ello. Vive, disfruta y
balancea con toda comodidad tu bisexualidad. Aquì conmigo puedes sentirte libre de
espresarte como màs te satisfaga. Posiblemente yo estè equivocada y te aconseje mal
pero tù dispones de tu propria voluntad y al final la decisiòn es tuya; yo vuelvo y te
repito que no dejes que tu ello se deje joder por tu superyò !”
“¡Esa es la teorìa de Sigmund Freud !”
“¡Sì, ese tipo tenìa razòn; estaba en lo cierto aunque muchos lo tildaban de loco !
Pero dejemos ese tema. ¿Carlo, podrìas complacerme en algo?”
“¡Sì Gladys, en lo que quieras !”
“¡Quisiera verte puestos un par de mis chancletas, tanga y una franela medio larga
con escotes !”
“¡ Dàmelos cuando quieras, Me encantarìa muchìsimo !”
“¡Pues vente conmigo para vestirte yo misma !”
Me llevò de la mano hacia el dormitorio y empezò a buscarlos entre su ropa. Me
puso un tanga blanco que no llegaba a cubrirme todo el vello y dejaba ademàs
descubiertos casi la mitad de mis gluteos y la parte superrior de mi raja. Lateralmente
llevaba dos anchas y largas franjas anudadas. Luego me puso una franela blanca de
mangas abiertas, muy liviana larga hasta la mitad de los muslos y sus cortes laterales
los dejaban tambièn un tanto descubiertos. Tenìa un buen escote a nivel del pecho, de
la espalda y de las axilas. Terminò ponièndome un par finas chancletas y me rociò
encima un poco de su perfume. Luego diò unos pasos hacia atràs y me mirò
complacida.
“¡Carlo, te ves maravillosamente bien. Gracias por complacerme. Ven entre mis
brazos, mariquito mì, dame un beso y luego anda a preparar el pollo !”
Despuès de pegarnos otra vez de los labios subì hacia la cocina. Confieso que con
su ropa encima me sentìa mucho mejor. Empecè a preparar el pollo y despuès de
haberlo condimentado y puesto en el horno a baja temperatura me dirigì al piso de
abajo y la vi salir del cuarto de lavanderìa cargando en sus brazos todo lo lavado. Me
le acerquè y sacàndoselo de los brazos le dije que me encargarìa yo mismo de poner
todo a secar en el tendedero.
“Està bien Carlo, ya que insistes, ponlos tù a secar mientras yo sigo aquì leyendo.
Ella cargaba un sostèn tipo faja de color azul anudado solamente en la parte
delantera y un tanga blanco, igual al que ella me habìa puesto, cubierto solamente con
un foulard azul transparente, anudado tambièn en la cintura. Uno de sus muslos
quedaba casi descubierto. Completaban su escasa vestimenta un par de sandalias
blancas, abiertas y con tacòn alto de aguja. Era muy excitante verla ya que su
esplèndido cuerpo quedaba casi del todo expuesto. Luesgo de tender todo lo lavado
me acerquè a ella y me sentè en el piso frente a sus piernas y empecè a acariciar y a
lamer sus piernas y sus pies.
“¡Me imagino que tu anterior cliente te habrà lamido las piernas como lo estoy
haciendo yo ahora !”
“¿Te imaginas ? ¡Carlo, no utilices ese verbo ya que tienes la oportunidad de
poder ver !”
“¡Gladys, perdòname pero no me atreverìa nunca a abrir la puerta del cuarto !”
“¡No hay necesidad de abrir puerta alguna. Vente conmigo para enseñarte lo que
Amalia me sugiriò que hiciese !”
Me llevò de la mano hasta uno de los dos dormitorios y se detuvo frente a un
espejo ubicado en el lado opuesto a la cama. Luego le diò media vuelta a cada uno de
los dos espàrragos que sostenìan el marco del espejo a la pared y lo girò gracias a una
bisagra colocada sobre un lado del marco. Se pudo entonces ver claramente la cama y
casi todo el dormitorio que estaba del otro lado de la pared. Luego volviò a cerrarlo y
me llevò al otro dormitorio, adyacente al anterior, en donde estaba colocado tambièn
un espejo idèntico al del otro dormitorio e hizo la misma operaciòn.
“Esta fue una idea que tuvo Amalia para satisfacer su curiosidad y su libido. Ella
querìa ver lo que pasaba en cualquiera de los dormitorios sin ser vista. Si tù quieres
ver lo que pasa en el otro dormitorio no tienes màs que desvincular el marco y
girarlo. Desde el otro dormitorio es imposible notar esto, por mucho que cualquiera
se le acerque.”
“¡Gladys èsto es algo tan ingenioso como asombroso ! ¿Me das tu permiso para
poder verte mientras que atiendes a tus clientes ?”
“¡Claro Carlo, cuando tu lo deses ! Solamente yo, Amalia, Dalia, Luis y ahora tù,
estamos al tanto de estos espejos.”
Despuès me acerquè a otro espejo, un tanto màs ancho, pero con el marco de igual
modelo y con el mismo tipo de espàrragos, que estaba colocado en la pared opuesta y
de lado del cabezal de la cama.
“Gladys, perdòname por la pregunta. ¿Es este tambièn otro espejo espìa ?”
“¡Caramba Carlo, te felicito por tu perspicacia. Sì lo es. Abrelo y veras !”
Di media vuelta a los espàrragos y girè el marco del espejo. Pude entonces ver un
cuarto muy grande.
“¿Y esto que es ?”
“Ese es un salòn adyacente a este dormitorio y su superficie es poco menor del
doble que la de este dormitorio. Creo que serà mejor entrar ahì para que lo veas.”
Volvì a colocar el espejo en su posiciòn original de cerrado y salimos del
dormitorio para entrar a ese < salòn >.
“Carlo puedes ver que este salòn es muy amplio y comodo. Juntè firmemente dos
colchones matrimoniales obteniendo asì una amplia cama que utilizo para las orgìas.
Esta fue una idea que se le occurriò a Dalia y ella misma se encargò de adquirir los
muebles y los adornos. Ultimamente me dijo que quiere comprar unos espejos para
ponerlos en el techo y en las paredes.”
“¿Hay otros espejos espìa en el resto de la casa ?”
“No Carlo, son solo los que ves en estos tres cuartos. Los de los dormitorios
fueron una idea de Amalia y la de este salòn, de Dalia. Son dos mujeres muy calientes
y morbosas que tendrè mucho gusto en presentarte. La ùnica finalidad de èsto es la de
incrementar nuestro libido. No obstante todas las vicisitudes y contrariedades que han
enfrentado son muy buena gente y enfrentan la vida con optimismo. En èsto incluyo a
Luis y a mì mismo. Los cuatro hemos sufrido muchas adversidades en la vida y
encontramos en el sexo nuestros momentos de desahogo y distensiòn que tratamos de
aprovechar al màximo. De vez en cuando hacemos donaciones a una casa-hogar para
niños abandonados y tambièn a un centro para desintoxicaciòn de drogas”
“Gladys me conmueve mucho èsto ùltimo que has dicho.”
“Bien Carlo, salgamos de aquì y vamos al salòn porque creo que aquellos tipos
estèn por llegar. ”
“Sì Gladys, yo subirè a la cocina a chequear el pollo que tengo cocinando en el
horno.”
Al poco rato, mientras yo bajaba por las escaleras, tocaron el timbre y fui a abrir la
puerta. Eran dos jovenes.
“¡Hola, llamè por telèfono esta tarde !” me dijo uno de ellos.
“Sì, reconozco tu voz hablaste conmigo pero perdòname por no haberte entendìdo
muy bien ya que aùn no hablo castellano. ”
“Pierde cuidado porque en algo nos entendimos, y como ves, estoy aquì con mi
amigo y a la hora establecida.” me dijo complacido y ofrecièmdome su mano.
“Sì, es cierto. Tengo mucho gusto en conocerte, mi nombre es Carlo.” le dije
sonriendo al apretar su mano.
“Encantado, el mìo es Danilo.” me dijo apoyando ademàs la otra mano sobre mi
hombro y dàndome un besito en los labios.
“Mucho gusto, yo soy Emilio.” me dijo el otro tipo acercàndose y besàndome.
“El gusto es tambièn mìo Emilio, pero por favor, entren, Gladys los està
esperando.”
Yo me asombraba cada vez màs de mì mismo : dos desconocidos me habìan
apenas conocido y ya nos habìamos besado en los labios. Yo, instintivamente, habìa
respondido a sus besos y experimentado un extraño e inesperado placer al sentir sus
manos sobre mis hombros descubiertos. Gladys nos alcanzò en el pasillo para
recibirlos.
“¡Hola mis amores, sean muy bienvenidos. Por favor, acomòdense en el salòn !”
le dijo Gladys extendiendo sus brazos a ambos a la vez. Cada uno de ellos le tomò
una mano para besarla.
“¡Ahi, pero que caballeros y galanes que son !” les dijo muy complacida. Luego
se interpuso entre ellos y tomando a cada uno con su mano los llevò hasta el sofà.
“¡Por favor tomen asiento aquì en el sofà y dèjenme sentar entre los dos para
relajarnos y sentirme màs protegida !”
Una vez sentados ella cruzò sus piernas y se volteò hacia cada uno de ellos para
besarlos en los labios. Despuès les tomò las manos y las apoyò por separado sobre
sus muslo cubrièndolas con las suyas. Yo me me sentè, con las piernas cruzadas, en
la butaca casi en frente de ellos. Notè que ambos estaban muy complacidos de que
ella se hallaba sentada entre ellos dos.
“Gladys, yo esta tarde tenìa un compromiso y por eso te dije que hubiera vuelto a
llamar para fijar nuestra cita con màs exactitud. Despuès, pensàndolo mejor, llamè a
mi ìntimo amigo Emilio y, al hablarle de mis planes, èl aceptò y por eso te volvì a
llamar.”
“Sì Danilo, yo estaba ocupada y Carlo me contò de tu amigo sin poder yo entender
mucho, pero lo importante es que ya estàn aquì.”
“En efecto Danilo, perdòname por haber aceptado tu cita casi a ciegas y sin saber
exactamente que decirle despuès a Gladys de modo que ella pudiera programarse.”
“Carlo, despreocupate por todo. Fue un placer hablar contigo y es mayor ahora
que te conozco. Dèjame decirte que te ves muy bien y que Gladys es realmente muy
linda. Es una làstima no haberlos conocido antes.”
“Danilo, a mì tambièn me ha gustado mucho conocerlos. ¿Que planes tienen ?” le
pregunto Gladys.
Danilo estaba por contestarle pero Emilio empezò dicièndole :
“Gladys, en realidad hoy es el dìa de mi cumpleaños y mi ìntimo amigo Danilo me
llamò para decirme que querìa festejar este dìa regalàndome un encuentro contigo y
poder disfrutar los tres juntos. Yo aceptè encantado su regalo y estoy muy contento
ya que te encuentro hermosìsima. Para ser sincero, me encantarìa tambièn que Carlo
se uniera a nosotros puesto que lo encuentro muy atractivo. Tampoco te niego que
tendrìa tambièn mucho placer en compartir con èl a solas ahora mismo y disfrutarlo a
plenitud pero para mì es importante, en este dìa, la presencia de Danilo. Ademàs, en
honor de la verdad, en este momento lamentablemente no tengo la disponibilidad de
poder invitarlo quedàndome asì con las ganas, pero indudablemente dentro de poco,
èsto serà factible ya que, como acabo de decir, èl me gusta mucho.”
Yo estaba por hablar pero Danilo irrumpiò diciendo :
“Si Carlo, me uno a Emilio y comparto plenamente su idea. Yo vi la foto de
Gladys en un portal de anuncios y me propuse festejarle este su dìa regalàndole un
trìo junto con Gladys. A mi tambièn me apena mucho no poder disfrutarte pero mi
actual presupuesto no me lo permite, pero ten la seguridad que dentro de poco,
pasarè por aquì ya que yo tambièn deseo pasar un agradable rato contigo. ”
Iba yo a hablar pero las palabras no me salieron. Instintivamente me levantè y me
acerquè a Emilio, que en ningùn momento habìa dejado de mirarme, para inclinarme
hacia èl y pegar mis labios de los suyos.
“Emilio te agradezco muchìsimo las palabras que tuviste para mì. Creo que la
intensidad de mi beso fue muy elocuente y se expresò mejor que mil palabras, que
tampoco, hubiera sabido coordinar. Ahora quisiera volver a besarte, para de esta
forma, desearte un muy feliz cumpleaños.”
Emilio se levantò y al mismo tiempo lo hicieron tambièn Gladys y Danilo. Emilio
me abrazò fuertemente introduciendo mis brazos entre las anchas mangas de mi
franela. Mientras que sus manos acariciaban mi espalda nuestros labios se pegaron y
nuestras lenguas rozaban una contra la otra apasionadamente.
“¡Feliz cumpleaños Emilio !” le dije miràndolo fijamente en los ojos.
Gladys se acercò a Emilio y lo besò tambièn apasionadamente deseàndole un feliz
cumpleaños. Mientras que ellos se besaban yo me acerquè a Danilo dicièndole :
“¡Danilo, te agradezco mucho a ti tambièn por tus significativas palabras !”
Su impulsiva reacciòn se manifestò con un beso muy apasionado que compartì
ardientemente. En lo que terminamos de besarnos Gladys sugiriò que brindaramos
con una copa de sangrìa por el cumpleaños de Emilio. Se dirigiò a la cocina y
regresò trayendo un jarròn de sangrìa bien frìa y cuatro copas. Una vez llenadas las
copas le cantamos el cumpleaños y, mientras le aplaudìamos, nos turnamos para
volver a besarlo apasionadamente. Emilio se veìa en realidad muy emocionado.
Despuès de haber sorbido la sangrìa Gladys les diò, alegre y simultaneamente a los
dos un par de palmadas sobre sus pollas dicièndoles :
“Bueno mis amores, creo que estas pollas no esperan otra cosa que gozar y festejar
tambièn. ¿Què tal si nos vamos de una vez al cuarto ?”
“¡Pues, andando !” le contestaron ambos al unìsono.
“¡Carlo, perdònanos por dejarte a solas !” me dijo Gladys.
“¡Despreocùpate Gladys, aprovecharè para dedicarme a otras tareas que tengo
pendientes. Les deseo que disfruten de lo mejor !”
Y asì los tres se dirigieron abrazados hacia el dormitorio mientras que yo subì a la
cocina. Saquè la bandeja del horno y revolvì el pollo junto con los otros ingredientes,
aumentè la temperatura y programè el horno para que apagara a los veinte minutos.
De seguido regresè a la planta baja y entrè en el dormitorio para girar el espejo y ver
lo que pasaba en el otro dormitorio. Los tres habìan salido en ese momento del baño
y se volcaron en la cama. Ambos ya tenìan sus pollas muy bien paradas y empezaron
a lamer a Gladys delicadamente desde los pies hasta la cabeza acariciàndola sin cesar.
Vi como ambos a la misma vez halaron los lazos laterales de su tanga dejando asì al
descubierto la linda verga de Gladys. En ese momento tocaron el timbre de la puerta.
Cerrè el espejo y salì del dormitorio para dirigirme hacia la puerta. A travès del ojo
màgico vi a un joven de pelo negro largo casi hasta los hombros. Luego de unos
segundos optè por abrirle.
“Hola què tal, soy Terry, llamè esta tarde para fijar una cita con Gladys.”
“Perdona pero Gladys por el momento està ocupada. Creo reconocer tu voz. ”
“Sì, estàbamos hablando y luego cortarte la llamada. Sinceramente no comprendì
mucho tu actitud.”
“Terry te ruego que me disculpes pero el problema es que yo no se hablar
castellano y ademàs debido a la bulla que se oìa y a tu ràpido hablar no logrè entender
mucho. Yo tratè de decirte que volvieras a llamar para que hablaras directamente con
Gladys, pero veo que no me entendiste. ”
“Sì, en efecto llamè desde un telèfono pùblico y por lo visto no logramos
entendernos, pero despreocùpate por eso. Pero un momento, ahora que te estoy
viendo mejor. creo que tu cara no me es del todo desconocida; puede que yo me
equivoque o te confunda con otra persona. ¿Estabas acaso anoche con Juliàn y
Gilbert en el restaurant “La Piña” ubicado en el Paseo de la Explanada ?”
“Sì, es cierto, los tres cenamos ahì. ¿Acaso los conoces ?
“¡Claro que sì ! Te acuerdas si Juliàn te dijo a quièn pertenecìa ese restaurant ?”
“Sì, el me dijo que era de un amigo suyo. Sì, sì, ahora me acuerdo que mencionò
un nombre que me pareciò muy extraño para un español. Sì, el dijo Terry.
¿Oye, pero es que eres tù ese Terry ?”
“Sì, soy yo. Y seguramente te diste cuenta que Juliàn no pagò la cuenta.
¿Cierto ?”
“No, no pagò la cuenta porque ni siquiera se la llevaron. Yo pensè que el tenìa
algun tipo de credito en ese reastaurant.”
“Lo que pasa es que ni yo ni mi papà, que es en realidad el dueño de ese local,
nunca quisimos que èl nos pagara porque fue Juliàn mismo quièn elaborò el proyecto
del restaurant mientras que cursaba apenas el tercer año en la facultad de arquitectura.
Su papà al final revisò su proyecto y sin màs ni màs, lleno de orgullo, se lo firmò
porque lo calificò de impecable. Cabe destacar tambièn que ni èl ni su papà quisieron
cobrar ni siquiera una peseta por ese proyecto. Su papà adujo que èl no habìa
elaborado el proyecto y Juliàn argumentò que no podìa cobrarnos nada ya que aùn no
se habìa graduado, que se sentìa en deuda con nosotros por haber confiado en èl, que
ese proyecto habìa sido para èl algo asì como un reto, un desafìò personal y su
proprio banco de pruebas sin contar ademàs la amistad que nos unìa. Desde la misma
noche de la inauguraciòn ese local se ha convertido en uno de los mejores de la
ciudad. Su papà es quizàs el mejor arquitecto en toda Alicante, pero yo creo que
Juliàn lo supera aunque todavìa le faltan algunas materias por graduarse. Cuando la
construcciòn del restaurant fue ultimada y la gente se enterò de que el proyecto habìa
sido obra suya, todos empezaron a llamarlo arquitecto; inclusive los profesores en la
universidad lo llamaban utilizando ese tìtulo. De facto, aquì en Alicante, a èl se le
conoce como el arquitecto y somos pocos los que lo llamamos por su nombre. Juliàn
tiene una mente extraordinaria y estoy sumamente orgulloso de ser su amigo. El es
todo un personaje en esta ciudad y es muy estimado por todos. El es un amante del
arte y ademàs un perfecto esteta.”
“Terry, perdòname mil veces por no haberte hecho entrar, lo que pasò fue que me
distraje oyèndote. Pero por favor, entra y pasemos al salòn para que me sigas
contando. Discùlpame tambièn por no haberme presentado, mi nombre es Carlo.”
Nos apretamos las manos y entrando en el salòn nos acomodamos en el sofà.
“¿Perdona mi curiosidad, pero como es que tu nombre tiene esa matiz britànica ?”
“Sencillamente porque mi papà de joven emigrò a Edimburgh y fue justamente
allà donde nacì e hice buena parte de mis estudios. Fue tambièn allà donde Juliàn y
yo nos conocimos casualmente. El andaba tomando fotos en la ciudad por doquier y
puesto que iba solo me pidiò el favor de sacarle una foto de perfil mientras que èl
observaba un viejo edificio señorial. Por su acento entendì que era alicantino y de ahì
comenzò nuestra amistad. Luego mi papà se dejò vencer por la nostàlgia y nos
regresamos todos aquì en Alicante. En realidad yo me siento màs escosez que
español, de hecho, voy a Edimburgh varias veces al año donde aùn tenemos nuestra
casa. Tengo programado un viaje por allà dentro de una veintena de dìas y Juliàn me
dijo que tendrà mucho gusto en acompañarme. A èl le encanta esa ciudad. Carlo me
percato de que pones mucha atenciòn en lo que digo.”
“Es que me parece interesante oìrte. Y ahora que hablas despacio puedo
entenderte mejor aunque no del todo. Yo me las arreglo mejor en inglès. ¿Por favor,
puedes pasar a ese idioma ? ¿Pero como fue que anoche nos viste ?”
“¡Claro que sì Carlo, ese es el idioma que màs domino ! Bueno, para seguirte
contando, yo en realidad me encontraba haciendo una diligencia en la calle y cuando
entrè en el restaurant los vi pero mientras que me encaminaba hacia vuestra mesa me
topè con otros amigos que estaban cenando y nos detuvimos hablando por algunos
minutos. Estando yo parado y de espaldas, ni Juliàn ni Gilbert me habràn visto.
Luego, al voltearme, me di cuenta de que ya se habìan ido. Màs o menos una hora
despuès lo llamè por telèfono a su casa pero no me contestò. Hoy, como a media
mañana, volvì a llamarlo pero tampoco me contestò. ¡Quièn sabe por donde
andarà !”
“En verdad los tres estuvimos juntos hasta la mad**gada y Juliàn me dijo que hoy
tenìa programado ir a Valencia con Gilbert y permanecer allà por unos tres dìas.”
“Te agradezco que me lo hayas dicho. El me habìa adelantado algo sobre ese
breve viaje, pero creo que tomaron repentinamente la decisiòn de salir hoy hacia allà.
No importa; estoy seguro que, de un momento a otro, èl me llamarà.”
Mientras que sorbìamos unos tragos de sangrìa, yo le hablè muy brevemente de mì
y de la forma casual de como habìa conocido a Gladys. Advertì que me miraba de
una forma algo complacida y como queriendo inspeccionar mi mente, exclamò :
“¡Estoy seguro de que la pasaron muy bien anoche los tres despuès de la cena !”
“¡Si Terry, en realidad la pasamos muy bien !” le dije muy relajado y sin poder
contener ni esconder la sensaciòn y la expresiòn de agrado en mi rostro.
“¡Sì Carlo, me lo suponìa. Veo que esa franela de Gladys te queda muy bien
porque tù tambièn te ves muy bien !”
“¡Sì, en efecto es de ella ! ¿Còmo la reconociste ?”
“Por el simple hecho de que conozco a Gladys desde hace tiempo y conozco casi
todo su ropaje y esa es una de sus franelas favoritas. Gladys es excepcional.”
“¡Sì, yo tambièn la encuentro excepcional. Fue ella quien la escogiò y acabò
tambièn ponièndomela ella misma !”
“Carlo para serte sincero, Gladys una vez me puso esa misma franela tambièn a mì
y un tanga blanco muy abierto, sea por delante que por detràs, con unos lazos
laterales anchos y largos anudados en la baja cintura. Y tambièn me puso un par de
sandalias blancas y hasta me maquillò. En lo que me sentì su ropa encima, mi polla
se parò de inmediato.”
Despuès de haberlo oìdo, me levantè instintivamente y me subì un poco la franela
dàndome tambien una vuelta completa para que èl pudiera ver el tanga por completo.
“¿Terry, es acaso èste el tanga al cual te refieres ?”
“¡Pues sì, es exactamente èste, y en su interior trae una pequeña etiqueta con
escrito made in France. Te confieso que te queda muy bien. Me excita mucho volver
a ver otra vez este tanga y me excita tambièn ver lo bien que te luce ya que destaca
aùn màs tu belleza. En realidad te hace muy deseable y me excita mucho ver tus
lindos muslos y parte de tu raja sin contar esa porciòn de tu vello negro y la
protuberancia de tu polla cuyo relieve provoca sacarte este tanga para apreciarla en
toda su belleza y saborearla milimetricamente con la lengua sin cansarse!”
“¡Terry hablàndome asì me haces emocionar y hasta sonrojar !”
“¡Y tù me haces excitar. Carlo, por favor, concèdeme el placer de acercarme a ti
ya que no me puedo controlar !”
“Sì Terry, bien puedes. Te lo concedo porque yo tambièn necesito que accedas a
mì y a mi polla !”
Yo di un paso hacia èl y èl avanzò un poco hacia mì permaneciendo aùn sentado.
Pasò suavemente sus manos por sobre mis muslos rozàndolos y besuqueàndolos con
sus labios. Yo me abrì un poco las piernas y soltè la franela que todavìa sostenìa
levantada con mis manos. Mi franela ahora cubrìa su cabeza y sus labios estaban
pegados de mi tanga a la altura de mis huevos; sentì que me los besaba con pasiòn.
Luego sus labios se desplazaron sobre mi polla aùn cubierta por el tanga y advertì su
dientes sobre mi vello pùbico. Sin dejar de acariciar mis muslos sacò su cabeza afuera
de mi franela y se levantò. Me abrazò y acariciàndome delicadamente la espalda me
besò con pasiòn. Luego miràndome dulcemente me dijo :
“Carlo, creo que es mejor alejarnos de aquì y acomodarnos en el salòn pequeño
para relajarnos mejor y estar un poco màs apartados para que cuando Gladys y su
cliente salgan por esa puerta no nos m*****en.”
“No Terry, Gladys tiene a dos clientes consigo.”
“Si Carlo, te creo, claro que te creo y èsto no me asombra en lo absoluto, pero
conociendo a Gladys, como yo la conozco, crèeme si te digo que ella es tan hàbil,
competente y experimentada que, si tan solo ella lo quisiera, serìa capaz hasta de
hacer correr, con abundantes chorros de leche y al mismo tiempo, a todas y a cada
una de las pollas de todo un batallòn de soldados, heridos o no, minutos apenas
despues de haberse ellos alejado del campo de batalla. Tù me dices, un tanto
asombrado, que ella ahora està follando con dos tipos, pero crèeme que, èsto para
ella, no es màs que un relajante paseo. ”
En lo que pasamos por la puerta del dormitorio, no hubo necesidad de pegar los
oìdos muy cerca de la puerta ya que los constantes y rìtmicos crujidos de la cama y
los gemidos de los tres eran màs que audibles.
“¡Gladys, eres toda una veterana sin igual; logras excitarme con tan solo oìrte !”
exclamò Terry.
Luego Terry puso su brazo en mi cintura, por dentro de la franela, y comenzò a
acariciar mi rabo recorriendo tambièn mi raja con sus dedos. Tomàndome la mano
no dejò de besàrmela con sus labios hasta que entramos en el salòn pequeño. Despuès
cerrò la puerta y empezò a besuquear muy tierna y lentamente toda mi cara, luego
pasò a mis brazos y siguiò bajando màs y màs hasta llegar a mis pies sin desnudarme.
Yo me sentìa como electrizado y no sabìa como responder a tantas efusiones. Fue
casi incalificable el inmenso placer que yo experimentaba. Sus labios habìan
recorrido milimetricamente todo mi cuerpo siempre lentamente y con mucha
vehemencia aùn sin desvestirme gracias a lo ancho de mi franela. Percibì el
enardecimiento de su pasiòn cuando, hincado frente a mì, besaba mis muslos con el
mismo ìmpetu de cuando besaba mis labios. Todo mi cuerpo vibraba a causa de sus
continuas e imparables efusiones de pasiòn y deseo incontrolable. Despuès se
levantò y acariciando mis hombros, desplazò delicadamente hacia afuera las tiras de
mi franela, dejàndola caer en el piso. Se volviò a arrodillar y rozò mi tanga con sus
labios; halando de los lazos laterales, èste cayò en el piso dejando al descubierto mi
polla que hasta entonces no habìa ni siquiera rozado. Se dedicò a mi polla, que desde
hace rato estaba bien parada, con ardor indescrivible. Luego accediò a mis huevos, a
mi perineo y a mi rabo siempre con la misma emociòn. No quedaba parte alguna de
mi cuerpo que no estuviese impregnada por su saliva. Me parecìa que sus labios
habìan masajeado todo mi cuerpo de una manera màs que placentera y que su lengua
me lo habìa lavado a plenitud. Me hizo recostrar en el piso sobre una confortable
alfombra y siguiò lamièndome y besàndome las piernas como si fuesen mis labios.
Mientras tanto Terry se habìa desnudado poco a poco; al final asumiò una postura
erecta pero de rodillas frente a mì y cogiendo mis pies con sus manos hizo que èstos
presionaran fuertemente su polla. Utilizando mis pies para pajearse, su polla no tardò
ni medio minuto en correrse, eruptando unos cuantos largos lechazos que,
describiendo en el aire una curva parabòlica, fueron a caer sobre mi estòmago. Al yo
advertir sus calientes gotas sobre mì tuve solamente las fuerzas para pedirle que me
hiciera correr tambièn a mì. El se inclinò hacia mi y puso mis muslos sobre sus
hombros acariciàndomelos con los labios y con las manos. Luego me lamiò la polla
y una vez que se la tragò, experimentè sensaciones tan placenteras que no me
hicieron tardar mucho en correrme dentro de su misma boca. Nos quedamos muy
pocos minutos en esa posiciòn y luego nos levantamos satisfechos para ir al cuarto de
baño a lavarnos. De regreso al salòn pequeño me repitiò varias veces lo mucho que
yo le gustaba y yo le hablaba de todas las placenteras sensaciones que habìa
experimentado. Un ratito despuès oì a Gladys que me llamaba; dejè a Terry en el
salòn sorbièndose unos tragos de sangrìa y me dirigì hacia el salòn. Me encontrè con
que Gladys, Danilo y Emilio estaban charlando alegremente.
“¡ Me parece que disfrutaron mucho ya que los crujidos de la cama y vuestros
gemidos se oìan muy claramente y sin cesar !” exclamè entrando en el salòn.
“¡Carlo, Gladys es insuperable; estoy agotado pero màs que satisfecho. Me apena
mucho que no pudimos invitarte pero te prometo que volverè muy pronto porque
quiero pasarla bien tambièn contigo !”
“¡Sì Danilo, yo tambièn deseo lo mismo. Me alegro mucho saberte satisfecho! ¿Y
tù Emilio ?”
“¡Carlo, yo tambièn disfrutè mucho porque en verdad Gladys me tratò de una
forma impecable, pero para serte sincero, pensè tambièn mucho en ti !”
Yo me le acerquè y despuès de acariciarle su mejilla le pasè la punta de mis dedos
por sobre sus labios y luego lo besè.
“¡Gracias Emilio por guardarme en tu mente; me haces enrojecer y emocionar a la
vez. Eres muy cariñoso y te lo agradezco mucho !”
Despuès los acompañè hasta la puerta y antes de salir, cada uno de ellos me besò
apasionadamente. En lo que cerrè la puerta me dirigì hacia Gladys que se estaba
sorbiendo un trago de sangrìa frente al sofà.
“¡Carlo, yo no aguanto màs, ven aquì mi amor, ven aquì !”
Abriò sus brazos y abrazàndome fuertemente empezò a besarme repetidamente en
los labios y en el resto de mi cara sin dejar de acariciarme por un momento.
“¿Què pasa Gladys ? ¡Me gusta mucho que me beses tanto, pero por favor pàrate
aunque sea por un momento. Trata de entender que yo tambièn necesito besarte sin
cesar y responder a tus besos !”
“¡Sì Carlo, lo sé muy bien, pero por favor hazlo luego ya que por el momento no
me puedo frenar !”
Aprovechè del instante en que se habìa parado para empezar a besarla tambièn yo
convulsivamente hasta que me parè por un momento. Ella se aprovechò de mi
momentànea pausa y sin darme tregua pegò sus labios de los mìos de una forma tan
repentina que nos hizo perder el equilibrio por lo que caìmos sobre el sofà. Muestros
labios estaban armoniosamente pegados entre ellos y nuestras frebriles lenguas
desataron toda su pasiòn. Una vez concluido nuestro largo beso, nos relajamos un
poco.
“¡Carlo estoy muy complacida contigo. Eres maravillosamente espectacular,
Con Danilo y Emilio te portaste tan excelentemente bien que no dejabas de
impresionarme y asombrarme a cada momento siempre màs y màs. Antes y despuès
de follar ellos me hablaban de ti. Carlo, me llena de orgullo tenerte aquì en mi casa !”
“¡Gracias Gladys, pero la verdad es que, ademàs de quererte, yo siento que actùo,
como nunca lo habìa hecho hasta ahora, o sea, instintiva y espontaneamente. Me
encuentro muy bien aquì, contigo y en tu casa. Espero con mucho ahìnco el momento
en que me desvirgues y me hagas tuyo !”
“¡Carlo, eres un amor. Ten por seguro que pronto te desvirgarè !”
“¡Gladys, no sé como pedirte que me perdones y espero que no te lo tomes a mal,
pero dèjame decirte que Terry està esperando por ti en el salon pequeño. Yo quice
decìrtelo pero tu no hacìas màs que besarme !”
“¡No Carlo, no tengo absolutamente nada que perdonarte, màs bien, todo lo
contrario, te agradezco muchìsimo que lo hayas dejado pasar. Terry es uno de mis
mejores amigos. Ven Carlo, vente conmigo, vamos a verlo ahora mismo !”
En lo que entramos en el salòn ambos se abrazaron y se besaron apasionadamente.
“¡Terry, te pido mil disculpas por haberte hecho esperar tanto tiempo pero la
verdad es que no sabìa ni que ibas a venir ni que ya te encontrabas aquì. Es siempre
un placer verte y me encanta que estès aquì !”
”¡Gladys por favor no pienses nada de eso. Puedo asegurarte que aprovechè este
rato para descansar un poco. Tù sabes lo bien que me encuentro aquì en tu casa y sè
que estabas ocupada llevando a cabo una buena faena. Todo se debiò a un simple e
insignificante malentendido con Carlo debido a su falta de conocimientos con
respecto a nuestro idioma, a mi ràpido hablar y a la bulla que se oìa por telèfono
debido a que llamè desde la calle. Pero dejame agregar que gracias a este pequeño
inconveniente he tenido un placer muy grande en conocer a Carlo. Lo encuentro muy
atractivo y agradable y sus piernas me enloquecen. Me excitò mucho verle puesta la
misma franela que tu me pusiste una vez. Mientras que tù atendìas a tus clientes me
atrevì a tomar la iniciativa para pasar un rato muy ìntimo con èl y resultò ser
sumamente emocionante y placentero. Recostados sobre esta alfombra hice cosas
que solamente he hecho contigo. Todo occurriò de una forma muy inesperada y te
puedo garantizar que quedè muy complacido. Espero que todo èsto no te haya
m*****ado !”
Gladys se acercò a mì y me abrazò fuertemente susurràndome estas palabras :
“¡Te quiero. No haces màs que darme satisfacciones a cada momento !”
Pegò sus labios de los mìos y nos besamos apasionadamente. Terry se acercò a la
espalda de Gladys besàndole su cuello como si fuese su boca y luego èl hizo lo
mismo conmigo. Despuès se nos interpuso y abrazàndonos nos besò las mejillas. En
lo que yo y Gladys terminamos de besarnos su lengua rozò las nuestras. Nuestras tres
lenguas se transmitìan entre ellas una ardiente pasiòn.
Al finalizar este largo y triple beso, nos alejamos y nos dimos cuenta que
estàbamos un tanto emocionados. Los ojos de Gladys estaban hùmedos.
“¿Què pasa Gladys ?” le preguntò Terry.
“¡Terry, lo que pasa es Carlo es una joya. Todos me hablan demasiado bien de èl y
nunca me hace quedar mal. Se porta con una impecable rectitud, quiere realizar todas
las tareas del hogar, me trata como a una reina, siempre me ayuda en todo y le pone
dedicaciòn y amor en cualquier cosa. Està enamorado de mì y no hace màs que
pedirme que lo desvirgue. Pero èl ya me pertenece; lo siento demasiado mìo. El es
mi amor, mi mariquito lindo !”
“Gladys, por la forma en que èl me hablaba de ti y viendo que èl llevaba puesta tu
franela favorita pude intuir algo de eso, pero en realidad no hasta ese punto. Me di
cuenta de su sensibilidad tambièn durante nuestra ìntima relaciòn. En lo que peguè
mis labios sobre su glande advertì sus fuertes vibraciones y entendì que estaba casi
por correrse y por eso demorè un poco los movimientos de mi lengua como
querièndolo apetecer el mayor tiempo posible pero su incontenible chorro de leche
brotò a las pocas mamadas aunque despuès de su corrida dejè mi boca pegada de su
polla para seguir mamàndosela y obtener todavìa màs placer. Te garantizo que me
deleitò muchìsimo. ”
“Terry, tù tambièn me hiciste gozar mucho. Te agradezco mucho por los
innumerables y placenteros escalofrìos que me hiciste experimentar lamiendo lenta e
intensamente cada milimetro de mi cuerpo de una forma tan impecable.”
“¡Que contenta estoy de oìrlos hablar asì y saber que gozaron tanto. ” dijo Gladys
sin dejar de acariciarme.
“¡Me pregunto como se verìa maquillado como tù hiciste conmigo !” le dijo
Terry.
“¿Terry, sabes que me acabas de darme una idea ?” le dijo Gladys.
“¡Gladys no sé cual es tu idea, pero te repito que Carlo se ve muy bien; es un
mariquito muy lindo y quisiera tener una relaciòn completa con èl despuès que lo
desvirgues !” le dijo Terry.
Despuès Terry se acercò a una mesita para escribir algo e un bloquesito y luego se
acercò nuevamente a nosotros diciendo :
“Ahora perdònenme pero tengo que regresarme al restaurant. Gladys perdòname
por no poder follar contigo esta noche y por haber disfutado con Carlo. Te prometo
que tan pronto sea posible volverè para estar contigo.”
“Terry, despreocupate totalmente por eso. Estoy muy contenta que los dos hayan
disfrutado tanto. Vuelve cuando lo desees.”
“Gracias Gladys. Por favor Carlo, acepta este cheque ya que cargo muy poco
efectivo en mi billetera. Lo puse a la orden de Gladys porque supongo que tu no
tienes cuenta corriente en España. ¿Gladys, puedes cobrar este cheque por èl ?”
“¡Claro Terry, lo harè con mucho gusto. !”
“¿Terry porquè lo haces ? ¡ Yo no te pedì plata !”
“¡Carlo, por favor, deja de estar pensando en eso. Esa plata es merecidamente
tuya, asì que cogela y disfrutala. Bueno, ahora me voy. Quèdense aquì ya que
conozco el camino hacia la puerta !”
Nos despedimos besàndonos y se marchò. En lo que Terry cerrò la puerta de la
calle, Gladys volviò a abrazarme y besarme.
“¡Carlos estoy màs que contenta contigo. Te portaste maravillosamente bien.
Mañana iremos al banco y te entregarè tu dinero, que no es poco. Veo que Terry fue
generoso contigo. Creo que deberìas pensar en abrir tu propia cuenta corriente !
¿Què tal si ahora vamos a cenar ?”
“Sì Gladys, pero pondrè a recalentar un poco el pollo ya que supongo que se habrà
enfriado. ”
Tomados de las manos subimos entonces al piso de arriba. Despuès de cenar,
Gladys fue a bañarse y yo me dediquè a lavar los platos y a reodenar todo. Al
terminar de bañarme fui al salòn y mientras que le echaba un vistazo al libro que
Gladys habìa dejado abierto sobre un mueble la oì llamarme. Ella estaba en su cuarto
y habìa apenas terminado de maquillarse. Digamos que se encontraba apenas vestida
ya que cargaba puesto un camisòn largo hasta las sandalias blancas de tacòn alto. Era
color azul transparente y los pocos botones le llegaban hasta el ombligo; debido a que
su camisòn estaba apenas abotonado, la parte delantera de su tanga blanco era
completamente visible asì como tambièn sus muy estilizadas piernas.
“¿Carlo, me permitirìas experimentar la sugerencia que me hizo Terry ?”
“¿Què te sugiriò ?”
“¡Que te maquillara. Quisiera aplicarte una tonalidad azul ! ¿ Aceptarìas ?”
“¡Gladys nunca he pensado en maquillarme, pero si ese es tu deseo, hazlo con toda
libertad y preferencia !”
En eso, ella se parò y se me acercò tomàndome las manos.
“¡Carlo, lo harè solamente si lo deseas de verdad ! ¿ Es en readidad algo que
querrìas que yo te hiciera ?”
En ese momento advertì unos escalofrìos que casi me hicieron temblar. Mi
corazòn comenzò a latir con mayor rapidez y hasta respiraba con afàn.
“¿Carlo, què pasa, te sientes bien ?”
Por unos instantes me quedè inmovil y sin poder hablar, no podìa ni siquiera
moverme, mis piernas no me obedecìan y me sentì temblar.
“¿Carlo, què te ocurre ? ¡Me estàs asustando. Estàs que tiemblas. Deja que te
ayude a recostarte en la cama para que te relajes un poco mientras que voy por un
vaso de agua frìa !”
Glagys regresò casi de inmediato llevàndome ella misma el vaso de agua a la
boca. Pocos instantes despuès reaccionè.
“Carlo, yo no tomo mucho refrescos pero creo que un vasito de seven-up te ayude
a sacudir un poco.”
Los gases del seven-up surtieron efecto; Gladys tenìa mi mano en la suya mientras
que no dejaba de acariciarme con la otra y poco a poco me sentì reestablecer.
“Bien Carlo, te ves un poco mejor, no sé que fue lo que tuviste pero ya te estàs
reponiendo; por favor, sigue relajàndote.”
A los pocos minutos pude pararme de la cama y me sentè en la silla frente al
tocador.
“¡Gladys por favor, maquillame como tu gustas y acostumbras a hacerlo contigo !”
“¡Sì Carlo, lo harè con mucho gusto si eso es lo que quieres. Y ademàs, gracias
por complacerme !”
“¡Gladys, creo que todo fue causado por la emociòn, por la idea de que me
maquillaras tù misma. Probablemente es algo que yo querìa que me hicieras tiempo
atràs y que no tuve el coraje de pedirte. Pero ahora te lo pido. Gladys, por favor,
convièrteme en mujer !”
“¡Sì Carlo, veo que ya estàs muy relajado. Me esmerarè en maquillarte como
mejor pueda. Te convertirè en mujer !”
Gladys me hizo un maquillaje completo esmaltàndome inclusive las uñas de la las
manos y de los pies. Luego me puso un tanga, sujetado lateralmente con lazos; era de
color azul transparente y dejaba entrever mi verga, mi negro vello pùbico y mis
gluteos. Abriò el armario y escogiò un vestido de tela suave sedificada, de color azul
que cubrìa apenas la mitad de mis muslos, quedando èstos un tanto descubiertos
debido a dos pronunciados cortes frontales. El escote delantero no era muy amplio
pero la espalda me quedaba descubierta hasta la cintura y las estrechas tiras dejaban
mis hombros completamente libres. Era un vestido muy lindo que me ofrecìa mucha
comodidad y libertad de movimiento. Terminò poniendome un collar y un par de
largos zarcillos. Luego abriò un cajòn y escogiò un reloj, dos finas pulseras y una
linda pulasera tobillera. Me puso el reloj, una pulsera en cada muñeca, la tobillera en
un tobillo y un corto foulard azul en el otro tobillo. Luego se quedò miràndome y fuè
a buscar un par de sandalias de tacòn bajo. Se alejò de mì unos cuantos pasos para
volver a mirarme. Por su expresiòn me di cuenta de que no estaba muy satisfecha.
Abriò otro cajòn y escogiò una peluca negra y al ponèrmela me di cuenta que cubrìa
mis hombros. Volviò a alejarse y esta vez la vi satisfecha.
“¡Muy bien Carlo, ahora sì que te ves muy bien. Por favor acèrcate a ese espejo
para que veas por entero como quedaste !”
El espejo reflejò una figura que me asombrò y que no se me parecìa mucho.
“¡Gladys, ese no soy yo. Ese no es el mariquito que yo era hasta hace pocos
minutos atràs. Esa es una mujer !”
“¡Sì Carlo, ahora sì que eres una mujer, una muy hermosa mujer. Dejame rociarte
un poco de mi perfume para que huelas como yo. Lo que tienes que hacer ahora es
aprender a caminar con las sandalias. Empieza a dar unos pasos despacito y poquito a
poquito siempre con mayor rapidez y balancea bien la cintura. Hazlo con calma, es
algo muy sencillo !”
En lo que yo empecè a deambular ella quedò asombrada.
“¡Carlo, lo haces muy bien. Veo que mantienes bien el equilibrio y que balanceas
muy armoniosa y coquetamente las caderas y las piernas ! ¿Puedes sentarte en la
silla para ver como lo haces ?”
Me sentè y cruzando una pierna sobre la otra empecè a balancear el pie haciendo
tambièn rebotar coquetamente la sandalia en contra del talòn.
“¡Carlo, lo haces perfectamente bien. Me doy cuenta de que no debo instruirte en
nada !”
“¡Gladys la verdad es que lo he practicado varias veces deambulando con la punta
de los pies y tambièn llevando puestas tus sandalias con los tacones altos. Si quieres
puedes chequearlas todas y veràs que no he roto ni un tacòn. Tambièn puedo caminar
mucho màs rapidamente !”
“¡Carlo, eres una maravilla. Vamos muy pero muy bien. Entonces te voy a poner
de una vez, las sandalias con los tacones altos de aguja que dejan tambièn tus talones
completamente libres !”
Fue a buscar un par de sandalias plateadas muy finas y elegantes y me las puso.
Yo empecè a caminar lentamente y luego màs rapidamente paràndome frente al
espejo y volteàndome tambièn rapidamente.
“¡Carlo, sinceramente, no tengo palabras. Tienes un andar fascinante, sensual y
muy provocante. Me gusta en realidad ver lo bien que te meneas. Veo tambièn que
cada vez que pasas frente al espejo te paras y te acicalas muy coquetamente. Carlo,
es realmente un placer verte. Quisiera ver como te desenvuelves por la escalera
puesto que la considero como la prueba de fuego !”
“¡Sì Gladys, tienes razòn, con estos tacones tan altos, la verdadera prueba de fuego
es justamente la escalera. Lo he practicado tambièn pero quisiera tu opinion.”
Me dirigì hacia la escalera bajando despacio y luego subiendo con un paso màs
ràpido.
“¡Carlo, lo hiciste maravillosamente bien. Me gustò tambièn mucho la gracia con
que mueves los brazos, la forma como deslizas la mano a lo largo del pasamanos y lo
bien que balanceas las caderas. Es sorprendente ver como te contoneas con esas
sandalias llevàndolas con asombrosa naturalidad. Subes y bajas por la escalera mejor
que una mujer. Carlo, para mì, tù ya eres una mujer !”
Se parò frente a mì, me abrazò y nos besamos apasionadamente. Al separarnos me
dijo :
“¡Bien Carlo, despuès de èsto es mejor retocar nuestros labios con el lapiz labial !”
Luego nos acomodamos en el salòn a ver el televisor y ella se aprovechaba de la
transmisiòn para impartirme nociones sobre idioma castellano. Al rato oìmos tocar el
timbre de la puerta.
“Carlo, seguramente son Julia y su marido. Bajarè a recibirlos y les hablarè de ti.
Si ellos aceptan entonces te llamarè. Acuèrdate de lo que te dije con respecto a Julia,
es una mujer muy caliente que lo que quiere es que le den caña y màs caña sin parar.
En caso contrario, quèdate tranquilamente aquì haciendo lo que màs prefieras.”
Despuès de un breve rato oì que Gladys me llamò pidièndome que bajara a
conocer a sus clientes. Mientras bajaba por la escalera mis pensamientos volvieron a
invadir mi mente llevàndome a un estado confusional regido por la inertidumbre y la
inseguridad con respecto a lo que yo estaba haciendo y en lo que me estaba
volviendo, o mejor dicho, en lo que ya me habìa vuelto : un maricòn; pero, màs que
eso, tambièn me habìa vuelto una puta ya que hasta me habìan pagado, pagado muy
bien ademàs. Me volvieron tambièn a la mente aquellas palabras de Gladys : no
dejes que tu ello se deje joder por tu superyò. La realidad era que en aquel momento
yo me sentìa tambièn muy complacido y excitado bajando por la escalera como una
autèntica mujer, como la autèntica puta que me habìa vuelto. Llegado que fui al
ùltimo peldaño de la escalera me parè y respirando bien hondo, me dije a mì mismo :
Carlo, tu ello prevaleciò sobre tu superyò, ahora eres toda una puta y por ende,
portate como tal. Decidido y seguro de mì mismo, entrè entonces pausadamente en
el salòn contoneàndome como mejor pude y me dirigì educada y alegremente a
saludar a los clientes de Gladys, extendiendo primeramente mi mano a Julia. Era una
mujer muy atractiva de rasgos muy finos y con una cabellera lisa de color negro que
le cubrìa el cuello. Cargaba un vestido rojo largo hasta los tobillos y muy bien
realizado. El amplio escote delantero ponìa en mucha evidencia sus generosas tetas
que, debido a su ajustado vestido, se parecìan a prisioneros preparados a escaparse de
un momento a otro aprovechando el menor descuido de los carceleros. El escote
posterior dejaba su perfecta espalda totalmente descubierta. El corte delantero, en
forma de una V invertida, tenìa su vèrtice un poco màs arriba de la mitad de sus
muslos lo que permitìa apreciar la totalidad de sus piernas.
“¡Muy buenas noches Señora Julia, yo soy Carlo y estoy realmente encantado en
conocerla, su belleza hace resplandecer aùn màs a este salòn !” le dije inclinàndome
ante ella y pegando mis labios sobre su mano.
“¡Muy buenas noches a ti tambièn Carlo, tu belleza y tu gracia me deslumbran.
Tambièn yo estoy encantada en conocerte y te agradezco que estès aquì con nosotros
pero por favor, deja a un lado lo de señora y dime simplemente Julia. Para
entendernos mejor utilizarè mis pocos conocimientos del idioma italiano y por lo
demàs no hablarè tan ràpido. Te presento a Fernando, mi marido !”
“Mucho gusto Fernando, dejeme felicitarlo por haber escogido una mujer tan
escultural y elegante !”
“¡Fascinado en conocerte Carlo. En efecto estoy muy orgulloso de ostentar a mi
lado una mujer como Julia. Vislumbro ya una esplèndida noche !” contestò su
marido.
“¡Pero tomen asiento por favor, no se queden parados. Julia, la verdad es que me
dejas estupefacto. Quièn sabe cuanta gente se voltea al verla por las calles !” le dije.
“¡Carlo, por favor no me halagues tanto y sientate aquì a mi lado para tenerte màs
cerca y para que me contagies ese carisma que tienes !” me dijo Julia
“¡Yo no soy carismàtico pero es un placer ponerme tu orden y complacerte en lo
que desees !” le contestè.
“¿Julia, què tal te parece Carlo ?” le preguntò Gladys.
“¡Pues me gusta, se ve muy bien. Se parece màs a una mujer que a un mariquito !”
“¡El es mi mariquito lindo !” le dijo Gladys
“¿Fernando, y a ti que te parece ?” le preguntò Gladys a Fernando.
“¡Pues a mi tambièn me gusta mucho. Julia tiene razòn. se parece una mujer !”
De seguido nos sentamos cruzando nuestras piernas. Debido a los muy
pronunciados cortes frontales de mi corto vestido buena parte de mis muslos
quedaron descubiertos. Lo mismo sucedìa con Julia cuyas piernas quedaron
completamente descubiertas debido al corte delantero de su largo vestido. Nuestras
sandalias casi rozaban entre ellas debido a nuestra cercanìa. Gladys se sentò al lado
de Julia y ponièndole el brazo sobre sus hombros, comenzò a acariciarla.
“¡Julia, este elegante vestido te queda muy bien y deja resaltar esplendidamente
bien tu silueta. Te felicito por el gusto que tuviste al adquirirlo. Es realmente
cautivador !” le dije a Julia.
“¡Gracias Carlo, en realidad me llevè casi una hora para escogerlo. A mi me
fascina mucho el tuyo. Te queda perfecto !”
“¡Sì, Julia, a mi tambièn me gusta mucho, pero dèjame decirte que me lo prestò
Gladys; todo lo que cargo puesto es de ella !”
“¿Tambièn lo ìntimo ? me preguntò Julia.
“¡Sì es un tanga azul transparente !” le contestè.
En eso Julia levantò mi vestido para satisfacer su curiosidad y me dijo :
“¡Carlos, deveras que este tanga se ve muy lindo y ademàs te queda muy bien. Tu
polla se ve tambièn muy linda ! ¿Me permites que te la acaricie ?”
“¡Claro Julia, bien puedes !” le contestè.
Julia me acariciò la polla por sobre el tanga y, muy complacida, me dijo :
“¡En efecto es muy atractiva y, por lo que veo y siento, promete bien !” exclamò.
“¿Y tambièn lo maquillaste tù ?” Julia le preguntò a Gladys.
“¡Sì Julia ! ¿Què tal te parece ?” le contestò Gladys.
“¡Gladys, sinceramente creo que hiciste una obra de arte. Te quedò tan bien que
provoca hasta acariciarlo y besarlo !”
“¡Sì Julia, te comprendo perfectamente, de hecho, en lo que terminè de
maquillarlo, lo mirè detalladamente y sin poder controlarme lo besè apasionadamente
y luego le repasè el lapiz labial para dejarlo nuevamente intacto !”
“¡Gladys, siempre te he dicho lo ùnica que eres, pero con Carlo, la verdad es que
te has lucido esplendidamente !” le dijo Julia.
“ ¿Fernando, que piensas de Carlo ?” le preguntò Gladys a Fernando.
“¡Pues la verdad es que que se ve muy atractivo y mi place mucho que lo hayas
llamado !” le contestò Fernando.
“¿Perdòn, puedo ofrecerles algo de tomar; tienen preferencia por alguna bebida en
especial ?” preguntè yo.
“¡Sì Carlo, a ellos les agrada mucho la sangrìa como yo la preparo !” me dijo
Gladys.
“¡Muy bien, permìtanme entonces ir por la sangrìa y el hielo. En seguida vuelvo !”
“¡Carlo por no me dejes tan pronto, vengo contigo para ayudarte !”
“¡Julia te lo agradezco, pero no te quisiera m*****ar !”
“¡Carlo no es ninguna m*****ia. La hielera, la sangrìa y las copas son muchas
cosas para solamente dos manos. No me niegues el placer de ayudarte y de estar
cerca de ti !” dijo Julia.
“¡Ya que ese es tu deseo, vamos y deja que te ayude a levantarte !” le dije yo.
Extendì mis manos a Julia y una vez parada ante mi mirè a Gladys y a Fernando
dicièndoles :
“¡Con vuestro permiso, no tardaremos en regresar !”
“¡Bien pueden !” nos dijo Fernando.
Gladys se quedò miràndome complacida, pasò sus dedos sobre sus labios y me
enviò un beso tan grande como todo el salòn. Yo le respondì cerrando y abriendo mis
ojos. Nos encaminamos hacia la cocina tomados de las manos porque Julia en
ningùn momento me las quiso soltar. Ya en la cocina comencè sacando los cubos de
hielo para ponerlos en la hielera y Julia se encargò de buscar una bandeja donde
poner las copas y mientras tanto observaba mi manera de llenar la jarra..
“¡Carlo me doy cuenta de que no has derramado ni siquiera una gota de sangrìa
fuera de la jarra. Me gusta ver lo bien que te las arreglas en la cocina, creo que mi
sirvienta deberìa aprender de ti !”
“¡Julia trato de hacer las cosas como mejor puedo ! ¿Te apetecerìa algùn trozo de
leche frita o buñuelos con crema o chocolate ?”
“¡Sì como no, me encantarìa probar la leche frita. Yo sé que Gladys es tambièn
muy esperta en lo que a postres se refiere !”
“¡Bueno en realidad la preparè yo pero fue Gladys quien me diò todas las
indicaciones !”
En lo que terminè de llenar la jarra con la sangrìa le ofrecì un pedazo de leche frita
que yo mismo le puse en la boca.
“¡Bravo Carlo, te quedò riquìsima !”
De seguido llevè ese mismo trozo a mi boca mordisqueàndolo del mismo lado
donde lo habìa hecho ella.
“¡Sì Julia, quedò muy rica pero este pedacito que acabo de comer sabe mejor ya
que tu làpiz labial lo endulzò aùn màs !”
Ella acercò mi mano a su boca para terminar de comerse el pedacito que aùn
quedaba y en lo que terminò se llevò mis dedos a su boca para limpiarmelos con su
lengua.
“¡Carlo tambièn tu làpiz labial le confiriò un mejor sabor a ese postre. De verdad
que me encantò mucho !”
De seguido introduje mis dedos en la boca para saborearlos.
“¡Julia me doy cuenta que tu lengua dejò un sabor muy agradable en mis dedos, te
agradezco mucho que me los hayas limpiado de esa forma !”
“¡Carlo dèjame saborear a plenitud tu lengua !”
“¡Sì Julia, con mucho gusto. Yo tambièn deseo saborear la tuya !”
Nos acercamos los labios y abrazàndonos nos besamos ardorosamente. Acariciè
su espalda delicadamente y luego hice lo mismo con su rabo que presionè
suavemente en contra de mi polla. Despues introduje mi mano en el interior de su
vestido para acariciar mejor su rabo en toda su redondez recorriendo tambièn su
excitante raja dejando penetrar un poco mi dedo dentro de su esfìnter. Al terminar
nuestra ìntima efusiòn introduje mi dedo en la boca.
“¡Julia, hasta tu cola sabe muy rico !”
“¡Gracias Carlo, me encanta saber que te guste y gracias tambièn a tu polla que,
estando cerca de mi coño, le responde de muy buena manera. Màs tarde tendrè
mucho gusto en dejar que tu polla se hunda dentro de mi coño y tambièn que me
pongas mirando a Cuenca. !”
“¿Perdòn Julia, quìèn es cuenca ?”
“¡Bueno, Cuenca es sencillamente una ciudad muy cercana a Madrid. Tù no
conoces nuestro idioma pero se trata solo de un viejo decir madrileño, que es un poco
largo de explicar; nosotros usamos esta curiosa expresiòn en lugar de decir : te voy a
follar el rabo poniendote en cuatro patas !”
“¡Sì Julia, ahora entiendo, perdòname pero no lo sabìa. Me gusta esta expresiòn
ya que no es vulgar y la encuentro hasta refinada y elegante. Pierde cuidado,
satisfacerè todos tus deseos con mucha vehemencia ! ¿Que te parece si llevamos
tambièn un plato con la leche frita al salòn ?”
“¡Sì Carlo, es sin duda una buena idea !”
“¿Julia, pèrdoname, pero puedo preguntarte acerca de tu marido ?”
“¡Carlo, despreocùpate completamente por èl. A èl le gusta mucho ver que me
follen bien y que me satisfagan. Tiene 66 años y sabe bien que su polla ya no llega a
satisfacer todos mis deseos. Su polla no se le para pero alcanza a correrse. El està
muy consciente de ser un cornudo y se enorgullese cuando me exibe y me follan.
Usualmente cuando me follan es suele mirar y pajearse. El anda loco por mì pero
ignora que yo me casè con èl tambièn por interes; tiempo atràs lo hice quedar mal
consigo mismo dicièndole que, en el àmbito sexual, ya no me satisfacìa a suficiencìa
y que tampoco hubiera podido satisfacer a plenitud a ninguna otra mujer. Le dije
tambièn que si èl no hubiese aceptado mis relaciones extra conyugales yo le hubiera
exigido el divorcio. Para aquel entonces èl ignoraba que ya era un cornudo y ademàs
con unos cuernos bien grandes. Bueno, desde entonces el muy cabròn se diò cuenta
de su ridiculez y poco a poco logrò recuperarse de su terrible humillaciòn !”
“¿Què hizo pare recuperarse ?” le preguntè.
“Pues primeramente yo le permitì que me espiara a escondidas durante mis
intimos encuentros con otros hombres, por detras de la puerta y sucesivamente le
permitì entrar en el cuarto y sentarse en una butaca para pajearse. Luego, follada tras
follada se diò cuenta de que, en efecto, el ya no lograba mantener su verga parada
como lo hacìan los demàs. Paulatinamente, su amor hacia mì, le hizo comprender
que, ademàs de ser yo su mujer, era tambièn una hembra demasiado caliente que,
ademàs de querer a su lado un marido enamorado, tambièn necesitaba de un varòn
que, con una buena verga, la follara bien follada y que èl ya no estaba en condiciones
de follarme como antes. Una noche, despuès de despedir a un hombre que acababa
de follarme, me volvì a recostar en la cama por unos minutos para concederme un
breve descanso antes de ducharme. El se me acercò y dirigiendo su mirada sobre mi
coño cansado y mojado de leche acariciò mi vello pùbico aùn sudado y se puso a
llorar dicièndome : < ¡Mi amor tu estàs todavìa muy joven y tu coño tiene todos los
derechos de gozar; ya que mi polla no està en condiciones de seguir haciendo su
deber follàndote, de la forma que tu lo necesitas, es justo que los demàs lo hagan en
mi lugar, asì que acepto y respaldo tu decisiòn de tener relaciones extraconyugales ya
que entiendo que soy un marido a medias. Te pido y te ruego solamente que no me
abandones !” > Yo lo acariciè tiernamente y le di un beso apasionado con mi lengua
aùn impregnada con la saliva del otro hombre. ¿Pero bien Carlo, que te parece si
ahora vamos al salòn ?”
“¡Sì Julia, como no,andando pues!”
Entonces entramos en el salòn llevando cada uno una bandeja y Gladys le dijo a
Fernando :
“¡Fernando, mìra cuantas cosas estàn trayendo !”
“¡Sì Gladys, ya veo. Parece que la cena fue insuficiente y vamos a seguir
comiendo !” dijo Fernando.
“¡Pero si no es màs que el postre. Se trata de la leche frita que preparò Carlo; yo
la degustè y a Carlo se le ocurriò traerla tambièn. Està riquìsima. Fernando, pruebala
para que veas !”
Puesto que Gladys se habìa sentado sobre las piernas de Fernando y èste se
deleitaba a acariciar las piernas de Gladys pasàndole tambièn la mano sobre el
pequeño tanga, Julia dejò la bandeja sobre la mesita dicièndoles :
“Por favor no se m*****en en levantarse y dejen que yo misma les lleve el postre y
las copas con la sangrìa que en verdad quedò muy bien. Gladys me di cuenta de que
Carlo se desenvuelve muy bien en la cocina. Tenìas razòn cuando hace poco me
dijiste que se encarga de mantener tu casa en perfecto orden. Por un momento me
vino en mente la idea de llevàrmelo para mi casa” dijo Julia.
“Julia, Carlo se encuentra aquì en calidad de un huesped muy especial y no
quisiera que realizara todas las tareas pero èsto es algo que a èl le agrada mucho
hacer y yo no lo quiero contrariar. El es todo un amor para conmigo y nos queremos”
dijo Gladys.
“Es cierto, yo me encuentro muy contento de estar aquì y trato de hacerlo todo de
la mejor manera.” agreguè yo.
“¡Carlo, te felicito. Este postre està en verdad riquìsimo ! ” me dijo Fernando.
Yo y Julia nos habìamos acomodado en el sofà muy cerca uno de la otra y la
puntas de nuestras sandalias rozaban entre ellas.
“Gracias Fernando, me place mucho saber que te guste la leche frita. ¿Me
permitirìas acercarme màs a tu mujer de modo que pueda ponerle mi brazo sobre sus
hombros ya que la encuentro muy atractiva?” le preguntè.
“¡Carlo, me alegra mucho saber que Julia es de tu agrado, pues, con mucho gusto
puedes hacer eso y mucho màs. Ten en cuenta que dentro de poco nos retiraremos en
el cuarto para una relaciòn muy ìntima y es aconsejable que los dos, desde ya, vayan
afinando vuestra quìmica !” me dijo Fernando.
Entonces yo me desplacè un poco sobre el sofà pegàndome del cuerpo de Julia
pero ella se levantò de inmediato y se sentò sobre mis piernas.
“¡Fernando creo que nuestra quìmica es muy afìn ya que, mientras estàbamos en la
cocina, nos besamos apasionadamente y ambos quedamos muy satisfechos !” le dijo
Julia a Fernando.
“¡Que bien, eso me complace mucho. Quiere decir que vamos muy bien y que
èsta serà una noche fantàstica !” concluyò Fernando.
“¡Julia, sinceramente yo sospechè que algo habìa pasado entre vosotros ya que se
demoraron un poco màs de lo debido allà adentro y en lo que volvieron al salòn vi
que màs de la mitad de tu lindo y ancho pezòn se encontraba y se encuentra aùn fuera
del generoso escote de tu vestido. Me supongo que ni cuenta te diste pero, por favor,
dèjalo asì ya que me encanta verlo aunque quisiera pedirle a Carlo que te termine de
sacar toda tu excitante teta fuera del vestido !” puntualizò Gladys sonriendo.
“¡Gladys tienes razòn, ni cuenta me habìa dado. Este vestido me queda un tanto
ajustado y al menor movimiento mis tetas casi se salen del escote ! ¿Y tù Carlo,
tampoco te diste cuenta ?”
“¡Sì pero como me gustò tanto verlo, no quise decirte nada !” le contestè.
“¿Carlo que te parecen mis tetas ? ¡ Yo las encuentro un poco grandes !” me dijo
Julia.
“¡Julia, se ven muy bien y debe de ser muy sabroso chuparlas !” le contestè.
“¡Me alegro mucho que te gusten, pero no te quedes con las ganas de chupàrmelas
y sàcamelas afuera del vestido de una vez ya que yo tambièn deseo que me las
acaricies y que me las chupes !”
De seguido, dejè de acariciarle sus muslos que, gracias al corte delantero de su
vestido, estaban completamente descubiertas, para dedicarme a sus generosas tetas.
Gladys se levantò y se retirò del salòn para volver casi inmediatamente trayendo en
los brazos un peluche, no tan pequeño, muy bien realizado tambièn en los colores. Se
trataba de un peluche un tanto emblemàtico, de hecho, tenìa la forma de una polla con
adjuntos los huevos. Se inclinò hacia Julia y acariciàndole los pies le quitò las
sandalias para poner el peluche-polla debajo de sus lindas piernas que seguidamente
acariciò tiernamente.
“¡Julia, emanas una intensa voluptuosidad desde cada poro de tu sedosa piel.
Eres encantadora y tu perfume me enloquece, hasta tus pies huelen muy rico y noto
que estàn muy lisos; apostarìa que fue Eliana quièn lavò cuidadosamente cada parte
de tu cuerpo puesto que te encuentro excesivamente limpia. Espero que te encuentres
màs còmoda con tus piernas sobre ese peluche !” le dijo Gladys a Julia.
“¡Gracias Gladys, por ser siempre tan cuidadosa y atenta conmigo. Sì, estoy màs
còmoda sobre ese peluche tan curioso y alegòrico. Sì, estàs en lo cierto, le dije a
Eliana que me iba a reunir contigo y ella se esmerò en lavarme utilizando ademàs
unos sales particulares y me hizo una perfecta pedicura. Y el peinado tambièn me lo
arreglò ella esperando que te gustara !” le contestò Julia.
“¡Cuando la vuelvas a ver dile que te lo arreglò muy bien y que me gustò mucho.
Muchas veces me has hablado de ella y no te niego que me gustarìa mucho
conocerla ! ¿Crees que Eliana quisiera follar conmigo ?” le preguntò Gladys.
“¡Gladys, yo tambièn le he hablado de ti, pero aunque Eliana nunca me lo ha
dicho abiertamente, creo que a ella tambièn le gustarìa mucho gozar de tus gracias y
apetecerte a plenitud. Esta misma tarde, mientras que ella me lavaba, estuve
pensando en invitarte a mi casa para que la conocieras. Dentro de muy poco le
festejarè su cumpleaños y le comprarè algunos regalos, puesto que en realidad se los
merece. Supongo, sin temor a equivocarme, que si tù estuvieras con nosotros, ella,
como quièn no quiere cosa, entenderìa tu presencia como un regalo adicional de mi
parte hacia ella. Gladys, no puedo garantizarte nada, pero dèjame ver si puedo
allanarte el camino, si es que hace falta !”
“¡Gracias Julia, te lo agradecerìa mucho ya que tengo muchas ganas de follarla !”
“¡Julia, Gladys tiene razòn al decir que te encuentras extremadamente limpia ya
que todas tus partes estàn impregnadas por tu agradable perfume, inclusive tus
sobacos que tambièn me encantan mucho ! ¿Si te los acaricio te da cosquillas ?” le
preguntè a Julia.
“¡En realidad no me cosquilleo en ninguna parte del cuerpo, asì que puedes
acariciarlos con toda libertad ! ¿Què le encuentras que te encanta verlos ? ”
“¡Gracias Julia; eres toda una belleza y tus peludos sobacos lucen tambièn
tremendamente excitantes; me encanta verlos porque cuando levantas los brazos, me
da la impresiòn de ver tu vello pùbico, y aùn cuando no los tienes levantados, el solo
ver parte de esos negros pelos, me da tambièn la impresiòn de estar viendo a tu coño.
Me doy cuenta de que cuidas èste vello ya que no es ni muy largo ni muy corto y
logro percibir en ellos la agradable fragancia de tu perfume. Por eso me encantarìa
acariciarlos y besarlos!”
“¡Carlo me complace saber que te gustan tambièn mis sobacos. Si quieres ponte
màs còmodo y empieza a besarlos cuando quieras !” me dijo Julia.
Mientras que yo y Julia nos estabamos acomodando mejor, Fernando le dijo a
Julia :
“¿Julia perdòname, que te m*****e en este momento pero, oyendo hablar tanto
sobre tu perfume, me pregunto porque no le has entregado todavìa a Gladys el frasco
de perfume que le compraste ?”
“¡Ferrnando, tienes razòn y te agadezco que me lo hayas recordado. Olvidè el
estuche sobre el asiento trasero del coche; lo dejè ahì ya que no cabìa dentro de mi
bolso ! ¿Serìas tan amable de ir a buscarlo ? ¡Siento mucho, que por mi culpa, debas
recorrer media cuadra para llegar hasta el coche !”
“¡Julia, pierde cuidado lo harè con mucho gusto !” y luego volvièndose hacia
Gladys le dijo :
“¡Eliana le regalò un frasco de perfume a Julia y puesto que ella quedò encantada
con esa fragancia pensò en comprar un frasco para regàlartelo. Te lo irè a buscar de
inmediato !” y luego Fernando saliò de la casa para ir a su coche.
“¡Gladys, estoy segura de que ese perfume te encantarà. Acèptalo porque te lo
regalo con todo mi corazòn !” le dijo Julia a Gladys.
“¡Julia, te lo agradezco de antemano; eres muy cariñosa conmigo. Veo tambièn
que Eliana te trata muy bien !” le contestò Gladys.
“¡Gladys, es cierto, Eliana me trata muy bien. Ella lleva un par de años trabajando
en mi casa como sirvienta y tiene unos cuarenta años de edad. Poco despuès de
haber comenzado sus oficios en mi casa, me dijo que si yo hubiese querido ella se
hubiera podido encargar del cuidado de mis manos y de mis pies. Le preguntè si era
acaso tambièn manicurista y pedicurista pero ella me contestò que no. Me dijo que
era algo que sabìa hacer discretamente pero que no se jactaba de sus pocas
habilidades. Despuès de que yo aceptè a que se encargara de mis manos y de mis
pies, me di cuenta de que en realidad, ella era bastante hàbil. Luego se ofreciò
tambièn a recortarme el excesivo vello de mis sobacos para hacerlos lucir mejor. Yo
se lo permitì y me di cuenta de que en realidad mis sobacos lucìan mejor. Yo quedè
muy contenta con ella ya que era màs y mejor que una sirvienta. Actualmente ella se
encarga de todo mi cuidado personal, de hecho me recorta el cabello, me lo
acondiciona y me lo peina, me maquilla, me depila las piernas y hasta me baña.
Eliana se ha vuelto una mujer indispensable para mì. Me hace de todo y yo la estimo
y quiero mucho. Por lo que respecta a los sobacos, ella me recorta el vello cada vez
que hace falta y cuando termina, me los acaricia y luego me los besa de la misma
forma como besa mis labios !”
“¡Julia, yo tambièn te los voy a besar de inmediato y con mucho gusto. Ya que
dices que Eliana te besa en los labios quiere decir que, ademàs de ser tu sirvienta, es
tambièn tu amante !” le dije a Julia.
“¡Sì Carlo, en efecto Eliana es tambièn mi amante pero Fernando està a oscuras de
todo èsto. Te explicarè como fue. Yo habìa quedado tan contenta con el trabajo que
ella habìa hecho en mis axilas y en mi melena que pensè en pedirle que se encargara
tambièn de mi vello pùbico, pero, ni me atrevìa ni sabìa como pedìrselo. Asì que un
dìa hice que Eliana me encontrara casualmente desnuda, sentada sobre el bidet, con
un par de tijeras en la mano, tratando de recortar mi vello, que yo habìa dejado
adrede completamente desordenado; vièndome asì, despuès de observarme
cuidadosamente me pidiò, con mucha diplomacia, sagacidad y decoro si era posible
que yo le permitiera dar un corte diferente a mi vello para hacerlo lucir màs excitante.
< ¿Què tipo de corte quisieras darle ? > yo le preguntè. Ella se me acercò y
manoceando un poco mi vello en diferentes direcciones me indicò la forma y las
diferentes longitudes del pelo que pensaba darle. < ¡Perdòname Eliana pero en
realidad no te entiendo bien, exprèsate con mayor claridad puesto que la apariencia
de mi vello es algo que me atañe mucho ! > le dije. Ella por un momento se quedò
algo pensativa y luego me dijo :
ella. Yo me quedè reflexionando por unos segundos y le contestè :
Ella entonces se alejò un poco para sacarse la falda y las bragas y volviò a acercarse a
mì dicièndome : < Señora este es el corte que trataba de explicarle. ¿Què le parece, le
gusta el estilo ?> me preguntò. Yo pasè mi mano lentamente por sobre su vello
examinàndolo detenidamente y le dije : < Sì Eliana, me gusta mucho ese corte un
tanto escalonado. En realidad se te ve muy bien. Vale, cortàmelo de esa misma
forma. Dèjame felicitarte tambièn por tener un tan lindo coño. > Ella se sonrojò un
poco y luego me dijo : < Gracias señora, pero creo que el suyo es màs lindo que èl
mìo. > Me sugiriò que me recostara en la cama y luego se retirò para buscar un
peine pequeño y tijeras para manicura. Al comienzo recortò y estilizò con rapidez el
vello de mi pubis y luego, utilizando tijeras para manicura, se dedicò a recortar
cuidadosa y delicadamente los pelos que cubrìan mis labios. Sucesivamente me hizo
poner en cuatro patas en el borde de la cama para cortar los pelos del perineo y del
esfìnter. Cuando terminò me preguntò : < ¿Què le parece como le ha quedado todo ?
¡Si quiere me pongo a su lado para que vea que el corte es idèntico al mio ! > Eliana
se levantò y me llevò frente al espejo colocàndose a mi lado. Yo examinè
cuidadosamente nuestros vellos y le dije : < Gracias Eliana, hiciste un òptimo
trabajo; te puedo decir que ahora me siento hasta màs fresca y libre de tanto pelo.
¿Por què no me lo propusiste antes puesto que me has visto varias veces desnuda,
pero dime, tù còmo lo ves ?> Ella se hincò frente a mi coño para esparcir unas gotas
de perfume sobre mi vello con sus manos y me dijo : < Señora, perdòneme pero no
me atrevì a proponèrselo antes simplemente por pudor, pero dèjeme decirle que luce
realmente muy encantadora. Permìtame repetir este tratamiento cada vez que sea
necesario, tal y como lo hago con sus sobalcos. Ahora sì que este coño se ve màs
despejado y mucho màs invitante y atractivo al punto que hasta me provoca
besàrselo. > Al darme cuenta de que no dejaba de mirarlo obsesivamente, le puse
delicadamente la mano sobre su cuello y la empujè lentamente hacia mì dicièndole :
< Eliana tù eres muy educada y yo te quiero mucho; ahora entiendo el motivo por el
cual nunca me lo propusiste, pero, ya que cuidas tanto y tan bien de todo mi cuerpo,
quisiera pedirte que tambièn te encargues de mi vello pùbico, puesto que tienes unas
manos maravillosas. Ahora por favor, chùpamelo de una vez porque quiero
complacer tu deseo y ademàs porque, de tanto rozaste mi coño con tus manos, me
excitè y estoy casi por correrme.> Ella se quitò la franela y el sostèn para sentirse
màs comoda y empezò a acariciàrmelo y a lamèrmelo. Despuès de su soberana
mamada, me corrì. Ella, como intuyendo que yo necesitaba seguir gozando aùn màs,
se parò para ayudarme a recostar en la cama donde ambas nos abandonamos a màs
efusiones hasta corrernos un par de veces. Desde ese dìa nos volvimos amantes !”
Pocos instantes despuès Fernando tocò el timbre de la puerta y Gladys le fue a
abrir. En lo que Gladys abriò el estuche del perfume se acercò a Julia para darle las
gracias y pedirle que ella misma le pusiera algunas gotas en su ombligo. Julia ademàs
de ponerle el perfume a Gladys me puso tambièn una gota sobre mi nariz. Despuès
pasamos otro buen rato muy ameno, charlando y luego Gladys se levantò y nos
extendiò sus manos diciendo :
“¡Bien, creo que nos hemos relajado lo suficiente como pasar al cuarto grande
para dar rienda suelta a nuestros morbosos deseos !”
“Sì Gladys, tienes razòn, mi coño està que arde; vàmonos de una vez a follar en tu
gigantesca cama porque yo no aguanto màs !” le dijo Julia.
Los tres nos dirigimos abrazados hacia el dormitorio grande mientras que
Fernando, detràs de nosotros, nos seguìa. Mientras que deambulàbamos, Julia halò
uno tras otro los dos lazos laterales que sostenìan mi tanga que, inevitablemente, cayò
sobre el piso. Al voltearme, me di cuenta de que Ferrnando lo habìa recogido y se lo
habìa llevado a los labios olfateàndolos con los ojos cerrados. De seguido Gladys se
parò y me dijo :
“¡Carlo, esta puta se merece que la llevemos al dormitorio sobre nuestros brazos,
asì que por favor, quìtate las sandalias para levantarla. Mientras que tù la sostienes
con tus brazos por las piernas y los muslos, yo la sostengo por el cuello y por la
espalda. Fernando por favor, adelàntate para abrirnos la puerta del dormitorio y una
vez que la hayamos puesto en el centro de la cama, yo y Carlo empezaremos a
desnudarla paulatinamente acariciàndola, besàndola y lamièndola milimetricamente
por todo su esplèndido cuerpo para proporcionarle todo el placer que necesita y que
se merece. Por favor, encàrgate tù mismo de quitar la poca ropa que yo y Carlo
cargamos encima ya que esta cerda està demasiado excitada y no podemos perder
tiempo en desnudarnos !”
Fernando se nos adelantò de inmediato y abriò la puerta. Julia mirò muy
tiernamente a Gladys dicièndole :
“¡Gladys eres ùnica y jamàs dejarè de quererte por el esmero que tienes para
conmigo !”
“¡Julia por favor, crèeme que lo hago con muchìsimo gusto porque conozco tus
necesidades. Para mì es un honor complacer a una de las mujeres màs hermosas de
España. Tù sabes bien que te considero como la hembra màs puta de toda la
Penìnsula Ibèrica, cuyo encantador y sublime coño, es pura candela y que, todo el
tiempo, està envuelto en llamas !”
“¡Gladys, eres muy amable pero hay una infinidad de hembras mucho màs
hermosas y putas que yo en esta caliente penìnsula !”
“¡Lo dudo Julia, lo dudo mucho ya que tù eres una puta sin igual !”
Entrados que fuimos en el cuarto, la pusimos en el centro de la gigantesca cama y
Gladys le apoyò delicadamente la cabeza sobre un peluche que tenìa la forma de un
coño y le puso un pequeño peluche-polla en la mano y un dildo dentro de su boca.
Ambos comenzamos a lamer tiernamente todo su cuerpo y, mientras que la
desnudàbamos muy lentamente, Fernando nos quitò la poca ropa que llevàbamos
puesta y luego se desnudò tambièn èl; de seguido se acomodò en una còmoda y
amplia butaca, colocada no muy lejos de la cama, para disfrutar de nuestro morboso y
censurado espectàculo. Los ojos de aquel cabròn, reflejaban un incalificable regocijo
y los de Julia una irrefrenable ansiedad por apagar sus morbosos deseos. Despuès de
un buen rato Julia se recostò enima de Gladys, introduciendo suavemente con sus
manos, la verga de Gladys dentro de su coño y cuando la tuvo hundida del todo me
pidiò que le ensanchara las piernas para que mi verga pudiese entrar por completo
dentro de su rabo. Yo me movìa lentamente para no lastimarla y, en lo que toda mi
verga le llenò su estrecha cavidad, yo y Gladys dejamos que nuestras vergas
empezaran a follarla lentamente y progresivamente incrementamos impetuosamente
la velocidad. Julia no dejaba de gemir aunque el dildo le tapaba su boca. Julia sabìa
manejarse con mucha destreza siendo follada simultaneamente por dos vergas, de
hecho, se balanceaba muy armoniosamente entre nosotros ya que habìamos logrado
sincronizar muy bien nuestros movimientos. Estuvimos en eso por un largo rato
hasta que Gladys le chorreò toda su leche dentro de su acogedor coño e
inevitablemente se recostò de un lado extenuada por el cansancio. Entre tanto mi
polla seguìa disfrutando de su cola con un sinfìn de embestidas hasta descargar toda
su leche pero, aunque yo tambièn me sentìa aniquilado, dejè que mi polla se relajara
en el interior de su sabroso culo que, en ningùn momento dejè de acariciar con toda
mi vehemencia. Poco despuès le dije:
“¡Julia, perdòname pero siento mucho tener que sacar mi polla fuera de tu sabroso
y acogedor culo puesto que tengo que orinar !”
“¡Carlo pierde cuidado. Yo tambièn tengo esa necesidad !”
“¡Entonces Julia, deja que te ayude a levantarte para ir juntos al cuarto de baño !”
En lo que nos paramos la abracè y la besè apasionadamente.
“¡Julia estàs buenìsima, gracias por dejarme follar tu esplèndido culo !”
“¡Gracias a ti Carlo, por haberne hecho gozar tanto, pero vamos de una vez a
orinar ya que no me aguanto !”
Despues de pocos pasos y entrando ya en el cuarto de baño privado se me ocurriò
decirle :
“¡Julia, aprovechando que estamos aquì quisiera refrescarme con una ducha !”
“¡Carlo, muy buena idea; te acompaño, puesto que yo tambièn lo necesito. Me
agrada mantenerme siempre lo màs limpia posible pero antes de bañarnos tendrè
mucho gusto en que nos prelavaramos meàndonos uno encima del otro!”
“¡Sì, como no, con mucho gusto; me agrada tu sugerencia, asì que hagàmoslo de
una vez y por favor, sigue demostràndome cuan infinitamente puta y cerda eres !” le
dije.
“¡Sì mariquito, ya veràs lo mucho que te va a encantar a ti tambièn !” me dijo
Apenas debajo de la ducha y sin siquiera haber abierto el agua ella empezò a
orinarme encima y mientras lo hacìa me dijo :
“¡Dale mariquito, maneja tu verga de manera que tu orìna moje casi todo mi
cuerpo y si es posible, tambièn mi rostro. Es algo que me encanta !”
Ambos nos orinamos encima segùn su sugerencia y luego ella abriò el agua para
dejar escurrir nuestra orina. Nos enjabonamos muy morbosamente por un buen rato y
al terminar de enjuagarnos le preguntè si era posible quedarnos sin secar.
“ ¿Por què quieres verme mojada ? ¡Saliendo afuera asì como estamos mojaremos
todo el piso !”
“¡Julia por favor, no te preocupes ni por el piso ni por cualquier otra cosa que
podamos mojar puesto que yo mañana limpiarè todo. Sè bien que me excitarè mucho
lavando el piso que ahora empezaremos a mojar. Vièndote asì de mojada y sin nada
encima luces mucho màs excitante. Quisiera solo peinar tu negra melena !”
“¡Carlo, como quieras. Me gusta tu excitante sugerencia ya que no la he
experimentado nunca. Si sigues asì creo que te vas a volver màs cerdo que yo !”
Saliendo del cuarto de baño fuimos a la cocina. Mientras que yo preparaba el cafè
ella estaba apoyada en mi espalda y me acariciaba. En eso se apareciò Fernando y
parado en el umbral de la puerta, dijo :
“Perdònenme pero no me atrevì a m*****arlos antes. ¿Carlo, que te pareciò mi
mujer ? ¡Te agradezco mucho por el tratamiento que le diste y por lo bien que le
follaste el rabo !”
“¡Fernando, està buenìsima de verdad y su culo es riquìsimo; vuelvo nuevamente
a felicitarte por tener una mujer como ella !”
“¡Fernando, era tu deber no m*****arnos. Me di cuenta que, mientras que ellos me
follaban, te hechaste un largo pajazo ! ¿Gozaste mucho, cabròn ?” le preguntò Julia.
“¡Sì Julia, gocè mucho vièndolos y màs aùn gocè viendo lo complacida que
quedaste !”
En eso se apareciò tambièn Gladys y se acercò a besar apasionadamente primero a
Julia y luego a mì.
“¡Perdònenme pero estaba rendida y sin querer me quedè dormida. Necesitarìa
sorberme un buen vaso de cafè con leche y refrescarme con una ducha !” dijo
Gladys, luciendo un tanto cansada.
“¡Gladys, como ves estoy preparando el cafè, y calentarè la leche para ti con
mucho gusto !” le dije
“¡Gracias Carlo, entonces irè a ducharme de inmediato !”
“¡Gracias tambièn a ti Gladys por tu esplèndida faena con mi mujer !” le dijo
Fernando a Gladys.
“¡Fernando, no hace falta que me lo agradezcas, puesto que lo hice con muchìsimo
gusto y me alegra mucho que esta puta lo haya disfrutado tanto !” le contestò Gladys
mientras seguìa acariciàndole el culo a Julia.
“¿Carlo por què no se te ocurriò secar a esta puta ?” me preguntò Gladys.
Julia puso sus brazos en el cuello de Gladys y miràndola tiernamente la besò en
los labios y ella misma contestò en mi lugar :
“¡Gladys, fue una idea que se le ocurriò a tu lindo mariquito. Me sugiriò que no
nos secàramos ya que, asì de mojados y desnudos, le parecìa mucho màs excitante. A
mì, de muy buena puta y cerda que soy, me encantò la idea, y pues, asì estamos ! ¿Y
a ti, què te pareciò la idea de este cerdo ?” le dijo Julia.
“¡Julia la encuentro morbosamente genial. Carlo, dèjame darte otro largo beso
porque veo que aprendes muy rapidamente !” dijo Gladys.
Mientras que estàbamos comenzando a besarnos, Julia se interpuso entre nosotros
y nos preguntò :
“¿Por favor, en lugar de que se besen los dos solos, podemos besarnos los tres a la
misma vez haciendo rozar nuestras lenguas ?”
“¡Por mì, encantado ! ¿Carlo, què te parece la idea de esta perra ?” me preguntò
Gladys.
“¡Pues, sencillamente me fascina. Me excitan mucho las ocurrencias que tiene
esta puta. Como ves mi polla le responde de lleno y creo que la pondrè nuevamente a
mirar hacia Cuenca aquì mismo en la cocina màs tarde !” le contestè.
“¿A mirar hacia Cuencas ? ¡Carlo no acabas de asombrarme, creo que estas
aprendiendo todo muy bien y hasta demasiado rapidamente !” me dijo Gladys
sonriendo.
Los tres nos abrazamos y pegamos nuestras lenguas muy voluptuosamente como
tres gatos en calor.
Luego Gladys se retirò para ducharse y yo le pedì a Julia que se sentara sobre mis
piernas para sentir su piel desnuda y mojada sobre mì para mimarla un poco. Ella
asentiò de inmediato dicièndome :
“¡Sì mariquito, a mi me encanta ser mimada. Eso es lo que màs necesito !”
“¿Te gustò como yo y Gladys te lamimos por todas partes antes de empezar a
follarte en el dormitorio ?”
“¡Sì Carlo, me encantò mucho. Ambos me trataron maravillosamente bien.
Tambièn me encantò mucho la manera como follaste mi culo. Fuiste fantàstico !”
“¡Julia tienes que creerme si te digo que es la primera vez en mi vida que follo a
una mujer por el culo. Fue algo espectacular y te agradezco mucho por esa
oportunidad que me diste !”
“¡Sì cerdo, te creo y te confieso que lo intuì enseguida y tù ahora confirmas mis
sospechas. Me enorgullece en haber sido la primera para ti !”
“¡Gracias Julia, otra vez gracias. Ahora dèjame vertir el cafè en las tazas y
mientras nos lo sorbemos deja que te mime un poco !”
“¡Sì mariquito, mìmame lo màs que puedas y de la forma que màs te agrade !”
Me levantè para servir el cafè e invitè a Fernando a sentarse y a comer lo que màs
le apetecìa. Sobre la mesa habìan galletas, mermelada, buñuelos con chocolate y con
crema, sangrìa, plàtanos y una bandeja con trozos de piña. Luego me sentè y Julia se
acomodò de lado sobre mì con sus piernas abiertas ponièndose mi polla, entre su
pierna y su coño aùn mojado. Empezamos a sorber el cafè y a comer. Julia se comiò
una galleta con un poco de mermelada. Luego se puso un poco de mermelada sobre
sus tetas con el dedo y me acercò la cabeza sobre ellas para que me la comiera.
“¡Cerdo, còmete la mermelada directamente de mis tetas ! ¿Te gusta màs asì ?”
me preguntò.
“¡Sì Julia, me sabe hasta màs rica !” le contestè despuès de haber iniciado a lamer
la mermelada.
Julia me ponìa tambièn pedacitos de galletas en la boca y hasta pasaba sus dedos,
mojados de cafè, por sobre sus tetas y hasta me los introducìa en la boca. Fernandò
se veìa muy complacido viendo las cochinadas que hacìa Julia; se acercò sonrièndole
y se inclinò para besarla.
“¡Julia me alegra mucho ver que la estès pasando tan bien, deja que te bese por
favor !” le dijo Fernando.
Julia levantò su brazo en direcciòn del hombro de Fernando y con la mano abierta
lo parò inmediatamente impidièndole asì que se le acercara aùn màs.
“¡Pàrate ahì cabròn y no te acerques màs. Siempre te he dicho que no quiero que
te me acerques ni que me m*****es cuando estoy con un hombre. No me hagas
enojar, especialmente en este momento, que estoy tan complacida viendo y
apreciando el palpitar de esta polla que tengo apoyada en los labios de mi coño y con
su cabeza que roza mi vello mojado. Lo mìnimo que tù deberìas de haber hecho era
hincarte ante Carlo y besarle sus huevos y su glande para agradecerle por todo el
placer que me ha brindado . Pero me doy cuenta que ni eso has sabido hacer. Mira,
mìrala bien, mira lo erguida que està, mira lo dura que se le puso estando cerca de mì,
mira la virilidad que tiene este mariquito. Mira el vigor que tiene esta pujante verga,
mìralo cabròn mìralo; vigor y resistencia, eso es lo que estoy obligada a buscar en los
demàs varones ya que tu verga del carajo no me lo brinda màs. Este es el tipo de
polla que necesito. Quisiera pedirle a este mariquito que te folle el culo con su
poderosa polla para que, ademàs de lo cabròn que te has vuelto, te vuelvas tambièn
un maricòn, si es que ya no lo eres, porque creo que despuès de ver todas las pollas
que me han follado hasta ahora, supongo que se te han despertado las ganas de recibir
tu tambìen una buena verga en tu rabo para que te lo reviente de una vez. Pero
sospecho que te estès volviendo un maricòn puesto que me di cuenta de la manera
como acariciabas las piernas y pasabas tu mano sobre el tanga de Gladys mientras
que estàbamos en el salòn. Tu actitud era la de un hambriento y obsesionado
comepolla. Asì que alèjate, cabròn del carajo, anda a sentarte y, si te da la puta gana,
pajèa tu flàccida verga del carajo, como bien sabes hacerlo, mientras que este
mariquito se sigue encargando de mì. No quiero que me m*****es; alejate, vuelve a
sentarte, mìranos y pajèate !”
El patètico cabròn se habìa quedado escuchando las palabras de aquella colosal
puta y puesto que aùn se encontraba inmòvil frente a ella, Julia inesperadamente, le
soltò una tremenda bofetada en plena cara con todas sus fuerzas, al punto de que yo
tuve que sujetarla para evitar que se cayera. El pobre cabròn no se esperaba que
Julia reaccionarìa de una manera tan brutal, osada y repentina que lo hizo tambalear
tanto que por poco no se cayò en el piso; < Julia, pèrdoname, no volverè a
importunarte > le dijo cabizbajo. El se quedò frente a ella, fijàndola en los ojos, a la
espera de algùn comentario o respuesta reconciliadora pero èsto surtiò el efecto
contrario, ya que Julia, viendo que èl permanecìa aùn frente a ella y en la misma
posiciòn, se enfureciò aùn màs y volviò a soltarle otra fuerte bofetada que lo hizo
tambalear nuevamente y mientras que èl trataba de no perder el equilibrio, ella le
pegò un puntapiè tan fuerte en la pierna que lo hizo caer.
“¡Coño cabròn, no hablè chino, te dije que te alejaras; asì que ahora, pàrate y
vuelve a sentarte para que no me enfurezca todavìa màs y no dudes que la pròxima
vez te voy a patear en los huevos para terminar de reventarte lo poco que te queda
dentro de tu escroto !” le reclamò Julia.
Al pobre cabròn no le quedò màs remedio que alejarse y volver a sentarse. Con
todo y eso, yo percibì una extraña sombra en sus ojos. Viendo lo alterada que Julia
se habìa puesto, seguì acariciàndola y le dije :
“¡Julia por favor relàjate y olvidate de la blanda verga de ese cabròn puesto que yo
creo que, desde hace tiempo, èl se resignò a vivir en ese estado y a cargar con un par
de cuernos que andan hipertrofiàndose siempre màs y màs. Una puta, como la que tù
eres, no se irrita por esas pendejadas. Mi verga està a tu orden en cualquier momento
la necesites !”
“¡Gracias Carlo, por favor sigue mimàndome cuanto màs puedas, lo necesito. Sì
tienes razòn, sus cuernos seguiràn desarrollàndose siempre màs y màs!”
Empecè entonces a besar sus cabellos, su cuello, su oreja, su mejilla y su brazo,
que ella coquetamente levantò para que yo pudiera acceder a sus axilas. Con mis
manos acariciè todo lo que estaba a mi alcance, sus gluteos, sus tetas, su vello pùbico,
etc… Despuès de un rato ella se levantò y hacièndome hincar ante a ella, puso su
coño frente a mis labios dicièndome :
“¡Carlo por favor, dime cuan desmesuradamente puta soy todas las veces que te
dè tu puta gana pero por favor, dedìcate a mi coño ahora mismo porque lo siento muy
necesitado de tu voraz lengua !”
Comencè a acariciar sin parar su vello, sus cluteos, sus muslos y mi lengua se
hundiò en la suave y acogedora cavidad de su coño exploràndolo febrilmente hasta
donde podìa mientras que ella gemìa sin parar y con sus manos acariciaba mi cabeza
prensàndola en contra de su palpitante coño hasta el momento en que ella me pidiò
que me sentara en el borde de la silla para poder mamar mi verga, que ya andaba
echando chispas. Julia se arrodillò lentamente y empezò a lamer con mucha
habilidad y dulzura cada uno de mis huevos y luego se los tragò dejando que su
diestra lengua me transmitiera un superlativo placer. Pasando despuès a mi verga
logrò proporcionarme una lenta pero colosal mamada. Con una mano sujetaba mis
huevos y sus habiles dedos parecìan jugar con ellos mientras que sujetaba
suavemente mi verga con la sola punta de los dedos de la mano derecha, a excepciòn
del meñique que mantenìa muy elegante y coquetamente alejado de los otros dedos y
levemente encorvado. Me parecìa que Julia estuviese practicando algo equiparable o
afìn a un peculiar, lento y morboso ritual puesto que sus movimientos no eran
constantes, de hecho, pegaba sus labios de mi glande y lo besaba con ardor, luego se
movìa la cara de modo que mi verga rozara cada zona de su cutis, lo introducìa dentro
de su boca por corto tiempo y al sacarlo afuera se quedaba observàndolo complacida
y luego dejaba que rozara su cara y hasta su cuello. Se inclinaba la cabeza para dejar
que la punta de su lengua recorriera toda mi polla rozàndola ardientemente, desde los
huevos hasta mi glande. La sensibilidad de mi glande me permitìa percibir su ansioso
respirar y su càlido aliento. Inesperadamente y sin que ninguno de los dos nos
dièramos cuenta, yo alcancè el orgasmo e inevitablemente mi verga se disparò unos
cuantos lechazos que le mojaron su cara y parte de sus cabellos. Julia cerrò su mano
apretando fuertemente mis cojones y abriò instantaneamente su boca para tragarse mi
verga succionàndola con màs fuerza y moviendo convulsivamente su cabeza de un
lado a otro como queriendo vaciar mis huevos por completo. Luego abriò su boca y
su mano para dejar libres mi verga y mis cojones; alejò un poco su cara para
esparcirse complacida mi leche por sobre sus mejillas.
“¿Carlo, por què te corriste tan rapidamente ? ¡Yo aùn no habìa alcanzado el
orgasmo !” me dijo Julia
“¡Julia, lo siento mucho, pero la verdad es que ni yo mismo me di cuenta de que
estaba por correrme, es que estaba demasiado excitado, pero te agradezco mucho por
esta sublime mamada. Julia por favor, deja que te ayude a levantar ya que necesito
besarte!”
“¡Sì mariquito, bèsame con toda la pasiòn que puedes ! ¿Te dolieron mucho los
cojones mientras que te los apretaba ?”
“¡Sì, Julia, y aùn me duelen pero te confieso que tu fuerte apretòn, me procurò un
mayor goce. El goce prevaleciò sobre el dolor que inexplicablemente se convirtiò en
placer !” le contestè.
“¡Sì, a mi tambièn me encantò mucho apretàrtelos. Ahora, mientras que nos
besamos, te los prensarè nuevamente, pero esta vez, con mi muslo !”
“¡Dale pues cerda, tràtame como te dè tu puta gana !” le dije.
Nos besabamos con mucha pasiòn y Julia prensò fuertemente mi verga y mis
cojones con su muslo. Yo advertìa escalofrìos de dolor y placer al mismo tiempo.
Mientras que estàbamos en eso, oimos el batir de algunas manos pero no quisimos
interrumpir nuestra morbosa efusiòn de pasiòn. Al finalizar nos volteamos y vimos
que Fernando y Gladys seguìa aplaudièndonos.
“¡Bien, muy bien los dos. Excelente !” dijo Gladys.
Fernando se nos acercò y muy timidamente me dijo :
“¿Carlo por favor, me permites que te bese la polla para agradecerte, delante de
todos, por el placer que le acabas de dar a Julia ?”
Yo mirè instintivamente a Julia y ella me hizo una seña con la cabeza dejàndome
entender que le parecìa bien.
“¡Fernando, te reitero las felitaciones, que ya antes te hice, por tener una mujer
como Julia; para serte sincero, quisiera yo tambièn tener una mujer con sus mismos
atributos y cualidades. Estoy muy contento de haberla conocido y mucho màs por
haber tenido el placer de explorar y apetecer cada milìmetro de su esplèndido cuerpo;
creo que te diste cuenta que mientras que estàbamos en el cuarto le lamì tambièn
todas y cada una de las muy bien esmaltadas uñas de los dedos de sus adorables pies
pasando mi lengua entre ellos. Follar su culo fue realmente fantàstico porque,
ademàs de haber sido èsta mi primera vez, disfrutè mucho viendo su espalda y su
culo que acariciaba sin cesar y no te niego que en ese momento me sentì ser el dueño
del mundo. Sobre esta base, trata de entender que soy yo quien està sumamente
agradecido. Es tambièn, motivo de orgullo para mì, el simple hecho de poder estar a
su lado en este mismo instante viendo con satisfacciòn las gotas de mi leche sobre su
cuerpo. Por lo que concierne a eso que me acabas de pedir, lo que puedo decirte es
que no hace falta que me lo agradezcas de esa manera; ahora bien, ya que no quiero
que esta colosal puta se vuelva a enfadar contigo, te confieso que en realidad yo
tampoco me atreverìa a contrariarla. El poder de su esplèndido coño, a mi parecer, le
confiere una autoridad tal que no queda màs que obedecer a sus deseos y por eso yo
te agradecerìa que accedieras a mi polla ahora mismo. Si en cambio me lo pides por
querer satisfacer tu propria inclinaciòn hacia la polla, en base a las muy fundadas
sospechas que Julia señalò hace poco, pues entonces hazlo con todas libertad; mi
polla està a tu entera disposiciòn para lo que quieras, puesto que yo tambièn me volvì
maricòn !”
El pobre cabròn sin decir ni una palabra, se arrodillò ante mì y pegò, por unos
instantes, sus labios de mi escroto, y despuès dejò deslizar lentamente su lengua sobre
el tronco de mi flàccida verga, hasta pegarla sobre mi glande para besarlo. Julia se
volviò hacia mì satisfecha por la actitud de su marido y me besò apasionadamente.
En lo que terminamos de besarnos, Fernando se acercò a los pies de Julia y se los
besò con devociòn. Despuès dirigiò su mirada hacia Julia y le preguntò :
“¿Julia mi amor, ahora estàs complacida por lo que hice, està bien asì ?”
“¡Sì cabròn, està muy bien lo que hiciste aunque hubieras tenido que hacerlo antes
y de tu espontànea inciativa en lugar de esperar a que yo te lo dijera !”
“¡Sì Fernando, hiciste bien ya que era importante que complacieras a esta puta y
tambièn me gustò como la homenajeaste besàndole sus pies ya que ella se lo merece.
Te estoy agradecido ademàs por lo bien que supiste tratar a mi polla !” le dije yo.
“¡Gracias Carlo, fue un placer besàrtela. Perdòname Julia, en realidad yo querìa
hacerlo antes, mientras que èl la tenìa bien parada. Yo sé que hubiese sido mucho
màs placentero besàrsela entonces, pero no me atrevì. De todas formas, no importa,
ya que, aùn asì de flàccida, resultò tambièn ser algo muy placentero !” dijo el muy
cabròn.
“¡ … fue un placer besàrtela … , … èl la tenìa bien parada … , … mucho màs
placentero besàrsela … , … resultò tambièn ser algo muy placentero … ! ¿Oye
cabròn, yo te dije solamente que le besaras la polla, pero te das cuenta de estas
palabras que acabas de pronunciar ? ¡Me parece que tambièn te gustò besarle la polla
a este mariquito ! ¿Pero dime, acaso te gusta la polla. No serà que ademàs de
cabròn, por casualidad te has vuelto tambièn maricòn ?” le preguntò Julia.
“¡Bueno Julia, es que realmente ni siquiera yo sé lo que me pasa !”
“¿Còmo es eso de que no sabes, cabròn ? ¡Si un hombre le besa el forro de los
huevos a otro hombre como tù lo acabas de hacer, quiere decir que es un maricòn;
que no te quepa la menor duda a ese respecto, es un maricòn y con todas las de la ley
ademàs. Sin temor a equivocarme : te volviste maricòn y punto !” le dijo Julia.
“¡Julia, te repito que no estoy seguro de eso y ni siquiera Eliana lo està ya que se
lo preguntè tambièn a ella !”
“¿Eliana. Que tiene que ver ella en todo esto ?” le preguntò Julia asombrada.
“Bueno, sencillamente que un par de dìas atràs regresè a casa por la tarde, antes de
lo previsto, puesto que habìa poco trabajo En ese mismo momento Eliana estaba
cerrando la puerta para salir de compras y me informò que tù estabas durmiendo. Al
entrar en el dormitorio vi que tù estabas desnuda y yo me desnudè para pajearme.”
“Hiciste bien, tù sabes lo que me gusta que tù te pajees vièndome. ¿Pero que tiene
que ver Eliana si ya acababa de marcharse ?” lo interrumpiò Julia.
“Julia, yo me encontraba de rodillas en el piso frente a ti pajeàndome. En eso oì
abrir la puerta del dormitorio y se apareciò Eliana. Ella se asombrò viendo que me
pajeaba y me dijo : < Perdòn, pero no pensaba encontrarlo aquì. Yo me regresè
porque se me habìa olvidado de chequear si hacìa falta comprar tambièn la crema
facial para su mujer y, puesto que ella la tiene guardada en esta habitaciòn, entre de
una vez aquì. Le ruego que me perdone. > Yo me quedè tambièn sorprendido pero
no supe que decir. En realidad ella quedò desconcertada vièndome con la polla en la
mano y me dijo : < dèjeme chequear solamente si se le acabò la crema facial y me
retirarè en seguida >. Eliana abriò una gaveta del tocador y luego se dirigiò hacia la
puerta para marcharse. Mientras que estaba en el umbral de la puerta para cerrarla se
volteò hacia mì y me dijo : < ¿perdòneme por la indiscreciòn, pero por què su polla
no està parada; cuando entrè vi que se estaba pajeando pero su polla estaba flàccida
como ahora. Le pasa algo ? >.
“¡Coño Eliana, ni tù misma te das cuenta de lo puta que eres. Creo que en ningùn
prostìbulo se pueda encontrar una mujer màs puta que tù. Pero bueno cabròn, sigue
contando !” exclamò Julia, interrumpiendo por un instante a su marido.
“Yo no sabìa que contestarle y ella, dàndose cuenta de mi inquietud y de mi
titubeo se me acercò y me dijo : < Sé sincero conmigo y dime la verdad. ¿Tu polla no
se te para màs y eso te angustia. Cierto ? >. Yo cogì un poco de coraje y le dije que
ese era justamente mi problema. De pronto, su expresiòn y su actitud de desagrado,
desaparecieron y pasando dulcemente su mano por sobre mi mejilla me dijo : < lo
siento mucho y entiendo lo frustrado que debes sentirte. ¿Me permitirìas que sea yo
en pajearte para ver si yo logro paràrtela ? >. Yo no le contestè pero retirè mi mano
de la polla. Ella se arrodillò junto a mì y empezò a pajearme miràndome tiernamente.
Apoyò su brazo sobre mi espalda y mientras que me la acariciaba, empezò a pajearme
con mayor rapidez pero sin obtener algun resultado. Entonces se levantò y se
desnudò por completo y me dijo : < Oye Fernando, yo siempre he logrado parar todas
las pollas que se han cruzado conmigo y no quiero que tù seas el primero que me
desilusione, asì que relàjate y mìrame bien. No te preocupes por Julia puesto que a
esta hora ella suele tomarse su siesta y no se despertarà hasta antes de una hora.
¿Còmo me encuentras, te gusta lo que ves ? > Eliana diò un paso hacia atràs y se diò
una vuelta completa para mostrarme todo su cuerpo.
“¡Coño Eliana, eres màs que puta; eres una requeteputa dirìa yo. Pero sigue
contàndome, cabròn !” exclamò nuevamente Julia.
“Eliana se diò cuenta de que yo me sentìa cohibido, y entonces se inclinò hacia mi
ponièndome la mano por debajo de mi barbilla y orientò mis ojos hacia los suyos.
Me mirò fijamente y con tono delicado, pero firme, me dijo : < Fernando, es mejor
que en este momento, te olvides de la jerarquìa. Por ahora, ni yo soy tu sirvienta y ni
tù eres mi patròn; los dos somos simplemente un hombre y una mujer. Si tù supones
que yo hablarè de èsto con Julia, pues tranquìlizate, porque no lo harè. Lo que yo
quiero hacer es simplemente tratar de ayudarla, ya que, desde hace tiempo no la
considero màs como a la señora para quièn trabajo sino como a una amiga que he
aprendido a querer. Julia ha puesto demasiada confianza en mì y yo no la
defraudarìa nunca. Por favor, dime lo que Julia te ha dicho con respecto a mì. >
Entoces yo le dije : < Siempre me ha hablado bien de ti y de que està muy satisfecha
con tu trabajo en esta casa. >. Despuès Eliana me preguntò : < ¿Eso es lo ùnico que
te ha dicho ? >. Yo le contestè que sì y que eso era todo. De seguido Eliana me dijo :
< Bien Fernando, Julia nunca me habìa hablado de tu problema y èsto es algo que me
entristece mucho ya que es una làstima, que una mujer tan linda como ella no pueda
disfrutar de una polla bien dura, cuando le venga en gana. Ahora olvìdate de todo y
concèntrate en mì. Hazte de cuenta de que estamos solos, pues como te dije, Julia
estarà durmiendo por un buen rato. Dime entonces como me encuentras. > Yo me
quedè miràndola y le dije lo encantadora que me parecìa y frenè mi mano
rapidamente pues instintivamente me dieron ganas de acariciarla. Ella se diò cuenta
de mi actitud y me dijo : < No temas, te repito que no voy a hablar ni una palabra de
èsto con Julia. Si quieres puedes acariciarme y lamerme con toda confianza y
libertad por donde quieras, ya que yo quisiera que tu polla reviviera para que vuelvas
a follar a Julia como lo hacìas antes. Mira lo linda que es, mìrale sus grandes tetas,
sus muslos su esplèndido coño y todo su cuerpo. Mìrame tambièn a mì y goza
lamièndome el coño y todo lo que quieras con toda tu voluptuosidad. Relàjate lo màs
que puedas, concèntrate y esfuerzate para que tu polla se endurezca de una vez, pero
màs que todo, confìa en mì y en ti mismo.>
“¡Eliana, mi querida Eliana; yo sabìa que podìa confiar en ti y que nunca me
defraudarìas ! ¿Tanto me quieres ? Fernando, sigue contàndo, por favor.” dijo Julia.
“Pues entonces yo empecè a acariciarla y lamerla por todas partes hasta que Eliana
se arrodillò a mi lado y empezò a pajearme sin descanso manteniemdo mis huevos
apretados en su mano. Se parò por unos momentos para ir hacia el tocador y regresò
con un estuche parecido al de un lapiz labial pero un tanto màs largo y ancho. Luego
siguiò pajeàndome y me hundiò lentamente todo su dedo medio izquierdo dentro de
mi esfìnter. Advertì un leve però placentero dolor. De seguido Eliana estrajo su dedo
e introdujo lentamente en mi ano el estuche que habìa ido a buscar en el tocador.
Esta vez advertì un mayor dolor, pero resultò tambièn ser placentero. Luego siguiò
pajeàndome y con su mano libre volviò a agarrar mi escroto abriendo y cerrando su
mano frecuentemente pero cada vez con màs fuerza. Yo advertìa mayor dolor a cada
una de las embestidas de su mano y ella me decìa : < Sì, yo sé que te duele y quiero
que te duela aùn màs, pero sé tambièn que te gusta y que te gusta mucho. Fernando
tengo tu hombrìa en mis manos y èsto me hace disfrutar mucho ya que te tengo en mi
poder. > Repentinamente dejò de pajearme y soltò su mano de mi escroto para
darme un largo y apasionado beso. Al terminar de besarnos me sonriò y me dijo :
< Fernando, yo no sé si te diste cuenta de lo dura y de lo muy bien parada que se te ha
puesto la polla. Ya estas listo para follar. Deja que despierte a Julia para que la folles
ahora mismo. Tu hambrienta polla ahora necesita urgentemente de un buen coño, y
sin duda alguna, èl de Julia es el mejor. La despertarè en seguida. >
Yo estaba muy contento de ver mi verga bien parada y le dije : < Eliana por favor,
no la despiertes, yo hablarè con ella luego y le contarè todo lo que hiciste. Lo que yo
quisiera ahora serìa, tener tu permiso para follar tu esplèndido coño y gozarte
intensamente. > Eliana me contestò simple y llanamente asì : < ¡Como no Fernando
y con muchìsimo gusto. Fòllame como tù quieras y por donde quieras con todo tu
ìmpetu. Yo te responderè con todo mi ardor de hembra. Considero un honor que la
verga que ha follado tantas veces a Julia ahora me folle a mì. Que la misma verga
que ha rozado y que se ha hundido tantas veces en el sabroso coño de mi señora,
ahora se hunda en el mìo. Goza de mi coño a plenitud ya que èl està ansioso de ser
llenado completamente por tu polla. Anda, màmame bien las tetas y follame
descaradamente aquì mismo en el piso, sobre la alfombra, como lo harìas con
cualquier perra callejera. > En lo que terminamos de follar le preguntè a Eliana si,
en base al tratamiento que ella me habìa proporcionado, cabìa la posibilidad de que
yo me estuviese volviendo maricòn y ella, un tanto incierta, me contestò : < no sé
Fernando, ahora no estoy en condiciones de darte una respuesta exacta de si te estès
volviendo o no un maricòn, porque ni yo misma lo sé. Lo ùnico que puedo decirte es
que me follaste excelentemente bien, dejàndome ademàs, sumamente satisfecha.
Siento deveras que esta vez no te hayas follado a Julia porque era ella quien tenìa ese
derecho despuès de tanto tiempo. Pero, al mismo tiempo, te agradezco por haberme
follado como se hace con una zorra cualquiera. Ahora me gustarìa verte recostado a
lado de Julia con tu verga apuntando hacia su coño ya que ese es tu lugar. Acuerdate
de que tu verga funciona muy bien y que tu primordial deber es el de satisfacer su
coño. Estoy segura de que cuando Julia se despierte, se alegrarà mucho de verte a su
lado, porque, al fin y al cabo, tu le perteneces solamente a ella y tù deberìas estar muy
orgulloso de tener una dueña como ella. Ahora por favor, dejame ir al cuarto de baño
para lavarme e ir de compras, antes de que se haga muy tarde, ya que al regresar,
tengo que preparar una suculenta cena, como le gusta a mi señora, y despues tengo
que seguir atendièndola como ella se merece. >
“¡Julia, eso fue lo que pasò. Querìa contàrtelo antes pero no tuve la oportunidad.
Espero que todo èsto no te haya irritado !” le dijo Fernando a Julia.
“¿Irritado ? ¡ No Fernando, en lo absoluto, màs bien, todo lo contrario, me ha
alegrado muchìsimo. Mañana hablaremos con Eliana y la invitaremos a un restaurant
y yo misma le pedirè que trancurra toda la noche con nosotros. Estarè muy honrada
en invitarla a quedarse a dormir y a follar con nosotros en nuesta alcoba. Quiero que
nos folles a las dos y que nos trates como a un par de rameras. Yo la quiero mucho y
estoy contetìsima por todo lo que hizo para ayudarte a parar tu polla. En lo que la
vuelva a ver le dirè que me lo contaste todo y ademàs quisiera entablar una larga
convesaciòn con ella para definir el tipo de tratamiento que tù necesitas. Estoy muy
contenta que ambos hayan follado. Eliana ha demostrado ser una muy buena y fiel
amiga mìa. Fernando por favor, ahora acèrcate para darte un buen beso, pero antes
dime como te pareciò su coño !”
“¡Julia lo ùnico que puedo decirte es quedè encantado con ella y que su coño està
riquìsimo, bueno, en realidad toda ella està buenìsima. Despuès de follar su coño,
ella se puso en cuatro patas, al borde de tu cama, y se te acercò lo màs que pudo pero
sin tocarte; me ofreciò su rabo y me pidiò que lo follara con todas mis fuezas hasta
correrme; me dijo que querìa mirarte mientras que difrutaba de mi verga. Ella se
daba cuenta de que yo le estaba dando con todo y de que me encontraba muy fatigado
pero insistìa en que yo no me parara y me diò a entender que ni le importaba que yo
le reventara su precioso rabo ni que yo me quedara completamente rendido, de hecho,
cuando al final me corrì dentro se su rabo, me recostè en el piso casi sin aliento, pero
satisfecho, muy satisfecho. Luego me sugiriò que te lo contara todo y que estaba
dispuesta a volver a follar conmigo todas las veces que yo lo quisiera, pero no a
econdidas. Estas fueron sus textuales palabras : < Fernando yo quiero oir, de la propia
boca de mi señora, que ella nos conceda su permiso para que los dos volvamos a
follar puesto que tù le perteneces solamente a ella. > !”
“¡Fernando, desde ya te digo que estarè muy contenta en concederles mi permiso
para que follen cada vez que a ambos les dè la puta gana. Puesto que Eliana logrò
darle un segundo aire a tu verga es justo que ella la disfrute, como si le perteneciera
tambièn a ella !”
Luego Julia, volvièndose hacia mì me dijo :
“¡Carlo, tengo un poco de hambre pero quisiera que los dos nos dièramos de
comer uno al otro ! ¿ Que te parece la idea ? ”
“¡Sì, Julia, yo tambièn tengo algo de hambre; si quieres puedes volver a sentarte
sobre mis muslos pero esta vez de cara frente a mì !”
Coloquè la silla de lado de la mesa y Julia se sentò a horcajadas sobre mis muslos.
Con su cara frente a la mìa, todo el peso de su cuerpo sobre mì y sus piernas que
apretaban las mìas, advertì algo asì como una sensaciòn de dominio que, a travès de
su postura, ella ejercìa sobre mì. Nos pasamos los buñuelos de boca en boca y ella
tambièn volviò a ponerse algo de mermelada sobre sus tetas.
“¡Vaya manera morbosa de comer; se parecen a un par de cerdos !” dijo Gladys.
“¡Gladys, eso es lo que somos ! ¿ Cierto Carlo ?” dijo Julia.
“¡Sì Julia, tienes razòn; tambièn yo me he vuelto un cerdo !” le contestè a Julia.
“¡Carlo, a travès de los demàs es que nos convertimos en nosotros mismos; esa es
la pura verdad. Al fin y al cabo lo importante es alcanzar un equilibrio para estar en
paz y armonìa consigo mismo tratando de vivir el presente en la mejor forma
posible !”
“¡Sì, Julia, sigues teniendo razòn. Con mucho asombro, yo he descubierto facetas
en mì del todo desconocidas y que Gladys conoce bien, por las muchas veces que
hemos tratado este asunto !”
“¡Carlo, yo te sugiero que te adaptes y te aceptes; no gastes mucha energìa mental
en tratar de enfocarlo desde una perspectiva lògica, puesto que, cabe la posibilidad,
de que, con el pasar del tiempo, te asombres aùn màs de ti mismo. Ahora no pienses
màs en eso y espàrceme un poco màs de mermelada en mi sobaco para que te la
comas de ahì y despuès nos comeremos unos trozos de piña con mucha
sensualidad!” me dijo Julia miràndome tiernamente en los ojos.
Despuès de pasarle la mermelada en su sobaco y habèrmela lamido entre su vello,
empezamos a meternos los trozos de piña en la boca y ella se los comìa dejando
chorrear su jugo fuera de su boca. Luego pelò un plàtano que, entre los dos nos,
comimos hasta casi la mitad.
“¡Carlo, mìrame como he quedado de pegajosa y empegostada con todo lo que
hemos comido y hasta con la leche que tu verga me derramò encima. Y para colmo,
aùn mojada por no habernos secado despuès de ducharnos ! ¿Me parezco o no a una
cerda ?”
“¡Sì Julia, eso es lo que eres, un cerda, pero asì mismo como te describes, luces
màs que excitante y ese pelo mojado hace que mi morbosidad se incremente
hiperbolicamente. Por otro lado, ademàs de una cerda, te pareces a una insaciable
mujer y a una superlativa puta sin igual. Tendrè muchìsimo gusto en volver a meterte
debajo de la ducha para lavarte ahora mismo si es que me lo permites !”
“¡Carlo, es que en realidad eso es lo que soy, una puta. Anda, vamos de una vez a
meternos debajo de aquella ducha, para que me vuelvas a lavar de aquella manera,
tan morbosa y tierna a la misma vez, como lo hiciste antes !”
Entonces nos levantamos para irnos a duchar y en lo que pasamos frente a
Fernando, Julia se parò y le dijo :
“¡Abre la boca cabròn, y deja que te meta adentro este pedazo de plàtano !”
El muy cabròn abriò la boca y Julia le empujò con fuerza, todo el medio plàtano
dentro de su boca. Luego, mirando a Gladys, le dijo :
“¡Gladys por favor, en lo que Carlo me atiende, averìguate si este cabròn se volviò
o no un maricòn !”
De seguido nos dirigimos al cuarto de baño donde nos bañamos mutuamente y por
un largo rato. Una vez que acabamos de ducharnos salimos del cuarto de baño y nos
dirigimos hacia la cama completamente mojados. Caminàbamos muy lentamente
para no resbalar y Julia estaba recostada sobre mì. Nos paràmos frente a la cama y
despuès de besarnos apasionadamente Julia me dijo :
“¡Carlo por favor, ahora dedìcate y concèntrate unicamente en mì sin pensar ni en
nada ni en nadie. Necesito que lamas y beses con mucha vehemencia cada parte de
mi cuerpo empezando desde los dedos de mis pies y sin pararte; al final folla mi coño
con todo tu vigor sin es**timar esfuerzos !”
“¡Julia, serà un honor para mì complacerte en èsto que me pides y me esmerarè en
estimular todas tus terminaciones nerviosas para satisfacer tus morbosos deseos !”
Entonces la ayudè a recostarse sobre la cama y empecè a satisfacer sus lujuriosos
deseos. Me concentrè tanto en ella que perdì la nociòn del tiempo. Al final mi polla
le inundò su precioso coño con unos fuertes lechazos que me debilitaron tanto que me
recostè rendido y sin màs fuerzas a su lado. Al muy poco rato, ambos nos quedamos
inevitablemente dormidos. La mañana siguiente los rayos del sol nos despertaron y
nos levantamos relajados, descansados y satisfechos. Nos duchamos y despuès de
vestirnos fuimos al salòn donde Gladys y Fernando llevaban una muy amena
conversaciòn.
“¡Por lo que veo apuesto a que la pasaron muy bien !” nos dijo Gladys.
“¡Gladys, fue una faena indescrivible. Carlo es maravilloso y me hizo gozar
muchìsimo !” le contestò Julia.
“¡Carlo, no encuentro palabras para agradecerte por todo lo que hiciste para
satisfacer a Julia !” me dijo Fernando.
“¡Fernando, pasamos una noche fantàstica y te vuelvo a repetir que soy yo quien
debe de estar agradecido por haber tenido la oportunidad de follar a esta maravillosa
hembra que logrò mantener mi verga todo el tiempo bien erguida como solo una puta
bien veterana sabe y puede hacer!” le dije a Fernando.
“¡Carlo, me estimulaste tan bien que, lo menos que yo podìa hacer, era
responderte de la mejor manera y con todo mi ardor !” me puntualizò Julia
“¿Gladys, què me cuentas de Fernando ? ” le preguntò Julia a Gladys.
“¡Julia, no lo follè pero te garantizo que me mamò la polla de una manera
formidable. Me ha demostrado ser todo un excelente y hambriento comepolla.
Quisiera sugerirte que se lo encomiendes a Eliana ya que ella tambièn parece ser
toda una veterana en èsto!” le contestò Gladys.
“¿Y a ti Fernando, còmo te pareciò la polla de Gladys ?” le preguntò Julia.
“¡Julia, me encantò muchìsimo mamàrsela ya que la encontrè sabrosìsima. Fue
algo sublime !” le contestò Fernando.
“¡Fernando, me alegro mucho. Yo tenìa ya mis serias y fundadas sospechas de
que te estabas volviendo un maricòn. De todas formas hablarè con Eliana y te pondrè
en sus manos !” le dijo Julia.
Despuès de desayunarnos nos dirigimos al salòn y Julia le sugiriò a Fernando el
importe, que tenìa que escribir en el cheque, para que yo y Gladys nos lo
compartieramos.
Despuès Julia se volviò hacia Gladys y le preguntò :
“¡Gladys la ùltima vez que yo y Fernando estuvimos aquì me prometiste que
cuando hubieras tenido màs tiempo habrìas seguido hablàndonos màs acerca de tu
esposa y de tu niña. Para serte sincera, tu situaciòn me dejò preocupada ! ¿ Hay
alguna novedad con respecto a Clara. Te m*****a si te lo pido ?”
“¡No Julia, no me m*****a en lo absoluto ya que somos amigos !” le contestò
Gladys.
Julia se levantò de la butaca y fue a sentarse en el sofà al lado de Gladys. La tomò
de las manos y le dijo :
“Quedè angustiada y sorprendida por la reacciòn de Clara cuando le contaste todo.
Me pregunto porque no entendiò que habìas quedado en la calle por culpa de tu primo
Raùl y que no te quedò màs remedio que aceptar la propuesta de Luìs para dedicarte a
este oficio. Despuès de todo fue gracias a Dalia, a Amalia y a Luìs que saliste a flote
y hasta pudiste enviarle dinero suficiente para mantener a ella y a tu pequeña Laura.”
“Sì Julia, ella se enfureciò mucho conmigo y me dijo que yo no era màs el hombre
que ella habìa aceptado como marido, que nunca se habrìa imaginado que yo llegara a
prostituirme, que no podìa amarme màs, que la habìa desilusionado al punto de no
querer volver a vivir conmigo ni volver a verme màs. En realidad èsto me doliò
mucho pero el dolor màs fuerte fue cuando me dijo que le dirìa a Laura que yo me
habrìa muerto. Como te dije, supongo que Laura fue siempre una niña arrogante y
rebelde, probablemente por la falta de un padre a su lado y por lo mal que Tomàs, el
tìo de Clara, le hablaba de mì. Tomàs siempre me odiò y me tratò mal y Clara nunca
lo supo poner en su lugar. Sucesivamente Clara me escribiò una carta en la que me
manifestaba lo muy arrependida que estaba por haberme tratado tan mal y que no
querìa seguir viviendo con sus tìos Tomàs y Marina. Clara està muy arrepentida de
haberle dicho a Laura que yo me habìa muerto y que no està en condiciones de poder
educarla. Por este motivo piensa internar a Laura en un severo colegio en Miami,
lejos de Tomàs y Marina, en lo que la niña termine la escuela primaria. El plan de
Clara es de venir a vivir conmigo aquì en Alicante porque comprendiò el tremendo
error que cometiò con Laura y por no haber entendido cuanto me costò el haberme
sacrificado tambièn por ellos. Me dijo que, con tal de remediar sus errores y volver a
mi lado, estaba dispuesta a trabajar conmigo. Yo sé, que de un momento a otro, Clara
tocarà el timbre de la puerta de esta casa y yo la recibirè con los brazos abiertos”
“¡Gladys, yo creo que es una buena idea y tambièn la mejor soluciòn ! ¿Y tù què
opinas al respecto, què te parece su idea ? ” le preguntò Julia.
“¡Bueno Julia, la verdad es que seguimos querièndonos mucho y yo, con tal de
que ella se quede a mi lado estoy dispuesto a todo. Si quiere volverse tambièn ella en
una puta, pues, que lo haga. Aunque yo estoy seguro de que unos cuantos cuernos ya
me los ha puesto !”
Luego Gladys sonriendo, se volviò hacia Fernando dicièndole :
“¡Fernando, no vayas a creer que tù eres el ùnico cabròn aquì adentro, puesto que
yo tambièn lo soy !”
“¡Gladys, no te preocupes por los cuernos ya que, tarde o temprano, uno se
acostumbra a llevarlos !” le dijo Fernando con una media carcajada.
Luego Julia le dijo a Gladys :
“¡Gladys, en base a las fotos de Clara que me enseñaste, me di cuenta de que està
muy buena asì que, por favor, en lo que ella llegue a Alicante y despuès que decida de
ponerse a puta yo quisiera ser una de sus primeras clientes ya que me imagino que se
acostarà primeramente con Dalia y/o Amalia o optaràn por organizar un orgìa los
cinco juntos !”
“¡Como no Julia, la convencerè que ademàs tendrà que acostumbrarse a follar con
otras mujeres. Ten por seguro que te pondrè entre las primeras en su lista. Julia, creo
que si todas las putas de España se reuniesen para elegir a su reina, no dudo en que te
escogerìan a ti como la mejor y la màs digna entre todas las candidatas !” le dijo
Gladys.
“¡Gladys, siempre me has hablado de Dalia y de Amalia y puesto que hablamos de
mujeres, quisiera saber si puedes fijarme una cita con cualquiera de las dos o mejor
con ambas a la vez ! ¿Puedes hacerme este favor ?” le dijo Julia.
“¡Julia, no sé de sus compromisos, pero lo que puedo hacer es darte sus nùmeros
telefònicos ahora mismo !” le dijo Gladys.
“¡Pues, muy bien, anòtamelos por favor para poder contactarlas !” le dijo Julia.
Despuès que Gladys le diò un papelito con los nùmeros telefònicos, ellos se
despidieron muy calurosamente, Julia se parò un instante en el umbral de la puerta y
dijo que hubiera vuelto a llamar, para organizar la fiesta de cumpleaños de Eliana.
Despuès de haber cerrado la puerta yo y Gladys nos besàmos apasionadamente y
Gladys me dijo :
“¡Carlo, minuto tras minuto, me dejabas siempre màs asombrada. Sinceramente
no pensaba que te hubieras podido portar de esa forma tan excelente e impecale. Eres
toda una maravilla. Fuiste formidable en todo desde el primer momento. Fernando
emitiò un cheque con un importe mayor del que le sugiriò Julia y me doy cuenta de
que fue bastante generoso. Ahora es mejor ir de una vez al banco para depositar este
cheque y los otros que tengo en casa; te darè la cantidad de dinero que te corresponde
en efectivo puesto que, en calidad de turista, no sè si puedes abrir tu propia cuenta
corriente. De regreso a casa, reordenaremos y limpiaremos todo, pero esta vez lo
haremos juntos, puesto que es una tarea muy larga para una sola persona. Ahì Carlo,
no te imaginas cuanto te quiero !”
De seguido, un vòrtice de pasiòn indujo a que nuestros labios y nuestras lenguas
se pegaran inevitablemente entre ellos como si fuesen atraìdos por un intenso y
voluptuoso campo magnètico.
////////////////////////////// F I N A L P A R T E 3 ///////////////////////////////////
////////////////////////////// C O N T I N U A R A’ ///////////////////////////////////